jueves, 28 de octubre de 2010

Mercurio y el armónico 13

Aspectos de la serie del 13


El armónico 13 divide el círculo de la eclíptica en trece partes iguales de 27,7 grados a partir de cero Aries y aloja en cada una de esas partes una copia comprimida de un zodíaco completo. El despliegue y la superposición de esos trece zodiacos en uno solo, arrastrando cada uno consigo los planetas o ángulos que contuviera su parte, da lugar a la carta del armónico 13. La división del círculo en trece partes iguales da lugar, también, a los aspectos de la serie del 13: el trecil (27º 42'), el bitrecil (55º 23'), el tritrecil (83º 05'), el tetratrecil (110º 46'), el pentatrecil (138º 27') y el hexatrecil (166º 09'). De acuerdo con la propuesta de John Addey, el orbe que corresponde a estos aspectos debe ser una treceava parte del que se asigne a la conjunción. Dos planetas que formen uno cualquiera de estos aspectos en la carta radical aparecerán en conjunción en la carta del armónico 13.

El valor de un trecil (27,7 grados) es prácticamente el mismo que el de la máxima elongación posible de Mercurio (27,8 grados). Se entiende por elongación de Mercurio su ángulo de separación con respecto al Sol, vistos ambos desde la Tierra.


Máxima elongación de Mercurio


Esto puede ser una simple coincidencia, pero también es posible que encierre algún significado. Todavía es muy poco lo que se sabe sobre el armónico 13 y sobre los aspectos de la serie ligada a él, de modo que sería prematuro tratar de buscar alguna semejanza entre la naturaleza astrológica de Mercurio y la de los treciles. Pero al menos podemos constatar un hecho interesante: la serie del 13 es la primera en la que Mercurio tiene la oportunidad de participar haciendo un aspecto partil con el Sol distinto de la conjunción.

En efecto, si en una carta del armónico 13 encontramos al Sol en conjunción con Mercurio, esto puede significar dos cosas:

(A) El Sol y Mercurio ya estaban en conjunción en la carta radical (con un orbe trece veces más pequeño).

(B) El Sol y Mercurio estaban el trecil en la carta radical.

En cualquiera de los doce armónicos anteriores, la única opción posible sería la (A). Por tanto, de alguna manera, Mercurio alcanza su independencia con respecto al Sol y su "mayoría de edad" a partir del armónico 13 ó, más bien, de los aspectos asociados a este armónico. En efecto, tal como ya he dicho, Mercurio no se aleja nunca lo suficiente del Sol como para poder hacer ningún aspecto de la serie del 12, ni del 8, que son las más usadas, -fuera de la conjunción, que pertenece a todas las series. Ni tampoco de las series del 5, del 7 y del 9, que últimamente se están usando un poco más.

La conjunción de Mercurio con el Sol parece un tanto desequilibrada, en el sentido de que no se da entre dos planetas igual de poderosos. En ella Mercurio se ve relegado indefectiblemente a un papel subordinado, como si no tuviera naturaleza propia y sólo le quedara la opción de servir de portavoz del Sol. En el trecil, sin embargo, Mercurio ocupa un lugar propio, puede tener su propia posición y expresarla frente a la posición del Sol. Así abandona la posición infantil de total dependencia del padre.

Una manera de aprender algo sobre el armónico 13 es usarlo como armónico de la edad. Sobre este tema he hablado ya bastante en este blog de Cadencias microcósmicas, especialmente en la entrada del 15 de marzo de 2010 (Armónicos de la edad) y en las siguientes. Tal como expliqué entonces, la carta del armónico 13 puede usarse como representativa de la edad de 12 años, porque la carta radical, que es el armónico 1, funciona desde el nacimiento; entonces, sumando un armónico por año a la carta radical, tendremos 13 armónicos a los 12 años. Así entendida, esta técnica ha sido denominada armónicos de la edad + 1. Hay también algunas buenas razones para esperar que la carta del armónico 13 represente la edad de 13 años, y algunos astrólogos, como Dymock Brose, se muestran no ya satisfechos sino incluso entusiasmados con los resultados de esta segunda manera de enfocar el asunto, que se conoce como armónicos de la edad, sin más. Personalmente he obtenido algunos resultados interesantes trabajando de la forma en que lo hace Brose, pero los más contundentes que he hallado se corresponden casi siempre con la otra fórmula (edad + 1). Creo, por tanto, que el armónico 13 adquiere protagonismo ya desde los 12 años, con independencia de que a los 13 pueda tener una segunda oportunidad de manifestarse.

La edad de 12 años ha sido señalada como crucial por la Psicología Evolutiva, lo que convierte al armónico 13 en una carta de especial relevancia. A esa edad se completa la adquisición de todas las habilidades relacionadas con el lenguaje, termina la infancia y comienza la pubertad (o prepubertad). Se acelera el crecimiento y se desarrollan las características sexuales secundarias. Se adquiere la capacidad de pensamiento independiente y crítico. Según Piaget, a los 12 años comienza la etapa de las operaciones formales. Esto significa que el adolescente es capaz de pensar en todas las maneras posibles de interpretar una situación o solucionar un problema; es decir, es capaz de formular un conjunto de hipótesis y calibrarlas para escoger la más viable. Su estilo de pensamiento se parece al de un científico y es capaz de emplear la deducción lógica en ausencia de estímulos sensoriales. Busca reglas abstractas que le permitan resolver problemas, de un modo racional y sistemático. Por primera vez, el niño es capaz de preguntarse quién es él mismo, cuál es su lugar propio en la vida o en la sociedad, qué planes de futuro puede hacer y si las reglas de comportamiento aprendidas son realmente valiosas o encierran alguna falsedad.

Del mismo modo que Mercurio en trecil con el Sol, el adolescente cobra conciencia de su existencia separada. Las habilidades lingüísticas, lógicas y de pensamiento crítico que se alcanzan a esta edad guardan una íntima relación con las características que los astrólogos asocian con Mercurio, planeta que también ha sido ligado tradicionalmente con la adolescencia. Más recientemente, Bruno Huber ha señalado la edad de 12 años como la de la entrada del Punto de la Edad en la casa 3, que guarda analogías con Géminis y con Mercurio.

Entre los antiguos israelitas, se consideraba la edad de 12 años como aquella en que los niños pasaban de ser hijos de sus padres a ser "hijos de la Ley escrita" (Mercurio), quedando desde entonces obligados por ella. Es la edad en la que Jesús se pierde en Jerusalén y es hallado al cabo de tres días en el templo, discutiendo con los doctores y maravillando a todos con su sabiduría y sus respuestas.

Por tanto, no sería de extrañar que las personas con cartas del armónico 13 fuertes estuvieran especialmente dotadas para el desarrollo de habilidades lógicas, lingüísticas o matemáticas y puedan destacar como expertos en lenguajes de programación de ordenadores o como jugadores de ajedrez. Y en efecto, algunos notables personajes en estas áreas tienen cartas del armónico 13 muy marcadas. Es especialmente interesante el caso de Bobby Fisher, no sólo por haber sido uno de los más legendarios campeones del mundo de ajedrez, sino también porque su eclosión tuvo lugar hacia los 13 años de edad. Sobre él escribió Pablo Morán (Los niños prodigio del ajedrez, p.94) : "Como niño prodigio no fue muy brillante; en cambio, como adolescente prodigio no ha tenido parangón en la historia del ajedrez".


Armónico 13 de Bobby Fisher
9 de Marzo de 1943, 19h 39m GMT
Chicago, 87W39, 41N52


El armónico 13 de Bobby Fisher contiene una excepcional configuración de Grandes Trígonos que enlazan a Urano con Plutón, Neptuno, Venus, Mercurio y Marte, además del MC armónico superpuesto al FC radical.

Otro personaje que destacó como uno de los principales padres de la lógica formal contemporánea y excelente filósofo del lenguaje fue Ludwig Wittgenstein. Su armónico 13 está cargado de aspectos tensos, especialmente una doble oposición de Saturno/Marte a Sol/Plutón, superpuesta al eje MC-FC armónicos y cuadrando a Venus.


Armónico 13 de Ludwig Wittgenstein
26 de abril de 1889, 19h 24m GMT
Viena, 16E20, 48N13

También su pensamiento evolucionó en medio de agudos contrastes, hasta el punto de que se suele hablar de un Wittgenstein I, autor del Tractatus Logico-Philosophicus, y de un Wittgentein II, que cuestiona sus propias tesis del Tractatus en sus posteriores Investigaciones filosóficas. Participó en la Primera Guerra Mundial, y las primeras formulaciones de sus ideas del Tractatus fueron redactadas en un cuaderno que llevaba consigo en las mismas trincheras del campo de batalla.

Dentro del mundo de la informática podemos mencionar a Bill Gates, cuyo armónico 13 reúne cinco planetas alrededor de su Ascendente: La Luna, Venus, Júpiter, Plutón y Saturno; aunque destacó mucho más como hábil negociante que como virtuoso de la programación. Pero eso es también propio de Mercurio.

Por supuesto, lo que aquí planteo no pasa de ser una sugerencia. Se necesitará una investigación más amplia y sistemática antes de decidirse a aceptarla o rechazarla. Cualquier observación al respecto será bienvenida.


© Julián García Vara, octubre, 2010.




viernes, 8 de octubre de 2010

Los armogramas de Miguel García



La técnica de los armogramas que hemos atribuido a Mike O'Neill en la entrada anterior de este blog fue desarrollada también de manera independiente por Miguel García Ferrández. En un principio, el interés de Miguel García se centró sólo en los tránsitos armónicos; éstos se cálculan básicamente igual que los armogramas de O'Neill, pero con la importante diferencia de que los aspectos que se contabilizan son los que se van formando entre los planetas en movimiento real y los grados ocupados por éstos en una carta radical. Dicho de otra manera, los armogramas de O'Neill reflejan los aspectos que se van formando entre los planetas en el cielo durante una serie de momentos sucesivos dentro de los límites del periodo de tiempo estudiado. Pero los gráficos de tránsitos armónicos de Miguel García ignoran esos aspectos y registran únicamente los que se producen por tránsito sobre una carta natal dentro de un periodo dado.

Como es lógico, durante algún tiempo tras una fecha de nacimiento todos los planetas en tránsito permanecen en conjunción con sus propias posiciones radicales, y no sólo en el armónico 1, sino en cualquiera de los 12 primeros. Si optamos por conceder a las conjunciones un orbe de 12 grados, que es el que adoptó O'Neill siguiendo a Addey, entonces el Sol en tránsito se mantendrá en conjunción a su propia posición radical por un periodo de unos doce días en el armónico 1, seis días en el armónico 2, cuatro días en el armónico 3, etc. Los planetas más lentos se mantendrán bastante más tiempo en conjunción consigo mismos en todos los armónicos bajos. Como la intensidad de cada armónico se determina contando las conjunciones que contiene (ya sea de forma absoluta o ponderada) resulta que en las inmediaciones de las fechas de nacimiento los gráficos de tránsitos armónicos producen unas espigas de intensidad muy desmesuradas. Para prevenir este efecto no deseado, Miguel García decidió usar sólo los aspectos que los planetas forman entre sí en el cielo, sin referencia a la carta radical, cuando se trata de elaborar gráficos para los días más próximos al instante del nacimiento. Lo que obtuvo de esta manera no se diferencia en nada de los armogramas de O'Neill, razón por la cual algún tiempo más tarde adoptó el nombre de "armograma natal" para este tipo de gráficos.

Tanto los tránsitos armónicos como los armogramas natales están incorporados en los programas de cálculos astrológicos que Miguel García ha puesto gentilmente a disposición de todo el mundo de manera completamente gratuita. Como ya indiqué en otras entradas, hay varios lugares en internet desde donde pueden descargarse sus programas Kepler y Armon, por ejemplo:


(aquí se incluye el manual de uso del Armon de Esperanza González Riesgo y Elsa Rodriguez Vázquez)

Entre el programa de O'Neill que revisamos en la entrada anterior y los programas de Miguel García hay una diferencia abismal. La cantidad de opciones y la versatilidad de los programas Kepler y Armon no admiten competencia. Ni siquiera ciñéndome a los armogramas podría explicar aquí todas las posibles variantes que permiten estos programas, no sólo porque tendría que extenderme mucho más allá de lo recomendable para los propósitos de este artículo, sino también porque todavía me falta mucho por descubrir. Seguramente la única persona que conoce todos los recovecos del Armon es su propio autor. Los demás podemos recurrir al manual de uso de Esperanza González Riesgo y Elsa Rodriguez Vázquez y al socorrido "ensayo y error" (ir probando cosas y ver qué pasa).

Para informarse a fondo sobre la fundamentación teórica de los armogramas de Miguel García se puede consultar el siguiente artículo del propio autor: Una Formulación Matemática de los Harmogramas* y de la Fuerza de los Números en las Cartas Astrales, que procede de su libro Suite Armónica, Cuadernos de Investigación Astrológica, nº 6, Mercurio-3, Barcelona, 1997.

Aquí no entraremos en mayores profundidades, ni siquiera rozaremos las posibilidades de los armogramas como técnica de prognosis. Me limitaré a un pequeño detalle, que tiene que ver con el tema de cómo determinar el armónico dominante en una natividad, asunto del que nos venimos ocupando en las últimas entradas de este blog de "Cadencias microcósmicas".

A ese respecto es importante señalar que Miguel García ha diseñado dos tipos de armogramas diferentes:

1) los que se basan en el Vector Armónico (suma de vectores en cada armónico)
2) los que se basan en el recuento de aspectos (conjunciones en cada armónico ponderadas por orbe gaussiano)

Usa los primeros para calcular varios tipos de progresiones armónicas y los segundos para los armónicos natales y los tránsitos armónicos. Como consecuencia de ello nos encontraremos casi siempre con que el orden de importancia de cada uno de los doce primeros armónicos es diferente según lo consultemos en un gráfico de Flor Armónica o en un Armograma Natal. Recordemos que la Flor Armónica nos informa sobre el índice de concentración planetaria en cada carta armónica, mientras que el Armograma Natal nos indica el resultado de sumar todas las conjunciones de cada carta armónica, tomando en cuenta el orbe encontrado en cada una. Según se deduce de varias declaraciones de Miguel García en su obra citada más arriba, parece ser que el trabajo de campo que realizó junto con Tito Maciá para clasificar personajes en función de su armónico dominante y deducir de ahí las características del número armónico correspondiente se basó en los armogramas natales y no en las flores armónicas. Por eso precisamente comenta la inseguridad que les producía el problema de la elección del orbe adecuado. En un armograma no es irrelevante utilizar un orbe u otro para las conjunciones a contar, porque diferentes orbes producen resultados diferentes y señalan armónicos dominantes distintos. Este problema no existe en las flores armónicas. Un problema que sí comparten las flores armónicas y los armogramas es que también dan resultados diferentes dependiendo de los planetas que decidamos incluir en el cálculo.

La "decisión final" de Miguel García en cuanto a la magnitud más apropiada para el orbe de una conjunción es la de 27,69231 grados ó, lo que es lo mismo, 360/(12+1). Este valor tan preciso no se ha obtenido de ninguna observación empírica, sino que es producto de una especulación matemática. Es el orbe máximo que se puede conceder a una conjunción sin que invada la zona del orbe del semisextil, que sería el aspecto más próximo de la serie del 12. Pero si rebasamos el límite del 12 y usamos una división del círculo en un mayor número de partes (n>12), entonces el orbe máximo de la conjunción tendría que disminuir (exactamente a 360/(n+1)). Como los armónicos son infinitos, la dependencia del orbe de la serie del 12 parece bastante arbitraria, aunque puede ser útil mientras no usemos armónicos mayores. Este orbe es el que el programa Armon utiliza por defecto, pero puede modificarse desde el menú Gráficos/Harmogramas en la casilla AOH, Armónicos:orbe. En ese mismo lugar pueden modificarse las demás opciones por defecto: el número de días a calcular, el número de cartas a calcular por día y los planetas a tener en cuenta, además de otras opciones más especializadas.

Si no se le indica otra cosa, el programa calcula los armogramas correspondientes a los doce primeros armónicos y los dibuja todos juntos en un solo gráfico. Si se desea incluir otro armónico más alto puede hacerse insertando una nueva columna en la tabla de opciones e indicando su número y los demás parámetros en los lugares correspondientes. Sólo hay que guiarse por la columna del armónico 1. Si se desea eliminar un armónico puede hacerse suprimiendo su columna.

En cuanto al problema de si se deben contabilizar las conjunciones de una carta armónica (n>1) que estaban ya presentes en la carta radical, la posición de Miguel García es decididamente favorable a tenerlas en cuenta, ya que la conjunción forma parte de todas las series de aspectos.

Terminaremos esta nota introductoria calculando el armónico natal de Miguel García, algo extremadamente cómodo, ya que sus datos natales se muestran automáticamente nada más abrir el programa Armon. Hay varios modos de hacerlo. Uno de ellos consiste en pulsar con el ratón sobre una M mayúscula subrayada que está en la parte inferior derecha del área de introducción de datos. Se abrirá un "Menú rápido" en una ventana emergente. Marcamos en "Diseños con Armogramas". Seleccionamos "Harmograma natal" y unos segundos más tarde veremos esto:



Armograma natal de Miguel García


Ha sido fácil ¿no? La linea verde vertical en el centro del gráfico señala el momento del nacimiento; las líneas onduladas que la cortan representan las oscilaciones de intensidad de cada uno de los doce primeros armónicos durante un periodo de 7 días en torno a su nacimiento (desde tres días y medio antes hasta tres días y medio después). Vemos que de todas las líneas onduladas, la que corta la línea vertical central en un punto más alto que todas las demás es la de color azul oscuro, que corresponde al armónico 9. Por tanto, desde este punto de vista, el 9 sería el armónico dominante. Las variaciones de las líneas poco antes y poco después del momento del nacimiento también son importantes, porque se activarán por progresiones o direcciones directas y conversas en algún momento de la vida del nativo. Ahora podemos, si lo deseamos, abrir el menú "Gráficos/Harmogramas" y jugar a cambiar algunas opciones.


© Julián García Vara, octubre, 2010.


martes, 5 de octubre de 2010

Los armogramas de O'Neill


Un armograma es un gráfico que representa la evolución de la intensidad de uno o de varios armónicos a lo largo de un periodo de tiempo. Naturalmente, sólo es posible hacer esto si se resuelve previamente de algún modo el problema de cuál es la mejor manera de determinar la magnitud de la intensidad de una carta armónica. Ya he discutido las líneas maestras de este asunto en las entradas anteriores de este blog. Recordemos que hay, básicamente, dos soluciones formales: el recuento de aspectos y la suma de vectores. Cualquiera de estas dos técnicas puede servir para diseñar un armograma y, de hecho, se han utilizado ambas; pero como no miden exactamente lo mismo, conviene estar informado del método que se está usando en cada caso.

El método del recuento de aspectos consiste simplemente en contar el número de conjunciones que hay en una carta armónica. Aparentemente, nada puede ser más fácil que esto, pero como ya señalé en la entrada del pasado 10 de septiembre titulada Armónicos fuertes y débiles, incluso una tarea tan sencilla como ésta puede estar sembrada de dificultades. De todas las que ya enumeré en el mencionado artículo, cabe destacar cuatro:

1) ¿Qué planetas o factores de una carta astral deben admitirse como legítimos integrantes de conjunciones computables?

2) ¿Qué orbe se debe utilizar?

3) ¿Qué modelo de aspectos debe guiar la cuantificación de la intensidad de la carta?

4) ¿Deben ignorarse las conjunciones de una carta armónica n que estaban ya presentes en la carta radical (A1)?

Mike O'Neill, que, al parecer, fue quien introdujo el término "armograma" (harmogram), diseñó un pequeño programa para calcularlos y dibujarlos en el cual deja que sea el propio usuario quien decida qué solución dar a cada uno de esos cuatro problemas. El programa de Mike O'Neill puede obtenerse gratuitamente en la página siguiente:


Es un programa al viejo estilo MS-DOS, que puede que no funcione en algunos equipos recientes (por ejemplo, los que utilizan Windows Vista). En ese caso, la solución es usar un emulador de MS-DOS, como, por ejemplo, el DOSBox.

Cuando ponemos en marcha este programa, lo primero que veremos será lo siguiente:

DEFAULT SETTINGS (0/1)

El cero equivale a "no" y el uno equivale a "sí". Por tanto, si deseamos atenernos a las opciones "por defecto" introduciremos un uno (1). En ese caso, el programa utilizará un orbe de 12 grados, usará 10 planetas (Sol, Luna, Mercurio, Venus,, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón), excluirá del recuento aquellas conjunciones que ya estaban presentes en la carta radical (A1) y utilizará un modelo de orbe gaussiano. Si éstas no son nuestras opciones predilectas, introduciremos un cero (0) y el programa nos dará la oportunidad de modificarlas.

El orbe de 12 grados, que a primera vista puede parecer un poco amplio, en realidad se queda más bien corto. Implica que a las oposiciones se les concederá un orbe de 6 grados, a los trígonos 4 grados, a las cuadraturas 3 grados y a los sextiles 2 grados. Estos orbes están por debajo de los que normalmente utiliza la mayoría de los astrólogos.

Espero no desorientar a nadie con lo que acabo de decir. No es que los armogramas de O'Neill tengan en cuenta todos esos aspectos en cada una de las cartas armónicas. Se limitan, como ya he dicho, a contabilizar conjunciones. Ahora bien, si asumimos para la conjunción un orbe de 12 grados, las conjunciones que encontremos en el armónico 2 procederán de aquellas conjunciones y oposiciones de la carta radical (A1) que no excedan del orbe de 6 grados. Y si excluimos del recuento de conjunciones del armónico 2 aquellas que ya lo eran en el armónico 1, el número de conjunciones restantes será igual al número de oposiciones de la carta radical dentro del orbe de 6 grados. De ese modo, se puede usar el armónico 2 para rastrear oposiciones, así como el armónico 3 para rastrear trígonos, el armónico 5 para contabilizar quintiles y biquintiles, etc.

Esta es una de las razones por las cuales el programa de O'Neill, usando las opciones por defecto, no contabiliza las conjunciones de cada armónico que ya lo eran en la carta radical. Si queremos investigar la naturaleza de los aspectos de la serie del Siete (septiles, biseptiles y triseptiles) seleccionando cartas que contengan muchas conjunciones en el armónico 7, sin tomar la precaución de mirar cuántas de estas conjunciones lo eran ya en el armónico 1, entonces corremos el riesgo de tomar como representativas de la naturaleza de los aspectos de la serie del Siete algunas cartas radicales que no contengan ningún septil ni biseptil ni triseptil, o que contengan muy pocos. Sin embargo, la función principal de un armograma es medir la fuerza o intensidad de un armónico y de la serie de aspectos que va asociada al mismo, no su naturaleza. Explicaré un poco más abajo por qué no me parece buena idea excluir ninguna conjunción presente en cualquier carta armónica, por más que pudiera estar también en la carta radical o en algún otro armónico primo más bajo. Pero primero debo decir algo sobre los distintos modelos de orbes de aspectos entre los que hay que elegir antes de abordar la tarea de cuantificar la fuerza de una carta armónica.

1) MODELO DE ORBE "TODO O NADA"

En este modelo, cualquier conjunción entre dos planetas recibe un punto, sin que importe si la conjunción es partil o se halla cerca de un extremo del orbe admitido. Supongamos que optamos por un orbe de 8 grados y que encontramos una carta que contiene una conjunción exacta del Sol con Mercurio (0 grados de distancia), estando la Luna 4 grados antes y Venus 7 grados después de Sol/Mercurio. Este grupo de planetas incluye un total de cinco conjunciones dentro de un orbe de 8 grados: Sol/Mercurio, Sol/Luna, Mercurio/Luna, Sol/Venus y Mercurio/Venus. Por tanto, contribuirá con cinco puntos a la valoración total de la carta que lo contenga.

Modelo de orbe "todo o nada"



2) ORBE DE PROGRESIÓN LINEAL

En este modelo, toda conjunción partil (distancia 0 grados) recibe un punto. Las demás conjunciones reciben tan sólo una parte de un punto inversamente proporcional a su distancia a la conjunción partil. Siguiendo con el ejemplo anterior, la conjunción Sol/Mercurio recibirá un punto completo. Las conjunciones Sol/Luna y Mercurio/Luna están a una distancia de 4 grados, que representa la mitad del orbe admitido; por tanto, recibirán medio punto cada una. Las conjunciones Sol/Venus y Mercurio/Venus están a una distancia de 7 grados, que representa 7/8 del orbe admitido; por tanto, recibirán un octavo de punto cada una. En total, este grupo de planetas contribuirá con 2,25 puntos a la valoración de la carta.

Modelo de orbe de progresión lineal



3) ORBE GAUSSIANO O DE PROGRESIÓN SINUSOIDAL

En este modelo, al igual que en el anterior, se considera que los aspectos incrementan progresivamente su intensidad desde el extremo inferior del orbe hasta el punto de conjunción partil, y después pierden progresivamente intensidad hasta llegar a cero en el extremo opuesto del orbe. Sin embargo, aquí se entiende que la progresión no sigue un ritmo lineal, sino que se ajusta a una curva normal o campana de Gauss. También aquí la conjunción Sol/Mercurio recibirá un punto completo, pero las conjunciones Sol/Luna y Mercurio/Luna recibirán aproximadamente un cuarto de punto, y las conjunciones Sol/Venus y Mercurio/Venus apenas un 0,01. En total, en este modelo el grupo planetario alcanzará una puntuación de alrededor de 1,52 puntos.

Modelo de orbe gaussiano



A estas alturas ya debe estar bastante claro que un armograma para un armónico n y para una fecha y hora determinadas puede llegar a tener una apariencia muy distinta dependiendo del número de planetas usado para calcularlo, de la magnitud del orbe asignado a una conjunción, del modelo de orbe escogido y de la decisión de excluir o no aquellas conjunciones que ya estaban presentes en la carta radical o en algún otro armónico primo anterior. No sólo varía la apariencia del armograma del armónico n en función de los parámetros escogidos, sino que también se altera la jerarquía entre los diferentes armónicos; es decir, el armónico dominante puede ser uno u otro dependiendo de las opciones por las que nos decantemos.

Ahora podemos volver a considerar la cuestión de si debemos contabilizar o no todas las conjunciones presentes en una carta armónica, con independencia de su "pasado armónico". Supongamos que deseo medir el nivel de decibelios a que está sometida mi vivienda en un momento determinado. Digamos que en el exterior hay unos obreros levantando el pavimento con una taladradora para reparar las tuberías del agua y que he decidido poner música alta para que el ruido de la calle no me moleste tanto. El medidor de decibelios en el interior de mi vivienda registrará la intensidad de todo el ruido que se oye en ella, sin que importe para nada si procede del exterior o se origina en el interior. De manera similar, contabilizar todas las conjunciones presentes, por ejemplo, en una carta del armónico 7, nos da la intensidad total de ese armónico, porque las conjunciones del armónico 7 que ya estaban presentes como tales en la carta radical son conjunciones que todavía se escuchan en el armónico 7. Para algunos propósitos puede ser importante distinguir entre el ruido que se origina fuera de la vivienda (las conjunciones que ya estaban en la carta radical) y el que se origina en el interior de la misma (las conjunciones que surgen por primera vez en el armónico 7), pero no para medir la intensidad total de los decibelios (la intensidad del armónico 7). Además, si se usa un modelo de orbe de progresión lineal, cualquier conjunción del armónico 7 que estuviera ya presente en la carta radical tendrá un orbe siete veces mayor que el que tenía en la carta radical, de modo que recibirá una puntuación siete veces menor que en aquella, o incluso mucho menor aún si usamos orbes gaussianos. Esto relega automáticamente a segundo plano ese tipo de conjunciones.

El programa de armogramas de O'Neill incluye los tres modelos de orbes descritos más arriba. El modelo "todo o nada" se usa en la parte inferior de cada gráfico y uno de los otros dos -el de progresión lineal o el gaussiano, a elección del usuario- se usa en la parte superior. Vamos a calcular uno de estos armogramas, para que podamos ver el resultado. Usaremos para ello los datos natales de Albert Einstein.

En DEFAULT SETTING escogeremos cero (0) para decidir nuestras propias opciones. Entonces veremos esto:

LAST PLANET (PL=10) (NN=11)

Si introducimos 10 usará todos los planetas hasta Plutón. Si introducimos 7, sólo llegará hasta Saturno. Introduciendo 11 usará los 10 planetas más el Nodo Norte de la Luna. En esta ocasión escogeremos 11. Entonces nos preguntará si deseamos incluir la Luna. Le diremos que sí (1). A continuación nos pregunta si deseamos incluir aquellas conjunciones que ya estaban en la carta radical. También responderemos que sí (1). Entonces nos ofrecerá la posibilidad de usar un modelo de orbe gaussiano. También le diremos que sí (1). Después nos pedirá que asignemos el número de grados al orbe. Usaremos, por ejemplo, 18. Lo siguiente es dar un nombre al armograma. Le llamaremos ALBERT EINSTEIN. Introducimos sus datos natales (14,3,1879 10.50 GMT) y, a continuación nos preguntará para cuantos días antes y después de la fecha introducida queremos calcular el armograma (no olvidemos que los armogramas se calculan para un periodo de tiempo, no para un momento puntual). En este ejemplo, usaremos 9 días de margen. Entonces nos pedirá un intervalo de horas. Digamos que escogemos 6 horas. En ese caso, el programa calculará una carta cada 6 horas, partiendo de la fecha y hora central (las de nacimiento de Einstein, en nuestro ejemplo) hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, hasta cubrir el margen de 9 días antes y otros 9 días después que hemos escogido. En total, 4 cartas diarias durante 18 días, 72 cartas. Por último nos pedirá el número del armónico para el que queremos calcular el armograma. Optaremos por el 7. Entonces nos volverá a pedir el número del armónico. No se trata de una confirmación. Si escribimos otro número de armónico sumará la intensidad del armónico 7 con la de ese otro número, pero eso no nos interesa. Así que introducimos cero (0) para indicarle que no calcule más armónicos. El programa realizará un recuento de conjunciones, tanto por el método de todo o nada como por el de orbe gaussiano en cada una de las 72 cartas, en orden cronológico. Por último, representará gráficamente la variación de intensidad del armónico 7 a intervalos de 6 horas durante esos 18 días, usando coordenadas cartesianas (el tiempo en las abcisas, la intensidad en las ordenadas). Mediante una línea continua representará las oscilaciones de intensidad, según el orbe gaussiano y mediante un histograma mostrará el número de conjunciones halladas en cada intervalo.

He aquí el resultado:



Se aprecia inmediatamente que con los parámetros que hemos escogido Albert Einstein nació en un momento en el que el armónico 7 se aproximaba a un pico máximo de intensidad dentro del periodo estudiado (18 días). Esto puede no ser así si escogemos otras opciones. Con el orbe utilizado (18 grados) los septiles, biseptiles y triseptiles de la carta radical que han sido tomados en cuenta son los que quedaban dentro de un orbe de 2º 34'. Pero la intensidad del armónico 7 sería aún mayor si tuviéramos en cuenta que el Ascendente forma aspectos de la serie del 7 con la Luna y con Urano, algo que el programa no considera, pero que acercaría aún más el pico del 7 a su hora de nacimiento.

Mike O'Neill y Nick Kollerstrom han mostrado gráficos similares a éste, con fuertes picos en el armónico 7, correspondientes a los momentos exactos en que se produjeron algunos importantes descubrimientos científicos, como los rayos laser o la penicilina. (Nick Kollerstrom, Mike O'Neill, The Eureka Effect: Astrology of Scientific Discovery, 1996).

© Julián García Vara, octubre 2010.