viernes, 30 de septiembre de 2011

Activación de Arcos de Venus por tránsitos.



Todas las personas son diferentes y sus energías vibran en diferentes longitudes de onda. Por eso, cuando dos personas se encuentran deben realizar un esfuerzo que les permita sintonizar la una con la otra, de la misma manera que movemos el dial de una radio para sintonizar una emisora.

Para la Teoría Armónica aplicada a la astrología, una carta astral no es otra cosa que el conjunto de todas las longitudes de onda en las que una persona vibra de manera natural en función del "contexto vibratorio cósmico" al que hubo de acoplarse en el instante de su nacimiento. Esta especie de "melodía personal" que comienza con el nacimiento conserva durante toda la vida un sello peculiar y un ritmo propio que nos distingue como individuos: nuestras específicas "cadencias microcósmicas".

Sin embargo, este concierto vibratorio no permanece siempre idéntico a sí mismo, repitiendo con monotonía la misma secuencia de frases una y otra vez, sino que se altera al menos de tres maneras. En primer lugar, por el desarrollo mismo de las propias energías internas, que son múltiples y dinámicas y evolucionan a ritmos diferentes, dando lugar a diversas combinaciones y cambios de modulación. Una parte de este proceso se pone de manifiesto en algunas técnicas astrológicas de prognosis, tales como las direcciones simbólicas, armónicas y algunas otras. En segundo lugar, por acomodación a los cambios del entorno cósmico (tránsitos y revoluciones solares, lunares y planetarias). Y en tercer lugar, por acomodación a las cadencias microcósmicas de las demás personas con las que cada uno se encuentra (sinastría). Estos tres agentes moduladores no actúan de manera totalmente independiente los unos de los otros, sino que, por el contrario, se interpenetran entre sí. Un encuentro importante y transformador con otra persona no puede suceder en cualquier momento, sino solamente cuando la disposición interna está abierta a ello y las condiciones externas vibran ya de manera natural en sintonía con los ritmos internos. En otras palabras, es necesario que las direcciones y los tránsitos activen los posibles puntos de contacto entre las cartas natales de dos personas en el momento apropiado.

En la entrada anterior de este blog he presentado una técnica a la que he denominado Arcos de Venus en Sinastría que sirve precisamente para localizar la longitud de onda en la cual Venus natal de dos personas diferentes vibra en la misma frecuencia. Ahora vamos a ver cómo los tránsitos del momento del primer encuentro entre dos personas pueden acoplarse también a estas cartas de transformaciones de arcos de Venus, potenciándolas y poniéndolas en actividad. Para ilustrar esto, examinaremos las cartas natales de la modelo Claudia Schiffer y el ilusionista David Copperfield.

Carta natal de Claudia Schiffer

Carta natal de David Copperfield

El 10 de octubre de 1993 David Copperfield actuaba en Berlín como ilusionista y entre el público se encontraba Claudia Schiffer. Él la invitó a subir al escenario y allí mismo se produjo la conmoción del primer encuentro.
"Me tomó de la mano y en ese instante pasó un milagro" -dijo Claudia-  "Sus ojos me atraían, me hipnotizaban. He visto en ellos tanta ternura, tanto calor humano, tanto amor". "Yo me hundí en los ojos de Claudia, -comentó David- caí en este abismo, sin querer pararme". 
La carta que deja a los Venus de ambos en la misma posición es el armónico 5,183721

Carta de transformación de los arcos de Venus
de Claudia Schiffer y David Copperfield
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David tiene en su carta natal una conjunción de Lilith (Luna negra o apogeo lunar) con la Luna en los primeros grados del signo de Acuario, algo que se suele asociar con un ideal de mujer independiente, algo morbosa y dispuesta a experimentar formas de relación poco habituales. En el corazón de esta conjunción se ubica precisamente Venus en la carta de transformación de arcos, a 5º 25' de Acuario, de tal manera que lo que sea que signifique ese contacto en la carta natal de David, es estimulado por su relación amorosa con Claudia. Además, en la carta natal de Claudia Lilith está en conjunción con el Sol y con Marte, por lo que también ella busca en los hombres algo semejante a lo que David busca en las mujeres. Por si no bastara con esto, en la carta de arcos de Venus Lilith y la Luna de Claudia reproducen la misma conjunción que David tiene en su carta natal, por lo que ella se convierte de hecho en la encarnación de su ideal.




Esta carta en la cual se acoplan los dos Venus provoca un efecto bastante extraordinario: la reunión de las luminarias (Sol y Luna) tanto en la carta de Claudia como en la de David. Como ya comenté en la entrada anterior, he encontrado con frecuencia en las cartas de arcos de Venus de parejas la formación de contactos entre luminarias que no estaban en las cartas natales originales, especialmente conjunciones y oposiciones Sol/Luna, Sol/Sol o Luna/Luna. Pero siempre se trataba de contactos entre una luminaria de un miembro de la pareja y otra del otro miembro. Por primera vez me he encontrado aquí con nuevos contactos entre las luminarias de cada uno de los dos miembros de la pareja por separado dentro su misma carta. En el caso de Claudia, no sólo se reúnen el Sol y la Luna, sino también el Ascendente, es decir, los tres elementos más sobresalientes de la carta. Esto mismo sucedería también en la carta de David si se diera el caso de que hubiera nacido unos quince o veinte minutos antes de lo que registra su certificado de nacimiento, algo que no es en absoluto imposible. En ese caso, su Sol natal quedaría exactamente sobre el grado del Ascendente, lo que podría justificar mejor su gran éxito personal que la posición del Sol en casa 12, de acuerdo con la hora registrada. En todo caso, si la hora declarada es la correcta, entonces el Sol de David en la carta de arcos de Venus (29º 37' de Virgo) queda muy cerca de su ascendente natal (27º 14' de Virgo).

Esta situación sugiere que al sintonizar Claudia y David a través del amor o el placer o la fruición estética (Venus) se produce en cada uno de ellos por separado una especie de matrimonio interior entre su Animus y su Anima, su parte masculina y femenina (Sol y Luna), de tal manera que cada uno de ellos se siente interiormente bien consigo mismo en presencia del otro, pero no realmente con el otro. La relación finalmente naufragó y la separación definitiva se produjo en 1999. Entretanto, la prensa alimentó rumores de que el noviazgo era una farsa escenificada públicamente detrás de la cual había fuertes intereses económicos y promocionales, pero el asunto no se pudo demostrar. Independientemente del beneficio personal que cada uno de ellos pudo obtener de esta relación, creo que la atracción existió, por lo menos al principio, y el análisis de los tránsitos de su primer encuentro nos lo confirma plenamente.

En la noche del 10 de octubre de 1993 el Sol transitaba por el grado 17 de Libra, el mismo grado del zodiaco ocupado por Venus en la carta natal de Claudia. Esto admite al menos dos lecturas, que no son mutuamente excluyentes. Una es que la belleza de Claudia debía estar esa noche especialmente iluminada, por lo que muy probablemente se vería más espléndida que de costumbre. La otra es que una figura masculina (el Sol) podía irrumpir esa noche en su vida amorosa (Venus). Este tránsito se produce un día cada año, y en 1993 se dio exactamente en la noche del 10 de octubre. Al mismo tiempo, Venus transitaba el grado 23 de Virgo, el mismo grado del zodiaco ocupado por el Sol en la carta natal de David. También esto admite al menos dos lecturas, que tampoco se excluyen mutuamente. Una es que David debía estar esa noche especialmente atractivo, amoroso y tierno, tal como Claudia declaró percibirlo. La otra es que una figura femenina (Venus) podía irrumpir esa noche en su vida y cautivar su corazón (el Sol). También este es un tránsito relativamente frecuente, que se produce una vez cada trece meses aproximadamente. Pero la coincidencia de ambos tránsitos al mismo tiempo es un acontecimiento único, que hacía de esa noche la gran oportunidad para un encuentro mágico.


Tránsitos del 10 de octubre de 1993 (círculo externo)
sobre las cartas natales de David Copperfield (círculo medio)
y de Claudia Schiffer (círculo interno)
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Los efluvios de Venus y del Sol se mezclaban, por tanto, entre ambos en aquella noche tan especial, de modo que había estímulos suficientes como para poner en marcha el mecanismo de ajuste armónico de la vibración de los Venus natales de ambos. Este acoplamiento se produce, como hemos indicado, en el armónico 5,183721. Nos queda por ver qué sucede si calculamos también las posiciones de los planetas en el cielo de esa noche para este mismo número armónico, es decir, si consideramos los tránsitos directamente en el armónico 5,183721 sobre las cartas de Claudia y David calculadas para el mismo armónico, teniendo en cuenta que una vez que ambos entran en vibración con ese número armónico han de volverse sensibles a la vibración de la misma frecuencia emitida por el entorno cósmico de ese momento.

Armónico 5,183721 de los tránsitos del 10 de octubre de 1993 
(círculo externo)
y de las cartas natales de David Copperfield (círculo medio)
y de Claudia Schiffer (círculo interno)
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Nos encontramos de nuevo con el Sol transitando sobre Venus de Claudia, pero ahora lo hace también sobre Venus de David. Esto no tiene nada de extraordinario por dos razones. La primera es que si una conjunción por tránsito es muy exacta en el armónico 1, como lo era la del Sol con Venus de Claudia aquella noche, se mantendrá dentro de orbe durante un gran número de armónicos. La segunda es que si en esta carta, por definición, los Venus de ambos han de ocupar la misma posición, lógicamente todo aspecto sobre Venus de Claudia lo será también sobre Venus de David. Por la misma razón, no debemos admirarnos de que también se mantenga aquí el tránsito de conjunción de Venus sobre el Sol de David, pero ahora Venus se encuentra también en conjunción con la Luna de David, y este contacto sí es nuevo. 

Hay, también, varios contactos nuevos más. Lilith en el armónico 5,183721 de esa noche ocupaba el grado 22 de Tauro y en el mismo armónico de Claudia ocupa también ese mismo grado 22 de Tauro. Además, Urano, Neptuno y Marte transitan también dentro del orbe de una conjunción sobre Lilith de Claudia, muy estimulada aquella noche, y al mismo tiempo sobre Plutón de David, ya que hay un contacto Lilith/Plutón muy estrecho entre las cartas natales de ambos. Los mismos planetas se encuentran transitando también dentro del orbe de una conjunción con la Luna de Claudia. La conjunción Luna/Lilith que David tiene en su natal es estimulada no sólo por la conjunción de los Venus de ambos en medio de ella, sino también por el tránsito del Sol en el armónico 5,183721. Y la conjunción Luna/Lilith que se le forma a Claudia en este armónico es estimulada, al mismo tiempo, por los tránsitos que hemos indicado de Lilith-Urano-Neptuno-Marte en el mismo armónico, encontrándose, por tanto, en plena efervescencia. Además de todo esto, se forma también una conjunción muy exacta por el tránsito de Plutón sobre Júpiter de David.

He aquí una muestra muy elocuente de cómo los mecanismos de adaptación mutua entre las energías astrales de dos personas son capaces de modificar, al mismo tiempo, el modo de vibración del cielo mismo de un momento dado o, más bien, la forma de percibir esa vibración y de responder a ella.

Los arcos de Venus y, sin duda, también los de otros planetas, nos transportan hacia una nueva dimensión en la astrología que nos permite comprender de manera mucho más profunda y exacta lo que sucede entre dos personas que mantienen un contacto significativo. Ambas conforman todo un nuevo universo particular, no sólo entre ellas, sino también con el entorno, que evoluciona y responde a tránsitos como si de una tercera persona se tratara.

© Julián García Vara, septiembre de 2011.



viernes, 9 de septiembre de 2011

Arcos de Venus en Sinastría



En las tres últimas entradas de este blog nos hemos ocupado de ciertos detalles de la sinastría de Venus desde un punto de vista meramente estadístico. Pese a que el tratamiento cuantitativo de datos no suele ser la forma más atractiva de abordar el tipo de cuestiones que normalmente interesa al público sensible a la astrología, este modo de trabajo nos ha proporcionado no solamente información útil, sino también la excitante experiencia del descubrimiento de lo inesperado.


Haremos, no obstante, un paréntesis en la revisión de los datos estadísticos para proponer una técnica auxiliar de estudio astrológico de relaciones de pareja o de relaciones humanas en general. Pero nos mantendremos en el mismo marco conceptual que ha guiado toda nuestra investigación anterior hasta este punto: la Teoría Armónica y sus aplicaciones en la práctica de la Astrología.


Como nos recuerda Ronald Davinson,
la comparación de los horóscopos se conoce como 'sinastría', del prefijo griego syn, que tiene el significado de "conjuntar mutuamente", y de astron, que significa "estrella". [Ronald Davinson, Sinastría, p.11]
La sinastría es, por tanto, el estudio de las diferentes maneras en que dos personas pueden integrar o poner en común sus astros, no solamente los de nacimiento, sino también los progresados o dirigidos. Entendida de esta manera, abarca un amplio abanico de técnicas. Probablemente las tres más utilizadas son la comparación directa o incrustación, la Carta Compuesta y el Horóscopo de Relación de Davinson. Pero hay otras, como el horóscopo de relación de Alexander Marr, las comparaciones cruzadas de cartas tropicales y dracónicas (o nodales, en general) y las que ponen en juego cartas armónicas fraccionarias, por citar sólo algunas.


La comparación directa o incrustación consiste en tomar cada planeta de la carta natal de una persona y situarlo directamente dentro de la carta natal de otra persona, para ver su nuevo emplazamiento por casa y sus nuevos aspectos con los planetas de la carta en la que se incrusta. Esta ha sido la técnica utilizada en nuestra investigación estadística de contactos entre planetas natales de personas casadas entre sí, excepto por el hecho de que no hemos tenido en cuenta la ubicación por casa de tales planetas. 


La Carta Compuesta es el producto del cálculo de los puntos medios de los planetas y las cúspides de las casas de dos cartas natales diferentes. La carta así obtenida no refleja ninguna configuración astronómica realmente existente en el cielo en ningún momento, sino un simple esquema matemático-simbólico de los puntos de convergencia zodiacal de los pares de factores idénticos procedentes de las dos cartas estudiadas.


El Horóscopo de Relación de Davinson, por el contrario, sí que muestra configuraciones astronómicas realmente existentes, pero que no se corresponden con la fecha natal de ninguna de las dos personas, sino con una fecha intermedia que queda equidistante de las fechas de nacimiento de ambos. En caso de que hayan nacido en lugares diferentes se utilizan las coordenadas geográficas intermedias entre las correspondientes a los dos lugares de nacimiento reales.


Todos estos procedimientos merecen, por igual, la denominación de "técnicas de sinastría", pero si hay alguno que encaje de manera menos perfecta que los otros en el concepto ideal de la palabra, según sus raíces etimológicas, es, sin duda, el primero. En la comparación directa o incrustación no se realiza ningún proceso de convergencia, sino que cada carta conserva inmutables sus posiciones planetarias originales, así como también sus cúspides de casas. Por tanto, los dos individuos permanecen separados, fieles sólo a sí mismos, y la información que obtenemos de este tipo de comparación de cartas nos da, por así decirlo, únicamente una medida de hasta que punto una persona puede seguir siendo ella misma, a pesar de la presencia de la otra.


En las Cartas Compuestas, sin embargo, los planetas se buscan hasta encontrar un punto de encaje, y en el Horóscopo de Relación de Davinson los tiempos y los espacios natales de cada persona se buscan en otro tiempo y en otro espacio comunes. Ambas técnicas realizan mejor que la primera el concepto de fusión, puesta en común, convergencia o punto de reunión implicado en el prefijo griego syn de la palabra sinastría.


Por desgracia, Liz Greene ha contribuido a propagar la confusión conceptual y terminológica en el ámbito de las relaciones interpersonales, contempladas bajo una mirada astrológica, al hacer despreocupadamente afirmaciones del siguiente calibre:
La carta compuesta no parece describir lo que cada persona siente por la otra. De esta manera, es muy diferente a la sinastría, la cual describe la química existente entre dos personas en términos de cómo se modifican mutuamente. Cuando exploramos la sinastría de una relación, decimos 'tu Venus está sobre mi Marte. Tu activas mi Marte y obtienes una respuesta marciana de mí, y yo activo tu Venus e invoco en ti una respuesta venusina. Así sentimos de una cierta forma el uno por el otro'. Cuando miramos la carta compuesta, no estamos explorando lo que cada persona activa en la otra o siente por la otra. Estamos interpretando el campo de energía que se genera entre ellas.[subrayado mío](http://www.astro.com/astrologia/in_composit_s.htm)
Es evidente que aquí Liz Greene está reservando la palabra 'sinastría' para el procedimiento que más arriba he denominado de incrustación o comparación directa, y la contrapone a la Carta Compuesta, como si ésta no fuera una auténtica técnica de sinastría. En este punto, Davinson pone las cosas en su sitio, al incluir su Horóscopo de Relación en un lugar destacado dentro de su trabajo titulado precisamente Sinastría. 


Reflexionando sobre la relación entre las cartas compuestas de puntos medios y los armónicos caí en la cuenta de algo que tiene que ver con las transformaciones de arcos de Williamsen. Recordemos que una carta de transformación de arco es el armónico (normalmente fraccionario) que deja en conjunción exacta a dos planetas cualesquiera de una carta natal. Se obtiene mediante la fórmula:


H = 360 / (P2 - P1)

donde P2 es la longitud en grados absolutos del planeta más adelantado en el zodiaco, Pes la longitud en grados absolutos del planeta menos adelantado y H es el número del armónico que deja a los dos planetas en conjunción exacta.

Nada nos impide, por otra parte, tomar cada uno de los dos planetas de una carta diferente. En tal caso, el resultado no será una sola carta armónica, sino dos, una para cada persona, pero ambas con el mismo número armónico. Si comparamos directamente estas dos cartas armónicas, veremos que los dos planetas usados para definir el arco quedan exactamente en la misma posición. Ese armónico es, por tanto, el que define las condiciones en las que es posible fusionar las energías de esos dos planetas o alcanzar un grado de convergencia o entendimiento entre los dos.

De esta manera, acabamos de definir una nueva técnica de sinastría: las transformaciones de arcos cruzados entre pares de planetas procedentes de cartas natales diferentes. Puesto que partimos de dos cartas distintas, podemos usar el mismo planeta de ambas para calcular una trasformación de arco. En teoría, al menos, una carta de transformación de arco basada en la posición natal de Venus de dos personas debería proporcionar información útil acerca de las posibilidades de entendimiento en cuestiones amorosas, corteses, estéticas o placenteras. Como esta es una idea todavía bastante nueva para mí, no he tenido aún ocasión de verificarla suficientemente. He mirado, no obstante, estos arcos en una veintena de parejas y lo que he visto hasta ahora me resulta más que prometedor. En varias de ellas, el armónico que pone a Venus de ambos en la misma posición provoca también contactos entre las luminarias de uno y otro que no existían en las cartas originales, especialmente conjunciones y oposiciones entre Sol/Sol o Sol/Luna. Otras veces los contactos son entre una luminaria y un planeta personal, o bien entre dos planetas personales. También he observado que suelen darse notables coincidencias entre las posiciones de los planetas en la carta de transformación del arco de una de las dos personas y en la carta natal original de la otra.

Aunque en las relaciones de pareja los arcos de Venus casi siempre tienen algo importante que contarnos, no debemos limitarnos sólo a ellos. Creo conveniente mirar, al menos, siete transformaciones de arcos: Sol-Sol, Luna-Luna, Venus-Venus, Marte-Marte, Mercurio-Mercurio, Sol-Luna y Luna-Sol, y, si se dispone de tiempo, ir probando con las demás combinaciones de planetas personales, o incluso con los planetas más lentos. 

En cuanto a la relación entre las cartas compuestas de puntos medios y las transformaciones de arcos a la que he aludido más arriba, se trata de lo siguiente. Si un planeta A se encuentra en el punto medio de otros dos, B y C, la carta de transformación del arco BC contendrá al planeta A en oposición a BC. Por tanto, si una persona tiene Venus en su carta natal a, digamos, 15º de Aries y otra tiene Venus a 15º de Géminis y Saturno a 15º de Tauro -que es el punto medio de ambos Venus-, la carta de transformación de los arcos de Venus para la segunda persona dejará a Saturno (en 0º de Capricornio) en oposición a Venus de ambas (en 0º de Cáncer). Esto sugiere que las cartas compuestas de puntos medios están más relacionadas con oposiciones armónicas que con conjunciones armónicas. Los verdaderos puntos de fusión no estarían, pues, en los puntos medios, sino en los lugares de conjunción de las cartas de transformaciones de arcos.

Todavía debemos añadir una cosa más. El número del armónico obtenido a través de la fórmula enunciada más arriba es solamente el de la primera carta armónica en la cual los dos planetas se ponen en conjunción, pero también estarán en conjunción en todos los armónicos que sean múltiplos exactos del primero. Puede merecer la pena examinar unos cuantos de estos múltiplos, que contienen oportunidades alternativas de convergencia.


Caso práctico: los Príncipes de Asturias

La técnica de las cartas de transformaciones de arcos aparece ya implementada en los principales programas profesionales de cálculos astrológicos, pero no he visto todavía ninguno que permita aplicarla sobre planetas tomados de dos cartas diferentes. Necesitaremos, por tanto, hacer algún trabajo de cálculo manual, pero con ayuda de las opciones ya disponibles en algunos de los programas y con un poco de práctica podremos obtener este tipo de cartas con una inversión mínima de tiempo y esfuerzo.

El número del armónico a utilizar estará en proporción inversa al tamaño del ángulo entre los dos planetas. Si este ángulo es muy pequeño, tendremos que utilizar un armónico muy alto. Pero debemos recordar que cualquier imprecisión en las posiciones de partida se multiplicará por el número del armónico. Por tanto, debemos tomar dos precauciones. La primera, asegurarnos de que las horas de nacimiento son lo suficientemente fiables; y la segunda, utilizar preferentemente programas de alta precisión en los cálculos, a ser posible con las Swiss Ephemeris incorporadas y activas.

Vamos a explicar a continuación cómo podemos aprovechar las posibilidades que nos ofrece el programa Astrolog32 para conseguir este tipo de cartas. Usaremos los datos natales de los príncipes de Asturias, doña Letizia Ortiz y don Felipe de Borbón y Grecia.



En primer lugar, introducimos los datos natales de Letizia mediante la opción Enter/Edit Main Chart Data del menú desplegable Edit. En este caso la fecha es 15 de septiembre de 1972 a las 17h 24m GMT, Oviedo, 43N22, 5W50. A continuación introducimos los datos natales de Felipe mediante la opción Enter/Edit Chart #2 Data del mismo menú (30 de enero de 1968, 11h 38m GMT, Madrid, 40N24, 3W41).

Ahora nos interesa disponer de las longitudes eclípticas de los planetas en grados absolutos y expresiones decimales. Para ello sólo tenemos que desplegar el menú Settings y escoger la opción Chart Settings. Se abrirá una ventana que en su mitad inferior derecha contiene un cuadro de diálogo titulado Display Format. Ahí debemos marcar la tercera opción (Longitude 360 decimal degrees).

De momento sólo podemos ver la carta introducida en primer lugar, la de Letizia. La posición de Venus está listada a la derecha como 128.1809910.  Si pulsamos ahora la combinación de teclas Alt + C podremos ver ambas cartas superpuestas, pero los datos listados a la derecha serán ahora los de la segunda carta introducida, la de Felipe, cuyo Venus se encuentra a 274.5846258. 

Debemos restar ahora estos dos valores de Venus, colocando siempre el más elevado en primer lugar:

274.5846258 128.1809910 = 146.4036348

El resultado es el arco entre las dos posiciones de Venus. El armónico que necesitamos se obtiene dividiendo 360 por el valor de ese arco:

360 / 146.4036348 = 2.458955

Una vez obtenido el valor del armónico, desplegamos otra vez el menú Settings y escogemos ahora la opción Calculation Settings. En el cuadro Harmonic Chart Factor introducimos el nuevo valor de armónico ( 2.458955 ), teniendo cuidado de no separar la parte entera de la decimal con comas, porque en ese caso el programa ignorará todo lo que va después de la coma. En lugar de eso usaremos un punto.

Si todo ha ido bien, a estas alturas deberíamos poder ver ya algo parecido a esto:



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Esta es la rueda doble de las cartas de transformación del arco de Venus para los príncipes de Asturias. Las dos cartas quedan engarzadas por la posición común de Venus. Si Venus no ocupara el mismo lugar en ambas cartas significaría que hemos cometido algún error en los cálculos o hemos dado algún paso en falso. Como ya no tenemos que calcular nada más, podemos volver a poner las posiciones de los planetas en formato sexagesimal relativo a signos. Para ello volvemos al menú Settings, opción Chart Settings y marcamos ahora Longitude: zodiac position en el recuadro Display format. Como no podemos ver en la columna de datos de la derecha las posiciones de los planetas de ambos simultáneamente, debemos alternar las cartas pulsando C o Alt + C alternativamente.

Vemos que la convergencia armónica de los Venus de ambos lleva aparejada la reunión adicional de la Luna de Felipe con el Sol de Leticia, quedando la primera a 6º 03' de Géminis y el segundo a 5º 17' del mismo signo. Este es un contacto muy importante que no existía en las cartas natales originales y que sólo en esta carta dominada por Venus se hace posible. También encontramos aquí una oposición de Marte de Felipe a Venus de Leticia, un aspecto que aumenta el grado de atracción y que no estaba tampoco presente en las cartas natales originales. Los Saturnos de ambos se ponen aquí en oposición, pero en el primer múltiplo de este armónico los dos Saturnos se reúnen en una conjunción.

Cabe destacar, además, que el lugar del zodiaco en el cual se reúnen los Venus de ambos es 15º 12' de Acuario, muy cerca del punto medio Sol/Luna de la carta natal de Felipe que queda a 14º 40' de Acuario y, al mismo tiempo, en conjunción con ambas luminarias.


Tranformación de arcos de Venus 
para los príncipes de Asturias
rodeando a las cartas natales de ambos.
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Puede leer más sobre transformaciones de arcos en los artículos siguientes:
Transformaciones de arcos

Transformaciones de arcos en acción

Arcos viables y arcos inviables


© Julián García Vara, septiembre 2011