miércoles, 17 de junio de 2015

Las conjunciones que abatieron las torres gemelas



El 11 de septiembre de 2001 medio mundo contemplaba con asombro, en directo, ante el televisor la sucesión de atentados contra las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, seguidos de los ataques contra el Pentágono y contra un avión de pasajeros que presuntamente se dirigía hacia un objetivo en Washington, pero que se estrelló antes de poder alcanzarlo. En estos ataques perecieron alrededor de tres mil personas, pero las consecuencias directas e indirectas de estos hechos se propagaron en el espacio y en el tiempo a muchos otros lugares (Irak, Afganistan, Pakistan), causando muchas más víctimas y alterando las condiciones de vida del mundo civilizado, al provocar la instauración de un sistema de vigilancia intensiva. 

Cuando ocurren cosas como estas, los astrólogos miran al cielo en busca de una explicación. Lo que sucedió no fue ni una catástrofe natural ni un accidente, sino algo premeditado, cuidadosamente planificado durante meses y ejecutado de forma consciente y deliberada. Muchas personas estaban detrás de esto, sabían lo que hacían y lo que pretendían conseguir. La explicación hay que buscarla, pues, en primera instancia, en los motivos e intereses religiosos, ideológicos, políticos o económicos que perseguían los artífices de esta monstruosidad. Y la responsabilidad de lo sucedido les compete por completo a ellos y no a ninguna configuración planetaria, pese a que el título mismo de este artículo sugiera otra cosa.

Si un grupo de guerreros utiliza un ariete para derribar la puerta de un castillo, tanto podemos decir que los guerreros derribaron la puerta como decir que el ariete derribó la puerta. De modo parecido, aunque en términos puramente simbólicos, si un grupo de terroristas utiliza la energía de las conjunciones de Marte para derribar las torres de un complejo comercial, lo mismo podemos decir que los terroristas derribaron las torres como decir que las conjunciones lo hicieron. Pero ni el ariete ni las conjunciones hubieran hecho ninguna de las dos cosas sin el concurso activo de aquellos hombres que decidieron darles esa dirección.




Todos sabemos cómo se puede usar un ariete para derribar una puerta, pero no es fácil imaginar cómo se puede usar "la energía de una conjunción" para cualquier propósito. Por supuesto, aquí la palabra 'energía' no se usa con un significado físico, sino en el sentido de "la cualidad específica de una conjunción que impulsa por atracción o simpatía a enfocar la mente en ciertos temas o a actuar de ciertas maneras en determinados momentos". Si las conjunciones tienen ese poder, podemos preguntarnos si no serán ellas las que utilizan la energía de los hombres para conseguir sus propósitos. Esta era la forma más natural de pensar, cuando se creía que los planetas eran dioses o estaban bajo el dominio directo de los dioses.  En cualquier caso, no tenemos que esperar a que se despejen estas incógnitas para investigar si ciertas conjunciones estaban o no conectadas con los sucesos del 11 de septiembre.

En las seis entradas anteriores de este blog pudimos comprobar cómo algunas conjunciones se relacionaban con una serie de accidentes aéreos, naúticos o ferroviarios. Las conjunciones no coincidían en el tiempo con los accidentes, sino que, por lo general, los precedían en algunos meses o años. Ahora bien, si levantábamos una carta astral para el momento exacto de la conjunción y para el lugar del accidente, la progresión de esta carta por armónicos de la edad producía aspectos importantes y exactos para las fechas de los sucesos. En todos los casos estaba presente una conjunción de Marte, bien con Urano o bien con Saturno, y en los casos con mayor número de víctimas estaban presentes las dos, estrechamente interrelacionadas. Las conjunciones Sol-Luna intervienen a veces matizando o enfocando sobre días y horas determinadas la presión de las conjunciones de Marte.

Marte es el símbolo del guerrero y representa un principio general de división o separación. Va armado con espadas, lanzas, cuchillos, flechas, todo tipo de objetos cuya función es cortar, abrir, dividir o separar las carnes de sus enemigos. La misma enemistad entre los hombres es a la vez causa y consecuencia de la división o separación de grupos humanos por conflictos de intereses, ideas o creencias. Marte se lanza a la batalla para vencer o morir, no para negociar ni pactar. Sigue el principio lógico de la disyunción exclusiva: "o él o yo, pero no los dos". Compite, no coopera. Se impone por la fuerza y no es receptivo al punto de vista del otro. Lo bueno de Marte es que es franco, claro, directo, manifiesto, no disimula, se le ve venir con tiempo suficiente para preparar la batalla o ponerse a salvo. Pero esto es así únicamente si actúa solo. Si se alía con Urano o con Saturno la cosa cambia, porque entonces se vuelve astuto, como Prometeo o como Ulises, urde artimañas, prepara trampas y salta sobre su presa cuando menos se lo espera.

Vamos a investigar si las conjunciones de Urano con Marte y de Saturno con Marte inmediatamente anteriores a los ataques del 11 de septiembre muestran algún tipo de conexión con lo acontecido. El 24 de octubre de 1999 Urano y Marte hacían la conjunción heliocéntrica previa a la fecha de los ataques en el grado 15º 39' de Acuario (figura 4, rueda externa). Este es un grado importante para los Estados Unidos de América, porque es el que ocupaba Plutón en la carta heliocéntrica de la aprobación de la Constitución, el 17 de septiembre de 1787, a las 16 (hora de Filadelfia). Plutón ocupa la casa primera de la carta de la Constitución y si fuera regente de Escorpio, entonces sería el regente de la casa décima (Medio Cielo). Esto lo relaciona con las dos casas más importantes de la carta, de modo que una conjunción de Urano-Marte sobre el grado ocupado por Plutón es un indicio muy claro de peligro para los Estados Unidos durante el periodo que va desde el 24 de octubre de 1999 hasta el 22 de septiembre de 2001, fecha de la siguiente conjunción heliocéntrica de Urano con Marte. Téngase en cuenta que, aunque la declaración de independencia de las colonias fue en 1776, los Estados Unidos no se constituyen como una única nación, con un marco constitucional común y un presidente único para todos hasta septiembre de 1787.

La conjunción geocéntrica de Urano con Marte previa a los ataques del 11S tuvo lugar el 14 de diciembre de 1999 en el grado 13º 59' de Acuario. En la carta geocéntrica de la Constitución de los Estados Unidos, Plutón se encuentra en 14º 12' de Acuario, a solo 0º 13' del punto en que se produjo esta conjunción de Urano-Marte. La carta completa de esta conjunción, calculada para el emplazamiento de las torres gemelas del WTC en Nueva York, se muestra en la figura 1.

Figura 1
Conjunción Urano-Marte geocéntrica previa a los ataques del 11S
Nueva York. Zona Cero

Así pues, tanto la posición heliocéntrica como la posición geocéntrica de Plutón en la carta astral de la Constitución americana fueron activadas por las respectivas conjunciones heliocéntrica y geocéntrica de Urano y Marte, previas a los ataques del 11 de septiembre de 2001. En el caso de la conjunción geocéntrica, calculada para Nueva York, la conexión con la carta de la Constitución no se limita a Plutón, sino que afecta también a las luminarias (Sol y Luna) a través de los ángulos (MC y ASC), tal como se muestra en la figura 2.


Figura 2
Rueda interna: Constitución americana Geo.1787, Filadelfia
Rueda externa: Conjunción Urano-Marte Geo. 1999, Nueva York

Si comparamos la carta de la conjunción Urano-Marte, domificada para Nueva York, con la carta de la Constitución americana, comprobaremos que el MC de la carta Urano-Marte queda cerca del grado que ocupaba el Sol en la carta de la Constitución, y el Ascendente de la carta Urano-Marte queda cerca del grado que ocupaba la Luna en la carta de la Constitución (figura 2). Si en vez de domificar esta carta para Nueva York lo hacemos para el aeropuerto Logan de Boston, lugar del que despegaron los dos aviones que se estrellaron en las torres gemelas, entonces el ascendente queda a 7º 08' de Sagitario, a solo 0º 02' de la Luna de la carta de la Constitución.

Todo ello añade razones para sospechar que esta conjunción se dejaría notar en esas ciudades de los Estados Unidos dentro del periodo comprendido entre el 14 de diciembre de 1999 y el 26 de noviembre de 2001, fecha de la siguiente conjunción geocéntrica de Urano y Marte.

Hay desviaciones de uno o dos grados entre las posiciones de los ángulos en Nueva York y las luminarias de la Constitución. Si buscamos un lugar en el que tales desviaciones no se produzcan, el único punto del planeta donde el ajuste es perfecto tanto con el Sol como con la Luna es el que se muestra en el mapa de la figura 3, muy cerca de las costas de Long Island, cuyas coordenadas geográficas aproximadas son 40º 49' N, 72º 07' W.



Figura 3
Lugar que deja al Sol y la Luna de la Constitución americana de 1787
en el Medio Cielo y el Ascendente de la conjunción Urano-Marte de 1999

La ciudad populosa más cercana al punto marcado en el mapa es, sin duda, Nueva York. Puesto que los que "se hicieron cargo" del potencial destructivo de esta conjunción planeaban causar el mayor daño posible, un punto situado en medio del mar no era el lugar más indicado para actuar. La siguiente opción era Nueva York.

El dilatado periodo de vigencia de esta conjunción (en torno a dos años) puede hacer dudar de que realmente tuviera algo que ver con el suceso, pero los armónicos de la edad nos mostrarán enseguida nuevos detalles que nos aproximan más y mejor al día y hora en que se precipitaron los acontecimientos. No obstante, para seguir el orden cronológico y poner las cosas en su justa perspectiva, vamos a ver primero las cartas heliocéntrica y geocéntrica correspondientes a las conjunciones Saturno-Marte inmediatamente anteriores a los ataques del 11S, porque ambas tienen importantes puntos de enlace con las respectivas cartas de conjunciones Urano-Marte.

La conjunción heliocéntrica de Saturno y Marte previa al 11S se produjo el 23 de marzo del 2000 (GMT: 24 de marzo, 1:59:53), en 18º 43' de Tauro. En ese momento, el meridiano de Nueva York cortaba el grado 15º 21' de Leo (zodiaco tropical), por lo que el Fondo del Cielo estaba en 15º 21' de Acuario. La última conjunción Urano-Marte heliocéntrica se había dado en 15º 39' de Acuario, quedando, pues, en el mismo grado que un ángulo (FC) de la carta de la conjunción Saturno-Marte. Esto convertía a Nueva York en un punto de enlace de las dos conjunciones (figura 4).



Figura 4
Rueda interna: conj.Saturno-Marte.heliocéntrica, 3/2000
Rueda externa: conj.Urano-Marte.heliocéntrica, 10/1999

La conjunción geocéntrica de Saturno y Marte previa al 11S se produjo el 15 de abril del año 2000, a las 20:27:26 GMT, en 17º 16' de Tauro. Calculada para Nueva York, la carta correspondiente a esta conjunción es la que se muestra en la figura 5. El ascendente y la Luna de esta carta quedan cerca del Medio Cielo de la carta de la conjunción geocéntrica Urano-Marte y del Sol de la carta de la Constitución de los Estados Unidos (figura 2). La zona de contacto abarca el ascendente de Saturno-Marte (19º 48' de Virgo), la Luna de Saturno-Marte (21º 00' de Virgo), el Medio Cielo de Urano-Marte (22º 46' de Virgo) y el Sol de la Constitución (24º 50' de Virgo).



Figura 5
Conjunción Saturno-Marte geocéntrica previa a los ataques del 11S
Nueva York. Zona Cero

Las dos conjunciones de Saturno y Marte (heliocéntrica y geocéntrica) tienen, pues, nexos importantes con las conjunciones de Urano y Marte que las precedieron, si las calculamos para Nueva York. Por esa razón, cuando la carta de una de las conjunciones es "despertada" por una dirección, progresión o tránsito sobre uno de los grados en los que la carta de la otra conjunción contiene también algo importante, ambas se activan a la vez y suman sus fuerzas. Hemos llegado al punto en el que debemos preguntarnos si los armónicos de la edad de las conjunciones mencionadas jugaron un papel relevante como activadores o dinamizadores de las cartas correspondientes, en la fecha del 11 de septiembre de 2001.

La figura 6 nos muestra el armónico de la edad de la conjunción Urano-Marte heliocéntrica. Vemos que la propia conjunción Urano-Marte acababa de pasar por un ángulo de la carta (FC) y se dirigía hacia la oposición con la Tierra y con Júpiter. El paso por el Fondo del Cielo había sido exacto un día y medio antes y la oposición con la Tierra no se cerraría hasta tres días después. Ambos aspectos estaban activos dentro de un orbe de unos dos grados y medio y marcaban una cierta tensión adicional entre los días 9 y 14 de septiembre, pero ninguno coincide con el día de los hechos.

Figura 6
Armónico de la edad de la conjunción heliocéntrica Urano-Marte
11 de septiembre de 2001, 8:46:40, Nueva York. Zona Cero

Si tomamos la conjunción geocéntrica de Urano-Marte, encontramos que el ascendente progresado por armónicos de la edad + 1 estaba a 14º 15' de Acuario, a solo 0º 16' de la posición original de la propia conjunción (figura 7, izquierda). El contacto había sido exacto algo menos de doce horas antes del impacto del primer avión sobre una de las torres.

Algo muy semejante ocurre con la conjunción geocéntrica de Saturno-Marte (figura 7, derecha). También en este caso encontramos que el ascendente progresado por armónicos de la edad + 1 (18º 37' de Tauro) acababa de pasar por la posición original de la propia conjunción (17º 16' de Tauro) y estaba alcanzando el punto en que se produjo la conjunción heliocéntrica de los mismos planetas (18º 43' de Tauro). El contacto del ascendente con la conjunción geocéntrica había sido exacto el 8 de septiembre, y el contacto cruzado con la conjunción heliocéntrica fue exacto el propio 11 de septiembre.


Figura 7
Ascendentes progresados por armónicos de la edad + 1
para el 11 de septiembre de 2001, 8:46:40 EDT, Nueva York
desde la conjunción Urano-Marte geocéntrica (izquierda)
y Saturno-Marte geocéntrica (derecha)

La sincronización de los ascendentes de ambas cartas pasando por las conjunciones que les dieron origen entre el 8 y el 11 de septiembre de 2001 es un fenómeno bastante excepcional y, puesto que esos ascendentes parten del horizonte oriental de Nueva York en las fechas de las conjunciones, es precisamente en esta ciudad y zonas cercanas a ella donde el peligro era máximo en esos días.

Los factores que hemos localizado hasta ahora indican que, por armónicos de la edad en años, las conjunciones Urano-Marte y Saturno-Marte podían dejar su huella sobre la ciudad de Nueva York durante la semana que va del 8 al 14 de septiembre de 2001. Si queremos ser más específicos podemos calcular armónicos de la edad en días, porque sus aspectos se ciñen a periodos mucho más breves, lo que permite discriminar entre una serie de días aquellos con mayor carga de aspectos poderosos o potencialmente destructivos y señalar horas y minutos críticos dentro de un mismo día.

Los armónicos de la edad en días rara vez se correlacionan con sucesos de gran magnitud, porque sus aspectos se forman y se disuelven muy rápidamente, pero si caen sobre terreno previamente abonado por otras cartas de desarrollo más lento pueden desencadenar toda la fuerza retenida en ellos y dar lugar a episodios muy notables. El complejo entramado de armónicos de edad en años y en días, discretos y continuos, de origen cero y de origen uno, geocéntricos y heliocéntricos, se complica aún más por el hecho de que los que se derivan de una conjunción interactúan con los que se derivan de otra. Llevará algún tiempo encontrar la manera más eficaz de manejar tan amplio caudal de información, por ejemplo mediante el desarrollo de nuevos modelos de gráficos capaces de mostrar redes de relaciones entre un alto número de cartas debidamente organizadas y jerarquizadas. Pero con lo que ya tenemos podemos hacer nuestras primeras incursiones en este fascinante mundo del desarrollo interno de las conjunciones a través de sus ciclos armónicos.

Los armónicos de la edad en días de una conjunción pueden marcar momentos especialmente delicados por sí mismos o por su relación con la carta de la conjunción original; pero también pueden actuar como activadores de la carta de otra conjunción o en alianza con los armónicos de la edad de otra conjunción. De hecho, los efectos más devastadores se observan precisamente cuando los armónicos de edad de una conjunción Saturno-Marte activan la carta de la última conjunción Urano-Marte o cuando los armónicos de edad de una conjunción Urano-Marte activan la carta de la última conjunción Saturno-Marte. En este contexto de colaboración entre ambas conjunciones, a veces el golpe definitivo viene de la mano de la última conjunción Sol-Luna y sus armónicos de la edad en días.

Los armónicos de la edad en días no los calcula ningún programa de astrología, que yo sepa, pero podemos utilizar el Lapso 1.0 para determinar el tiempo exacto transcurrido entre dos fechas, tanto en años como en días y en algunas otras unidades de medida. Con ayuda de esta utilidad es fácil establecer las edades en días de las conjunciones que estamos investigando, calculadas para el 11 de septiembre del 2001, 8:46:40 EDT (12:46:40 GMT), que son las siguientes:

  • Urano-Marte heliocéntrica: 688,2743519
  • Urano-Marte geocéntrica: 637,0749074
  • Saturno-Marte heliocéntrica: 536,4491551
  • Saturno-Marte geocéntrica: 513,6800231

A partir de aquí podemos construir una tabla como esta:

Tabla I

La edad en días que nos da el Lapso es la que hay que utilizar para calcular un armónico de la edad continuo de origen cero. Este tipo de armónico solo se aplica a la hora exacta del acontecimiento. La parte entera de esa cifra nos da el número del armónico de la edad discreto de origen cero, que se aplica a un día completo, contado desde la hora de la conjunción original. Recordemos que los armónicos de edad de origen cero no nos dan la progresión de los planetas mismos, sino la del punto vernal septentrional (cero Aries) arrastrado a distintas velocidades por la progresión del planeta correspondiente. Esto señala puntos críticos relacionados con la naturaleza de cada planeta, pero la progresión de los propios planetas hay que buscarla en los armónicos de la edad de origen 1, que son los que parten de los grados realmente ocupados por los planetas en el radix o carta de la conjunción original. Para pasar de un número de armónico de origen cero, ya sea discreto o continuo, al correspondiente armónico de origen 1 todo lo que hay que hacer es sumar una unidad.

El desarrollo completo de la tabla I requiere el cálculo de 16 cartas armónicas que, además, deben ser comparadas entre sí y con las cartas de las conjunciones de origen. Puede parecer que esto implica mucho trabajo de cálculo, pero en realidad no es así. Podemos obtener cada carta de armónico de edad continuo de origen cero con una simple operación de copiar la cifra que nos da el Lapso y pegarla en la casilla correspondiente al número de armónico del programa que estemos utilizando. Después basta con truncar la parte decimal o sumar una unidad para obtener cada una de las demás variantes. Sería excesivo poner aquí y comentar cada una de las 16 cartas. Me limitaré a mostrar lo que me ha parecido más significativo de algunas de ellas. El lector curioso puede inspeccionar el resto por sí mismo. 


Urano-Marte se asocia con Saturno-Marte. Vía heliocéntrica

Desde que se produjo la conjunción Urano-Marte heliocéntrica previa a los sucesos del 11S hasta el momento del impacto del primer avión sobre una de las torres del WTC transcurrieron 688,27435 días, es decir, 688 días completos más una parte de otro. Si sumamos a la conjunción original un armónico por cada día completo transcurrido, llegamos al armónico 689, ya que la conjunción original es el armónico 1. El armónico 689 de esta conjunción Urano-Marte calculado para Nueva York se muestra en la rueda interna de la figura 8.

Figura 8
Rueda interna: armónico 689 de la conjunción Urano-Marte heliocéntrica.
Rueda externa: conjunciones Saturno-Marte geocéntrica y heliocéntrica.

La conjunción Urano-Marte se ha desplazado en este armónico hasta el grado 17º 42' de Tauro. La conjunción Saturno-Marte geocéntrica previa al 11S se había producido a 17º 16' de Tauro y la conjunción Saturno-Marte heliocéntrica fue en 18º 43' de Tauro. Por tanto, Urano-Marte se sitúa en medio de las dos conjunciones Saturno-Marte, activándolas a ambas. Esto se asemeja a lo que ya vimos que sucedía con los ascendentes progresados por armónicos de la edad en años (figura 7), que se situaban también en medio de las dos posiciones (geocéntrica y heliocéntrica) de las conjunciones Urano-Marte y Saturno-Marte.

De esta forma, la cuadratura de Neptuno y la oposición de Plutón a Urano-Marte en el armónico 689 son también aspectos a las conjunciones Saturno-Marte. Este es uno de los varios modos en que las conjunciones Urano-Marte y Saturno-Marte se conectaban a través de los armónicos de la edad en días. Veamos otro.

En el momento en que se produjo la conjunción heliocéntrica Urano-Marte inmediatamente anterior a los sucesos del 11S el grado que ascendía por el horizonte de la ciudad de Nueva York (zona del WTC) era el 29º 16' de Leo. Cuando se produjo la conjunción heliocéntrica Saturno-Marte previa al 11S, ascendía en ese mismo lugar el grado 7º 42' de Escorpio. Pero si movilizamos el ascendente de esta última conjunción al ritmo de los armónicos de la edad en días hasta llegar a la hora del impacto del primer avión sobre la torre norte del 11 de septiembre de 2001 (armónico 536,44915),encontramos que se ha desplazado hasta 29º 27' de Leo.


Urano-Marte se asocia con Saturno-Marte. Vía geocéntrica

Desde que se produjo la conjunción Urano-Marte geocéntrica previa a los sucesos del 11S hasta el momento del impacto del primer avión sobre una de las torres del WTC transcurrieron 637,03324 días, es decir, 637 días completos más una parte de otro. Si sumamos a la conjunción original un armónico por cada día completo transcurrido, llegamos al armónico 638, que es el que se muestra en la rueda interna de la figura 9.


Figura 9
Rueda interna: armónico 638 de la conjunción Urano-Marte geocéntrica.
Exterior: posición progresada de la conjunción Saturno-Marte
por armónicos de la edad para el 11S (armónico 513,68002)

Las casas del gráfico de la figura 8 son las de la conjunción original (cúspides naturales), pero en la figura 9 hemos usado casas iguales a partir de la posición progresada del ascendente. Como norma general, si en la esquina superior izquierda de un gráfico aparece la palabra "Placidus" o el nombre de cualquier otro sistema de casas eso significa que se están usando las cúspides de la carta de la conjunción original. Si no se indica un sistema de casas, entonces se está usando la posición del ascendente progresado por armónicos de edad como cúspide de la primera casa y punto de partida de un sistema de casas iguales. 

En este caso, optamos por el sistema de casas iguales porque es el que nos permite conocer la posición del ascendente progresado y apreciar cómo la conjunción Urano-Marte y dos planetas más (Júpiter y Plutón) se agrupan en torno a ese ascendente. Esa quíntuple conjunción se aplica por todo un día sobre la ciudad de Nueva York, desde poco antes de las siete de la mañana del 11 de septiembre, y es, sin lugar a dudas, una de las constelaciones planetarias más inquietantes que podamos imaginar. Por si no bastara con esto, la conjunción geocéntrica Saturno-Marte, progresada por armónicos de la edad en días, cruzó esa agrupación entre las 7:18 y las 9:07 del mismo día. A las 7:18 alcanzaba a Júpiter, a las 8:13 coincidía con Urano-Marte, a las 9º 02' llegaba al ascendente y a las 9:07 a Plutón. Recordemos que el primer avión impactó sobre la torre norte a las 8:46 (figura 9) y el segundo lo hizo sobre la torre sur a las 9:03, prácticamente en el mismo momento en que Saturno-Marte tocaba el ascendente progresado de la conjunción Urano-Marte para ese día en Nueva York. Una precisión escalofriante, que nos invita a reconsiderar la idea de que los armónicos de la edad en días solamente pueden asociarse con sucesos menores, porque lo que aquí está actuando es un armónico de la edad en días móvil sobre otro armónico de la edad en días fijo.

Pero obviamente, como ya hemos indicado, las condiciones para que un armónico de la edad en días pueda actuar con esta contundencia vienen dadas previamente por otros armónicos, ciclos y aspectos de desarrollo más lento. Por ejemplo, la carta de la conjunción Saturno-Marte geocéntrica mostrada en la figura 5 tenía el ascendente en 19º 48' de Virgo y la Luna en 21º 00' de Virgo. Esos grados fueron alcanzados por la conjunción Urano-Marte geocéntrica, progresada por armónicos de la edad + 1 (en años, armónico 2,74425), entre las 7:42 y las 7:48 del 11 de septiembre de 2001, mientras los pasajeros de los aviones que una hora más tarde se estrellarían contra las torres gemelas estaban embarcando. Pero esos mismos grados también serían alcanzados por la Luna del armónico de la edad + 1 (en días , armónico 514,68002) de la propia conjunción Saturno-Marte geocéntrica, entre las 8:45 y las 8:54, intervalo durante el cual se estrelló el primer avión sobre la torre norte.


La conjunción Sol-Luna dispone la escena final


En el estudio de cualquier acontecimiento es conveniente consultar la conjunción Sol-Luna inmediatamente anterior, porque nos da las tendencias generales del último mes para un lugar determinado. En esta ocasión, la conjunción coincidió con el perigeo de la Luna, es decir, se produjo en el momento en que la Luna ocupaba la parte más cercana a la Tierra de su órbita. La presión gravitacional era máxima, porque a la mayor cercanía de la Luna se sumaba su alineación con el Sol.

Estas condiciones son las mismas bajo las que Arnold Lieber (How The Moon Affect You, 1996) observó incrementos estadísticamente significativos en el  número de asaltos violentos, crímenes e ingresos en hospitales psiquiátricos. El suceso que estamos investigando fue, ciertamente, un asesinato en masa y una locura, pero no se produjo en el día de la Luna nueva, sino 23 días y medio más tarde. Ahora bien, la astrología nos enseña que, junto a los efectos inmediatos observados al mismo tiempo o con pocos días de diferencia respecto de las fases de la Luna, hay otros diferidos por efectos de resonancia de ciclos y de ritmos armónicos. El estudio de los armónicos de la edad de las conjunciones es una de las formas más eficaces de determinar algunos de estos efectos diferidos.

La conjunción Sol-Luna previa a los sucesos del 11S calculada para Nueva York se muestra en la figura 10. El ascendente original está a 14º 10' de Tauro, cerca del punto en que se produjo la última conjunción geocéntrica de Saturno-Marte (17º 16' de Tauro), pero ese mismo ascendente progresado por armónicos de la edad + 1 en años para el 11 de septiembre (armónico 1,0640964) alcanzaba ya el grado 17º 0' de Tauro, abriendo una puerta más a la conjunción Saturno-Marte.


Figura 10
Conjunción Sol-Luna previa a los ataques del 11S
Nueva York. Zona Cero

Plutón se encuentra en la misma cúspide de la casa 8 (orbe 0º 01') en oposición con Saturno y en conjunción con Marte. Esta oposición de Plutón con Saturno no pasó inadvertida para ninguno de los astrólogos que en su día ensayaron explicaciones del hecho desde un punto de vista astrológico, pero, en general, fue considerada como tránsito sobre alguna de las cartas que se han propuesto para la independencia de los Estados Unidos de América (especialmente, la de Sibly). Situada en el contexto de la lunación previa sobre Nueva York, el potencial destructivo de la oposición aumenta, al implicar de modo tan exacto la cúspide de la casa de la muerte. Se añade también la presencia de Marte en la misma casa 8.

El análisis de los armónicos de la edad en días de esta conjunción Sol-Luna confirma plenamente la participación de la mencionada oposición Plutón-Saturno y muestra algunos lazos más con las grandes conjunciones que constituyen el trasfondo de todo el asunto (Urano-Marte y Saturno-Marte)

En el armónico de la edad en días discreto (armónico 23, vigente todo el día) Saturno ha saltado al otro lado de la oposición, desde 13º 38' de Géminis hasta 13º 39' de Sagitario. Se coloca así a 0º 01' de la oposición a su propio lugar y en conjunción con Plutón y la cúspide de la casa 8.

En el armónico de la edad en días continuo (armónico 23,41069, aplicable solo a la hora del suceso) el ascendente progresado queda en 13º 54' de Acuario en el momento del impacto del primer avión, a solo 0º 05' del punto en que se produjo la última conjunción geocéntrica Urano-Marte (13º 59' de Acuario). El contacto exacto del ascendente con Urano-Marte se producía solo dos minutos después, poco antes del incidente con el segundo avión.

El armónico de la edad + 1 en días continuo (armónico 24,41069) deja a Plutón en el mismo grado que el ascendente de la conjunción Sol-Luna original (figura 11).

Figura 11
Armónico de la edad + 1 de la conjunción Sol-Luna previa al 11S
Cúspides naturales.

Si en lugar de mantener las cúspides de la carta de la conjunción Sol-Luna original aplicamos el sistema de casas iguales a partir del punto alcanzado por la progresión del ascendente, la misma carta queda como se ve en la figura 12.



Figura 12
Armónico de la edad + 1 de la conjunción Sol-Luna previa al 11S
Casas iguales a partir del ascendente armónico.

Ahora es Saturno el que se sitúa a menos de un grado del ascendente. De este modo, los dos extremos de la oposición Plutón-Saturno de la carta original contactan con alguno de los dos ascendentes, Plutón con el ascendente fijo y Saturno con el ascendente móvil (progresado por armónicos de la edad en días + 1), en el mismo momento de los atentados.

No sé a usted, pero a mí me parece bastante impresionante. El potencial demostrado por los armónicos de la edad en años y en días de las conjunciones a través del estudio de los seis casos expuestos hasta ahora en este blog creo que no deja lugar a muchas dudas sobre la utilidad de esta técnica de análisis. Y, si estoy en lo cierto al creer que esto realmente funciona, tenemos que admitir que se trata de un progreso, de algo que no formaba parte de la caja de herramientas de los astrólogos antiguos, medievales, ni siquiera modernos. Tenemos que admitir que la astrología, como cualquier otra ciencia, puede y debe aprovechar los medios que ahora tenemos para avanzar, progresar, mejorar, llegar más lejos del punto en que nos la encontramos. Está bien estudiar la forma en que trabajaba Ptolomeo, Manilio, Abu Ma'shar, Ben Ragel, Ben Ezra, Cardano, Vetius Valens, Lilly, Morin de Villefrance y tantos otros gigantes de nuestra disciplina. Pero tan importante como eso es preguntarse qué habrían hecho estos hombres de tanto talento si hubieran dispuesto de los conocimientos científicos de la astronomía y la astrofísica actuales, los medios técnicos para medir el tiempo con precisión atómica, para determinar las coordenadas geográficas de cualquier lugar volando virtualmente sobre él, para realizar en segundos cálculos complejos que a ellos les llevaban meses, las bases de datos con millares de cartas disponibles al instante, las posibilidades de comunicación con astrólogos de otros países en vivo y en directo, a través de un ordenador o un teléfono móvil, sin necesidad de desplazamientos. Estoy seguro, porque el talento nunca descansa, que no hubieran desaprovechado estas oportunidades y habrían hecho de la astrología algo mucho más grande.

© 2015, Julián García Vara

lunes, 25 de mayo de 2015

Las conjunciones que hundieron el Titanic



'Titanic' (en español, 'titánico') significa "propio de los titanes". Un barco titánico es un barco descomunal, grandioso, digno de haber sido producido por un titán o de acoger a los titanes en su navegación, un barco con la fuerza de un titán. Los titanes eran hijos de Urano y de Gea, es decir, del Cielo y de la Tierra, y entre ellos estaban Océano, Tetis y Japeto. Del matrimonio de Océano con Tetis nacieron numerosas divinidades acuáticas, protectoras de ríos, fuentes, estanques, lagos y mares. Japeto fue el padre de Prometeo, el protector de la humanidad que robó el fuego a los dioses para entregarlo a los hombres. Con este regalo del titán Prometeo, la humanidad puede no solo calentarse y cocinar los alimentos sino también moldear los metales, crear herramientas y comenzar así el camino del progreso técnico que poco a poco va permitiendo a los hombres hazañas que antes eran privilegio de los dioses: armas con la eficacia de un rayo, barcos capaces de cruzar océanos, naves capaces de sumergirse hasta el fondo de los mares o de sostenerse sobre las nubes. Uno de los hitos de este progreso fue la botadura del Titanic, el transatlántico más grande, bello y fuerte de cuantos se habían fabricado hasta la fecha. En un principio, antes de darle un nombre, los ingenieros se referían a él como el número 401, debido a que era una variante de un modelo anterior muy similar, el número 400. Estos números están grabados en las hélices y en cada pieza de los barcos. El número 400 pasó a llamarse el Olimpic y el 401 sería el Titanic. 





Podemos suponer que estos nombres se eligieron para evocar la idea de la magnificencia, fuerza y poder que adornaban a los dioses griegos, pero no se tuvo en cuenta que los Titanes y los Olímpicos eran enemigos irreconcilibales, que sostuvieron largas batallas, como la Titanomaquia que Hesíodo nos narra en su Teogonía. Esta guerra de diez años terminó con la victoria de los Olímpicos, que se repartieron el mundo como botín y encerraron a los Titanes en las profundidades del Tártaro. No era una buena idea tener juntos dos barcos con esos nombres. Muy pronto uno de ellos acabaría de nuevo sumergido en las profundidades.

Según las crónicas, el Titanic fue terminado en Belfast el 2 de abril de 1912 y zarpó desde Southampton al mediodía del 10 de abril del mismo año, en su viaje inaugural, con destino final en Nueva York, a donde jamás llegó. En la noche del 14 de abril (2:38 GMT del 15 de abril de 1912) el transatlántico colisionó lateralmente con un iceberg. A consecuencia de los daños sufridos, el barcó se fue inundando paulatinamente, hasta que dos horas y cuarenta minutos más tarde se partió en dos y se hundió. Entretanto se refugiaron en los botes salvavidas poco más de un millar de personas, pero en la nave viajaban más de dos mil doscientas. El resto perecieron en las aguas.



Determinar con total exactitud las coordenadas geográficas del accidente es imposible, pero conocemos la posición de los restos del naufragio y las coordenadas transmitidas desde el propio Titanic en sus peticiones de auxilio. El problema es que transcurrieron cerca de tres horas desde el momento del impacto hasta el naufragio, y el barco no detuvo inmediatamente los motores, por lo que continuó desplazándose por algún tiempo. Inicialmente se radiotelegrafió la posición de 41º 44' N, 50º 24' W, y más tarde se corrigió esta posición por la de 41º 46' N, 50º 14' W. Sin embargo, estas localizaciones no parecen confiables, dado que los restos del barco se encontraron bastante lejos de ellas (a 33,5 y 21,2 kilómetros, respectivamente), en las coordenadas 41º 43' 57" N, 49º 56' 49" W (la proa) y 41° 43' 03"N 49° 56' 54" W (la popa).[ Wreck of the RMS Titanic ]

Mi propósito en este artículo no es hacer una investigación astrológica exhaustiva de todas las condiciones que pudieron intervenir de un modo u otro en el trágico desenlace de esta historia: la fecha en que se aprobó el proyecto de construcción del barco, el día en que se iniciaron los trabajos, el día en que se concluyeron, la botadura del barco, la hora y el lugar de partida del viaje inaugural, la fecha de fundación de la empresa naval o las carta natales de Thomas Andrews, el arquitecto que diseñó el Titanic, o de Edward Smith, el capitán de la nave, ambos víctimas del naufragio de su propio barco. En los más de cien años transcurridos desde la catástrofe, muchos han sido los astrólogos que se han ocupado de este tipo de cosas desde todos los puntos de vista imaginables y hasta se han escrito libros enteros sobre los factores astrológicos que rodearon al Titanic (Eileen Grimes, Titanic Astrology). Pero el universo de conexiones entre los ciclos astrológicos y los aconteceres humanos es de tal riqueza y complejidad que, por mucho que se hable de un asunto, siempre queda algo por desvelar. Aquí solo nos vamos a ocupar de algunas de esas cosas que nadie había dicho todavía.

El último artículo publicado en este blog lo comencé con el siguiente párrafo:
He dedicado las últimas cuatro entradas de este blog a introducir e ilustrar el uso de una nueva y potente herramienta de análisis y predicción de acontecimientos mundanos: los armónicos de edad de las conjunciones. Mediante esta técnica, comprobamos que las conjunciones planetarias no actúan solamente en el momento en que se producen, sino que prolongan su influencia durante mucho más tiempo; que no afectan solamente al grado del zodiaco en el que tienen lugar, sino también a otros grados que estaban ocupados por otros planetas en el momento de producirse la conjunción; que toda la carta de la conjunción se moviliza al ritmo de los armónicos de la edad; y que esta movilización afecta de manera diferente y en tiempos distintos a los diferentes lugares de la superficie terrestre, en función de los grados del zodiaco que se situaban en el horizonte y en el meridiano de cada lugar específico en el momento de la conjunción exacta.
La definición de la técnica y los detalles de su uso están dados en las cinco entradas anteriores, por lo que no voy a repetirlos aquí. Insistamos solamente en esto: el momento exacto en que se produce la conjunción entre dos planetas funciona de modo muy semejante al momento exacto en que se produce el nacimiento de una persona: ambos sirven para levantar una carta astral que fija posiciones y constituye una referencia válida para el desarrollo y activación de la misma en el tiempo posterior, por cualquier técnica de prognosis. En particular, los armónicos de la edad se revelan como un sistema muy eficaz de progresar o dirigir las cartas de las conjunciones. La carta de una conjunción, calculada para las coordenadas geográficas de cualquier lugar de la superficie terrestre, nos da indicaciones sobre el modo y el tiempo en que esa conjunción actuará sobre ese lugar.

Entre los accidentes analizados hasta ahora en el blog con esta técnica figura el naufragio que acabó con la vida de cerca de un millar de emigrantes africanos en el Mediterráneo en la noche del 18 al 19 de abril de 2015. Al igual que en el caso del Titanic, todo sucedió en una noche sin luna. La luz de la Luna reflejada en el hielo podría haber bastado para que los vigías del Titanic divisaran a tiempo el iceberg, pero en las noches oscuras todo se complica en alta mar.

En El naufragio de 950 inmigrantes, según la edad de las conjunciones mostré cómo en la noche y en el lugar del naufragio se realizó la funesta alianza de las conjunciones Saturno-Marte y Urano-Marte inmediatamente anteriores a la fecha del suceso, por armónicos de la edad. ¿Estarán también estas dos conjunciones relacionadas con el naufragio del Titanic?

La última conjunción geocéntrica de Urano con Marte inmediatamente anterior al hundimiento del Titanic tuvo lugar el 11 de marzo de 1911, a las 12:20:11 UT., en 28º 10' del signo de Capricornio. Este grado del zodiaco quedaba exactamente sobre el meridiano de cualquier lugar cuya longitud geográfica fuera 52º 48' 49" W. En cualquiera de estos lugares la carta de la conjunción Urano-Marte dejaría a ambos planetas en conjunción exacta al Medio Cielo. Como las conjunciones admiten algunos grados de orbe, también los lugares con longitudes próximas a ésta estarían señalados como zonas especialmente expuestas. El accidente del Titanic se produjo a unos dos o tres grados de distancia de esta longitud.

Poco más de cinco meses después,  el 16 de agosto de 1911, a las 23:41:19 UT, se produjo la conjunción geocéntrica Saturno-Marte inmediatamente anterior al naufragio del Titanic, en 19º 58' de Tauro. Este grado quedaría sobre el meridiano 87º 57' E, que atraviesa Rusia y China, muy lejos del lugar del suceso que nos ocupa. Pero podemos preguntarnos todavía si, dentro de los lugares con la longitud geográfica que dejaba a Urano-Marte en el Medio Cielo, habrá algún punto en el que 19º 58' de Tauro quede en el ascendente. El único lugar que cumple esta condición está en la latitud geográfica 42º 48' 57" N. Con estas coordenadas, la carta de la conjunción Urano-Marte acoge a la conjunción Saturno-Marte en su mismo ascendente (figura 1)


Figura 1
Rueda interna: conjunción Saturno-Marte con sus casas.
Rueda externa: conjunción Urano-Marte con sus casas.

Dicho de otra manera, 52º 48' 49" W de longitud constituía el eje central de una zona que quedaba especialmente expuesta a la acción de la conjunción Urano-Marte desde el 11 de marzo de 1911, por haberse situado tal conjunción sobre el Medio Cielo, en 28º 10' de Capricornio. Entre todos los lugares con esa misma longitud geográfica había uno y solo uno en el que el Ascendente quedaba a 19º 58' de Tauro. La latitud geográfica de ese lugar es 42º 48' 57" N. El 16 de agosto de 1911 se formó la conjunción Saturno-Marte en 19º 58' de Tauro. A partir de esa fecha, la carta de la conjunción Urano-Marte, calculada para las coordenadas indicadas, cargó con el peso adicional de la conjunción Saturno-Marte, por haberse producido ésta sobre su Ascendente. Desde ese momento, el lugar con esas coordenadas (figura 2) pasaba a ser el punto central de una de las zonas más inseguras del planeta, por espacio de un año y medio, aproximadamente, hasta que la siguiente conjunción de Urano--Marte tomara el relevo en febrero de 1913. Esa zona es la señalada con una estrella en la figura 2. La trayectoria seguida por el Titanic desde que zarpó de Southampton hasta que zozobró es la que se muestra en la figura 3. Las coordenadas de la figura 3 corresponden al lugar donde se hallaron los restos del naufragio, no al del punto de colisión con el iceberg, que, en cualquier caso, no estaría muy lejos.


Figura 2 (arriba) : zona de peligro 8/1911-2/1913 
Figura 3 (abajo) : trayectoria y naufragio del Titanic (4/1912)

La comparación de las figuras 2 y 3 habla por sí sola y es una prueba muy elocuente de la utilidad, eficacia y precisión que nos puede brindar el estudio pormenorizado de las conjunciones.

El Titanic, como otros muchos barcos dentro de ese periodo, cruzó esta zona de influencia de las conjunciones citadas con peor suerte que otros que salieron indemnes. Debemos seguir investigando qué otros factores se añadieron a estos para que en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 se desencadenara todo el poder destructivo de estas configuraciones, mientras en otras fechas se mantuvo latente. Para ello tenemos que establecer las cartas completas y dinamizarlas por armónicos de la edad.

La figura 4 muestra la carta de la conjunción Urano-Marte, calculada para Southampton, la ciudad portuaria de la cual zarpó el Titanic en su primer y único viaje oficial (inicio de trayecto). La figura 5 muestra la misma carta, calculada para las coordenadas en que se hallaron los restos del naufragio del Titanic (fin de trayecto).

Figura 4
Conjunción geocéntrica Urano-Marte, en Southampton



Figura 5
Conjunción Urano-Marte, en zona del naufragio del Titanic


Viendo la forma en que se distribuyeron los planetas sobre el cielo de Southampton en el momento de la conjunción Urano-Marte (figura 4), podemos entender algunas cosas. El Sol en Piscis, a un grado del Medio Cielo, Neptuno en Cáncer, a un grado del Ascendente, y la Luna en Leo, en la cúspide de la casa II, forman un circuito cerrado de cadena de disposición, dentro del esquema moderno de dignidades que asigna a Neptuno la regencia de Piscis. Ya Marcus Manilius, en el siglo I, había atribuido a Neptuno la regencia de Piscis, pero como entonces no se conocía ningún planeta con este nombre, es evidente que se refería al dios. A Neptuno (Poseidón) le correspondió el dominio de los mares en el reparto del mundo que hicieron los Olímpicos, tras derrotar a los Titanes. Si la asignación del nombre de Neptuno al planeta descubierto en 1846 fue afortunada y el funcionamiento de este planeta, en términos de correlaciones astrológicas, es consistente con los relatos mitológicos, entonces la presencia de Neptuno en el Ascendente de la carta de la figura 4 nos indica que los asuntos marítimos ocuparán un primer plano durante los dos años siguientes en la ciudad de Southampton.

Bueno, sí, esto es algo perfectamente normal en una ciudad costera, pero no estamos hablando de actividades propias de periodos de normalidad, porque esta carta es —no lo olvidemos— la de una conjunción Urano-Marte. Entonces se trata de asuntos marítimos inusuales, excepcionales, imprevistos, accidentados, peligrosos y repentinos. O de asuntos relacionados con ingenios mecánicos, calderas y motores. Si Neptuno es regente de Piscis, entonces en esta carta rige el Medio Cielo, donde, de todos modos, ya está el Sol. Esto significa fama por cuestiones relacionadas con Urano-Marte, Piscis y Neptuno, y ya sabemos todos lo que pasó con el más tristemente famoso viaje por mar emprendido desde Southampton. La Luna, que sería regente del Ascendente, está en Leo y casa II, lo que nos habla de sueños de grandeza y lujos concebidos por motivaciones económicas. El Sol, el Ascendente y el Medio Cielo en signos de agua son indicadores adicionales de que cualquier accidente inesperado relacionado con la conjunción Urano-Marte y con la ciudad de Southampton podía tener que ver con este elemento. Y el hecho de que el Sol de esta conjunción quedara sobre el Medio Cielo de Southampton colocaba a esta ciudad entre los lugares con más posibilidades de ser afectados de forma pública y notoria por cualquier cosa que produjera esta conjunción.

Pero dos años es un periodo muy largo, durante la mayor parte del cual nada notable sucedió. ¿Qué es entonces lo que hacía especialmente peligrosa la fecha en la que se cumplió todo? La respuesta debemos buscarla en el desarrollo dinámico de la carta de la conjunción Urano-Marte, a través de los armónicos de la edad.

Desde que se produjo la conjunción Urano-Marte hasta que el Titanic colisionó con un iceberg transcurrió un tiempo de 1,096795 años o 400,595706 días. Estas son las cifras que hay que usar para calcular los armónicos de la edad (de origen cero) en años y en días, respectivamente. Para los armónicos de la edad + 1 (armónicos de origen uno) se suma una unidad y nos queda 2,096795 y 401,595706. Como ya he explicado muchas veces, en los armónicos de la edad de origen 1 todos los planetas progresan a partir de las posiciones que ocupan en la carta radical, mientras que en los armónicos de la edad de origen 0 lo hacen a partir del grado 0 de Aries. Ambos son válidos, pero los de origen 1 son los que nos dan la verdadera progresión de los propios planetas, mientras que los de origen 0 nos dan la posición de puntos críticos relacionados con cada planeta.

Los armónicos de la edad en años son los que tienen más peso, debido a que su tiempo de incidencia es considerablemente mayor. Los armónicos de la edad en días pueden revelar horas especialmente delicadas dentro de una fecha ya destacada por otros armónicos más lentos, pero rara vez producen nada importante por sí solos. Tanto unos como otros pueden usarse de modo semejante a una carta de revolución, en cuyo caso se usa solo la parte entera de la cifra y resulta una carta válida para un ciclo completo, ya sea un año o un día. También pueden usarse de modo semejante a los tránsitos convencionales, en cuyo caso se usa la cifra completa, con la parte decimal incluida.

El armónico de la edad + 1 en años de la carta de la conjunción geocéntrica Urano-Marte de 1911, calculado para el momento del impacto del Titanic con el iceberg y para el lugar en que se hallaron los restos del naufragio, se muestra en la figura 6.


Figura 6
Armónico de la edad + 1 de la conjunción geo. Urano-Marte de 1911 
para el 15 de abril de 1912, 2:38 GMT, Atlántico Norte

Lo más destacable de este armónico de la edad es que la Luna se ha sumado a la conjunción de Urano con Marte. Debemos tener siempre presente que estamos trabajando con armónicos, no con tránsitos, y que en este sistema la "velocidad" de un planeta no depende de su distancia a la Tierra o al Sol, sino del número de grados que le separan de Cero Aries en la carta original. Cuanto menor sea la longitud eclíptica de un planeta, medida en grados absolutos desde Cero Aries, más lento se moverá por armónicos de la edad. Como la longitud de la Luna en la carta original (figura 5) es 126º 08' y la de Urano y Marte es 298º 10', resulta que la conjunción Urano-Marte se desplaza más rápidamente que la Luna. Son, pues, Urano y Marte, los que han alcanzado a la Luna, y no al revés, y esta era la primera vez que tal conjunción se producía en los poco más de trece meses transcurridos desde la conjunción partil de Urano y Marte.

Como la "velocidad armónica" de un planeta depende de su longitud eclíptica, Urano y Marte avanzan siempre juntos, ya que parten de la misma longitud. Cuando la progresión por armónicos lleva a Urano-Marte hasta el Sol, la Luna, el Ascendente o el Medio Cielo de la carta original o contacta con las posiciones progresadas de esos mismos puntos, se incrementa la probabilidad de que se haga notar en forma de acontecimientos importantes. En este caso, la reunión de Urano-Marte con la Luna se produce en la casa VIII de la carta original, mientras que el Sol circula por la casa XII, lo cual no facilita las cosas.

Si en lugar de calcular este armónico sobre la carta de la figura 5, calculada para el Atlántico Norte, lo hacemos sobre la carta de la figura 4, calculada para Southampton, los aspectos entre planetas son los mismos. Lo único que cambia es el emplazamiento por casas y, si se quiere, que el regente del Ascendente en Southampton es la misma Luna. Si lo vemos así, tenemos a la conjunción Urano-Marte alcanzando al regente del Ascendente en un momento bastante cercano a la fecha del naufragio; cercano, pero no exacto, porque fue un día y medio antes cuando los tres astros se reunieron en el mismo punto. En el momento del accidente, esta conjunción ya era separativa y tenía un orbe de 0º 43', que es admisible, y más tratándose de la Luna. Tal vez si no actuó un día y medio antes fue porque el barco no había alcanzado aún la zona de máximo riesgo marcada en la figura 2, pero hay también otra cosa que hizo que el riesgo aumentara en vez de disminuir en el transcurso de ese día y medio. La triple conjunción Urano-Marte-Luna avanzaba hacia la oposición con Plutón de la carta original (figura 7)



Figura 7
Carta de la conjunción geo. Urano-Marte de 1911 (rueda interna)
Armónico de la edad + 1 de la conj. geo. Urano-Marte de 1911 
para el 15 de abril de 1912, 2:38 GMT, Atlántico Norte (rueda externa)

Un detalle curioso que tal vez interese a numerólogos o cabalistas es que desde la fecha de la conjunción exacta de Urano y Marte hasta la fecha del naufragio del Titanic transcurrieron 400 días y medio, aproximadamente. Es decir, se habían cumplido 400 días completos y trancurría el día 401. Por esta razón, si queremos usar armónicos de la edad en días en formato discreto (números enteros que representan días completos) debemos aplicar los armónicos 400 (origen cero) y 401 (origen uno). Como he dicho más arriba, el número 400 identificaba al Olimpic y el 401 identificaba al Titanic.

En la década de los 90, Robin Gardiner publicó un libro titulado "Titanic, el barco que nunca se hundió", donde defiende la tesis de que los restos del naufragio que yacen en el fondo del mar en las coordenadas de la figura 3 corresponden al Olimpic y no al Titanic. Según él, un fraude relacionado con pólizas de seguros motivó que el Olimpic fuera "disfrazado" de Titanic.

¿Qué barco se hundió realmente en el día en que los armónicos 400 y 401 de la conjunción Urano-Marte estaban en vigor?, ¿fue el número 400 (Olimpic) o el 401 (Titanic)? De los dos armónicos, el 400 es el único que contiene detalles dignos de mención: la Luna queda en el mismo grado que el Ascendente del lugar del naufragio y Neptuno en conjunción exacta con los nodos de la Luna y a un grado de distancia del Sol de la carta de la conjunción Urano-Marte original.

Para lo que nos interesa aquí, que es comprobar el papel que juegan las conjunciones planetarias en los acontecimientos mundanos, poco importa si el barco que se hundió fue uno u otro. Más interesante es saber si fue una u otra conjunción la que resultó más determinante, porque hay otras que podemos considerar. En concreto, podemos investigar si la conjunción heliocéntrica de estos mismos planetas, Urano y Marte, pudo tener también algo que ver.

La conjunción heliocéntrica de Urano y Marte  previa al naufragio del Titanic se produjo el 2 de mayo de 1911, a las 5:22:38 GMT, sobre el grado 26º 28' de Capricornio. El meridiano correspondiente a esa posición tiene una longitud geográfica de 1º 10' 17" W. Primera sorpresa: ese meridiano cruza la ciudad de Southampton. No es que esté cerca de la ciudad, es que la atraviesa. Y ese es el lugar desde donde zarpó en su viaje hacia la muerte. El otro meridiano, el correspondiente a la conjunción geocéntrica de los mismos planetas, quedaba muy cerca del lugar en el que el barco se hundió. ¿No es asombroso?

La carta completa de la conjunción heliocéntrica de Urano y Marte, calculada para Southampton, se muestra en la figura 8.

Figura 8
Conjunción heliocéntrica Urano-Marte de 1911
montada sobre el cielo de Southampton

Pero aquí hay algo que puede parecer irregular. Si la conjunción es heliocéntrica ¿por qué ubicarla sobre un meridiano terrestre? Si la carta es heliocéntrica (vista desde el Sol) ¿cómo puede eso calcularse para un lugar de la Tierra, con su propio horizonte, su meridiano y su zodíaco tropical? Ciertamente, lo que se muestra en la carta de la figura 8 no es lo que en ese momento se podía "ver" desde Southampton. Los ángulos entre los planetas de esa figura son los que mantienen con respecto al Sol, así los veríamos si pudiéramos mirarlos desde un punto de la esfera solar cuya longitud y latitud fuesen las mismas que las de Southampton, una especie de Southampton solar. La forma en que realmente se veían desde nuestra Southampton terrestre en ese mismo momento es más bien la que se muestra en la figura 9.

Figura 9

Lo que se muestra en la figura 8 es un montaje de los planetas de la carta heliocéntrica sobre las casas de la carta geocéntrica correspondiente (figura 9). Basta mirar la figura 9 para comprobar que Marte no se situaba físicamente sobre el meridiano ni aparecía, visto desde la Tierra, en conjunción con Urano. Pero la conjunción heliocéntrica de Urano-Marte, trasladada idealmente al cielo de Southampton, según su posición zodiacal, funciona de hecho como si estuviera físicamente ahí. Esto es algo que he comprobado en un gran número de casos. Por eso no puedo considerar una simple coincidencia que el grado de la conjunción heliocéntrica Urano-Marte se corresponda con el meridiano terrestre de la ciudad de la que partió el Titanic.

Para terminar de convencernos de que la carta heliocéntrica funciona realmente como referencia válida para acontecimientos terrestres, solo tenemos que progresarla por armónicos de la edad. Pero antes de hacer los cálculos, volvamos a mirar la carta de la figura 8. Si decidimos dejar provisionalmente en suspenso el montaje de las posiciones heliocéntricas de los planetas sobre las casas geocéntricas y, por tanto, dejamos a un lado el notabilísimo hecho de que la conjunción Urano-Marte quede exactamente en el Medio Cielo y nos concentramos solamente en la configuración de los planetas, ¿qué es lo más destacado de esta carta? Sin duda, la cerrada oposición aplicativa de Saturno con Júpiter (orbe, 0º 01'), que sería totalmente exacta el mismo día 2 de mayo de 1911 en que fue exacta la conjunción Urano-Marte. Además, la Tierra participa de este aspecto, porque está a menos de un grado de Júpiter y de la oposición con Saturno. Los tres planetas ocupan los grados 9-10 de Tauro-Escorpio.

Si la carta es válida como referencia para acontecimientos sucedidos en la Tierra, ¿en qué momentos sería más probable que se hiciera notar, al progresarla por armónicos de la edad? No creo que admita discusión que los momentos más críticos serían aquellos en que la conjunción Urano-Marte, progresada por armónicos de la edad, alcanzara los grados 9º 46' - 9º 47' de Tauro o de Escorpio, tensando al máximo la oposición Saturno-Júpiter, o un poco después, al pasar en oposición o en conjunción con la Tierra. La conjunción Urano-Marte cruzó el grado 9º 46' de Tauro por armónicos de la edad + 1 el día 6 de septiembre de 1911, cuando el Titanic se hallaba todavía en construcción en los astilleros de Belfast, y alcanzó la posición 9º 46' de Escorpio poco después de las 5 am GMT del 15 de abril de 1912. El Titanic se partió en dos y se hundió a las 5:18 am GMT de ese mismo día, escenificando plástica y trágicamente el significado de una oposición entre dos cuerpos pesados (Saturno y Júpiter) que tiran de lados opuestos sin ceder hasta provocar un desgarro.


No se puede reclamar mayor exactitud. El armónico de la edad + 1 de esta carta de la conjunción heliocéntrica Urano-Marte para el momento en que el barco se hundió en las aguas profundas (Escorpio) es el que se muestra en la figura 10. Las casas son las del momento de la conjunción original y el lugar del naufragio.


Figura 10

La conjunción Urano-Marte vuelve a ubicarse en la casa VIII, tal como sucede en la carta del armónico de la edad + 1 de la conjunción geocéntrica (figura 6) y la Tierra se aloja en el fondo de la carta.

En las dos conjunciones de Urano con Marte, la geocéntrica y la heliocéntrica, hemos encontrado condiciones que las relacionan claramente con el naufragio del Titanic. Nos señalan los lugares de principio y fin de trayecto, así como los aspectos que hacían especialmente críticos los días en que se desarrolló el viaje. Los aspectos geocéntricos localizados eran aproximados, pero los heliocéntricos eran exactos. El naufragio se produjo a dos o tres grados de distancia del meridiano correspondiente a la conjunción geocéntrica, pero el barco partió exactamente del meridiano correspondiente a la conjunción heliocéntrica. La conjunción geocéntrica progresada de la Luna con Urano-Marte se produjo uno o dos días antes del naufragio, pero la conjunción-oposición heliocéntricas de Urano-Marte con Júpiter-Saturno se cumplía exactamente en el día y hora en que el barco se partió en dos.

Las pocas personas que se han atrevido a dejar a un lado ideas preconcebidas y a dar una oportunidad a las cartas heliocéntricas no han tardado en darse cuenta de que los tránsitos heliocéntricos funcionan dentro de orbes más pequeños que los tránsitos geocéntricos, es decir, que se acercan más a las fechas exactas en que suceden las cosas, por término medio. Lo mismo sucede con progresiones y direcciones, salvo, claro está, cuando está implicada la Luna, sus nodos y sus ápsides.

Esto se descubre por experiencia, siempre y cuando uno se decida a experimentar, pero sigue siendo un desafío para el intelecto. La eficacia probada de los aspectos heliocéntricos (véase Nelson, 1951, García, 2013: Aspectos, García, 2014: Orbes) reclama una revisión en profundidad de los supuestos que inadvertidamente aceptamos cuando tratamos de formarnos una idea de cómo y por qué funciona la astrología. Lo cierto es que nadie sabe qué es lo hace que la astrología funcione, pero no podemos evitar el uso de modelos conceptuales o de metáforas que nos permitan pensar en ella como en algo que tiene sentido. Estos modelos o metáforas son casi siempre visuales, geocéntricos, topocéntricos o antropocéntricos, geométricos y ligados a la luz que emiten o reflejan estrellas y planetas. Todo depende de cómo se ven las cosas desde el lugar de observación, incluso cuando el potencial observador no llega a ver realmente nada de lo que hay en el cielo sobre su cabeza, que es lo que ocurre casi siempre; incluso cuando es imposible ver lo que hay en la parte del cielo que queda por debajo del horizonte, que es lo que ocurre siempre. Este predominio de los modelos visuales, que es de origen griego y alcanza su mayor exaltación en Platón y en Aristóteles, ha llevado a algunos tan lejos como para atreverse a afirmar que los planetas situados más allá de la órbita de Saturno no pueden afectar a los seres humanos, porque no se ven a simple vista. Los planetas más alejados se ven con telescopios y los microbios se ven con microscopios. El hecho de que no podamos ver las bacterias a simple vista no nos inmuniza contra ellas. La cuestión no es si podemos verlos o no, sino si nos hacen algo o no, si tienen que ver con lo que somos, lo que hacemos y lo que nos pasa o no. Y eso se comprueba con la experiencia, no jugando con ideas místicas o especulando con lo que, a priori, nos puede parecer más o menos razonable.

Los modelos visuales son buenos para organizar conceptualmente algunos de los modos en que opera la astrología, pero son claramente insuficientes y hasta contraproducentes cuando se trata de asimilar otros campos de manifestación, como, por ejemplo, la eficacia de los aspectos heliocéntricos o de los armónicos. Aquí encajan mejor modelos holográficos (en cada parte está el todo), analogías ondulatorias y metáforas auditivas (la música de las esferas). Por ejemplo, si asistimos a la representación de un ballet desde la primera fila del patio de butacas, nuestra perspectiva general será muy diferente de la que tendrá quien lo vea todo desde un palco, pero la melodía que escucharemos ambos será la misma. Si imaginamos el sistema solar como una orquesta que interpreta una sinfonía, poco importa si la escuchamos desde un planeta o desde otro, porque la música será la misma. Las notas dependen de los movimientos, posiciones y ángulos de cada planeta respecto de los demás, pero todas suenan a la vez y pueden escucharse desde cualquier parte del escenario. Ahora bien, el Sol es el director de la orquesta. Por eso los aspectos heliocéntricos son los que mejor miden los tiempos. ¿Esto es místico? Tal vez, pero encaja bien con la experiencia.

Abundar más en este tema nos desviaría completamente de los objetivos de este artículo, que eran básicamente:
  1. Contribuir a esclarecer los operadores astrológicos que condicionaron el naufragio del Titanic con algunos detalles nunca antes publicados.
  2. Añadir un caso más a los que ya he presentado en apoyo de la técnica de los armónicos de la edad de las conjunciones, con objeto de afianzarla con datos y depurarla con la práctica.

sábado, 16 de mayo de 2015

Saturno y Marte atacan de nuevo. Ahora en Filadelfia


He dedicado las últimas cuatro entradas de este blog a introducir e ilustrar el uso de una nueva y potente herramienta de análisis y predicción de acontecimientos mundanos: los armónicos de edad de las conjunciones. Mediante esta técnica, comprobamos que las conjunciones planetarias no actúan solamente en el momento en que se producen, sino que prolongan su influencia durante mucho más tiempo; que no afectan solamente al grado del zodiaco en el que tienen lugar, sino también a otros grados que estaban ocupados por otros planetas en el momento de producirse la conjunción; que toda la carta de la conjunción se moviliza al ritmo de los armónicos de la edad; y que esta movilización afecta de manera diferente y en tiempos distintos a los diferentes lugares de la superficie terrestre, en función de los grados del zodiaco que se situaban en el horizonte y en el meridiano de cada lugar específico en el momento de la conjunción exacta.

Hemos seguido con especial atención el desarrollo del armónico de la edad de la última conjunción geocéntrica de Saturno y Marte, porque los efectos de las conjunciones entre estos dos planetas son fáciles de seguir a través del rastro que dejan en accidentes y catástrofes de cierta magnitud y dureza (Abu Ma'shar, Los ocho tratados sobre las grandes conjunciones). Este tipo de acontecimientos son registrados puntualmente por la prensa y demás medios de comunicación con toda la precisión de tiempo y lugar necesaria para un estudio astrológico. Las cosas que van bien no suelen ser noticia y, cuando lo son, rara vez pueden ser asignadas a una hora y a un lugar exactos.

Aunque la tradición nos enseña que Saturno es el gran maléfico y Marte el pequeño maléfico, mi opinión personal es que la maldad no forma parte de la defición esencial de ninguno de los dos planetas. Sin embargo, muchos males pueden liberarse o ponerse de manifiesto cuando la alianza de estos dos planetas se deja sentir en un tiempo y lugar determinados, porque elevan el nivel de exigencia de las situaciones. Puedo ilustrar la idea con una anécdota personal.

Cuando yo era niño me entretuve en fabricar unas canicas de barro que dejé secar al sol y luego pinté de colores. Después probé a jugar con ellas y soportaron bien los golpes normales de unas contra otras rodando por el suelo, a poca distancia. Un primo mío de más edad que yo, al verlas, tomó algunas de ellas, las suspendió a cierta altura y las dejó caer contra un suelo de baldosas. Las canicas no resistieron el impacto y se rompieron en mil pedazos. En ese momento yo odié a mi primo y le consideré un malvado, pero si yo hubiera usado barro cocido en vez de simplemente secado al sol, las canicas habrían resistido el golpe. Independientemente de si mi primo experimentó un placer sádico al humillarme de ese modo o de si solo pretendía comprobar si yo había producido auténticas canicas de barro o solo una mala imitación, lo cierto es que me dio una lección, amarga pero eficaz. Me enseñó que mi obra no estaba bien acabada, que me había saltado un detalle fundamental, que solo había logrado la apariencia externa de algo, pero sin consistencia real. Podría habérmelo dicho, sin necesidad de romper las canicas, pero ¿le habría hecho algún caso? Mientras viera rodar las bolas alegremente hubiera seguido haciéndolo así.

Este es, más o menos, el modo en que actúa una conjunción de Saturno con Marte. Se cae un avión porque despegó con un motor defectuoso, pero la conjunción no dañó el motor. Se vuelca un barco porque zarpó sobrecargado de pasajeros y, además, estos se agruparon en el mismo lado, pero la conjunción no sobrecargó el barco. Descarrila un tren porque tomó una curva al doble de la velocidad permitida, pero la conjunción no aceleró el tren. 

Pero entonces, si todo se explica por causas naturales o de sentido común, ¿la conjunción no hace nada? Lo que hace la conjunción es "espantar a los aduladores", es decir, impedir que una serie de circunstancias afortunadas hagan posible que productos mal acabados o acciones mal planteadas tengan éxito y salgan del paso sin que se adviertan sus fallos ni sufrir daños. Lo que hace la conjunción es penalizar las conductas descuidadas, las faltas de atención, las cosas a medio hacer, los excesos de confianza. De ese modo, promueve la toma de medidas para evitar males mayores en el futuro, favorece la planificación más cuidadosa y controlada, eleva la eficiencia de las acciones y la calidad de los productos. Y esa es la forma en que, a la larga, puede actuar como una conjunción benéfica.

En varias entradas anteriores de este blog he mostrado la forma en que la última conjunción geocéntrica de Saturno y Marte, que tuvo lugar el 25 de agosto de 2014, a las 19:29:39 UT, intervino en diversos accidentes. 

(1) En el artículo Edad armónica de las conjunciones mostré la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el accidente aéreo sobre los Alpes franceses del pasado 24 de marzo. El ascendente progresado por armónicos de la edad de origen 0 de la conjunción Saturno-Marte quedaba en el mismo grado que ocupaba el Sol en el momento del accidente y, al mismo tiempo, el Sol y la Luna progresados por este mismo armónico de la edad quedaban en estrecha conjunción con el ascendente del suceso. Además, el Sol y la Luna progresados por armónicos de la edad de origen 1 de la misma conjunción Saturno-Marte quedaban en conjunción con la posición de Saturno en el suceso (la Luna en el mismo grado que Saturno). Las conexiones de estos armónicos con la carta natal del copiloto Andreas Lubitz se exponen en el mismo artículo, pero aquí las pasaremos por alto, porque en este momento solo nos interesa la relación entre el desarrollo armónico de la conjunción Saturno-Marte y las fechas y lugares de los sucesos.

(2) En el artículo El naufragio de 950 inmigrantes, según la edad de las conjunciones mostré cómo la conjunción de Saturno y Marte intervino en el naufragio de varios centenares de inmigrantes que tuvo lugar en el Mediterráneo la noche del 18 al 19 de abril de 2015. Esa noche, la conjunción Saturno-Marte progresada por armónicos de la edad de origen 1 alcanzaba el grado 15º 0' de Aries, el mismo grado y minuto de arco en el que se había producido poco antes (el 11 de marzo) la conjunción de Urano con Marte. Esta suma de potencia de dos peligrosas conjunciones se producía muy cerca del ascendente de la carta de la conjunción Saturno-Marte original, calculada para el lugar del naufragio.

(3) En el artículo El avión estrellado en Sevilla, según la edad de las conjunciones mostré la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el accidente aéreo que se produjo cerca del aeropuerto de Sevilla el pasado 9 de mayo. Ese día Saturno transitaba en cuadratura con el Sol de la carta de la conjunción y el Sol transitaba en oposición con Saturno de la misma carta. El Sol y la Luna progresados por armónicos de la edad de origen 1 se situaban sobre el Medio Cielo de la carta de la conjunción Saturno-Marte calculada para el lugar del accidente. Y Urano, por el mismo sistema de progresión, se unía a la conjunción Saturno-Marte también progresada. Esta triple conjunción progresada Saturno-Marte-Urano se situaba exactamente sobre el Medio Cielo del lugar y momento del accidente. Además, el ascendente progresado alcanzaba a la propia conjunción Saturno-Marte original, dentro de un grado de orbe. 

(4) En el presente artículo nos ocupamos de la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el descarrilamiento de tren ocurrido en Filadelfia el 12 de mayo de 2015, hacia las 21:20 (13/05/2015, 1:20 UT), en las coordenadas mostradas abajo (figuras 1 y 2).

Figura 1



Figura 2

La carta de la conjunción Saturno-Marte del 25/08/14 calculada para el lugar en que descarriló el tren Amtrak, causando ocho muertos y más de doscientos heridos, queda como se muestra en la figura 3.


Figura 3

Tomando esta carta como punto de partida, la edad de esta conjunción Saturno-Marte en el momento del accidente de tren era 0,712523 años. Para dinamizar esta carta por armónicos de la edad de origen 1 hemos de añadir una unidad a la cantidad anterior, que entonces queda como 1,712523. Esa cifra la aplicamos a la carta de la figura 3 para obtener el armónico del mismo número, que es el que estaba vigente en la fecha del accidente (figura 4).

Figura 4

Comparando las cartas de las figuras 3 y 4, vemos que la conjunción de las luminarias ha progresado desde su posición original en Virgo, a finales de la casa VIII, hasta las inmediaciones del ascendente en 21 de Sagitario. El Sol progresado por armónicos de la edad de origen 1 se sitúa en el mismo grado que el ascendente de la carta de la figura 3 exactamente el 12 de mayo de 2015, unas cinco horas antes del accidente, y dentro de un orbe de 0º 07' de la conjunción al ascendente en la hora del accidente.

Ya vimos algo muy parecido a esto en el caso (3), donde las luminarias de la conjunción Saturno Marte progresadas por este mismo sistema se colocaban también sobre un ángulo, que entonces era el Medio Cielo. Una visión de conjunto de los cuatro casos analizados nos indica que hay que vigilar especialmente los contactos entre el Sol, la Luna, los ángulos (Ascendente y Medio Cielo), Saturno y Marte. Estos factores hay que considerarlos
  1. En la carta de la conjunción Saturno-Marte calculada para el lugar del suceso
  2. En la carta de la conjunción Saturno-Marte progresada por armónicos de la edad para la fecha del suceso
  3. En la carta del momento y lugar del suceso
En este artículo me he restringido a la conjunción Saturno-Marte geocéntrica, pero todo esto puede aplicarse también a la conjunción Saturno-Marte heliocéntrica, sustituyendo a las luminarias por la Tierra. Así, por ejemplo, en el caso (4), vemos que en el momento del descarrilamiento la Tierra transitaba el grado 21 de Escorpio, que es el mismo en el que se produjo la última conjunción heliocéntrica de Saturno y Marte.

© 2015, Julián García Vara