viernes, 27 de mayo de 2011

Matrimonio. 7 planetas. Armónico 6 TT

Sextiles, trígonos, oposiciones y conjunciones (orbe, 2º 13')




El orbe considerado para la conjunción dentro del armónico 6 es de 13º 20'.

Las conjunciones del armónico 6 pueden mostrarse en la carta natal (armónico 1) como:

1) Conjunciones de 2º 13' de orbe (17 %)
2) Sextiles de 2º 13' de orbe (33 %)
3) Trígonos de 2º 13' de orbe (33 %)
4) Oposiciones de 2º 13' de orbe (17 %)


* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 



© Julián García Vara, mayo, 2011



jueves, 26 de mayo de 2011

Matrimonio. 7 planetas. Armónico 5 TT

Quintiles, biquintiles y conjunciones (orbe 2º 40')


El orbe considerado para la conjunción dentro del armónico 5 es de 13º 20'.

Las conjunciones del armónico 5 pueden mostrarse en la carta natal (armónico 1) como:

1) Conjunciones de 2º 40' de orbe (20 %)
2) Quintiles de 2º 40' de orbe (40 %)
3) Biquintiles de 2º 40' de orbe (40 %)


* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 



© Julián García Vara, mayo, 2011




miércoles, 25 de mayo de 2011

Matrimonio. 7 planetas. Armónico 4 TT

Cuadraturas, oposiciones y conjunciones (3º 20')



El orbe considerado para la conjunción dentro del armónico 4 es de 13º 20'.

Las conjunciones del armónico 4 pueden mostrarse en la carta natal (armónico 1) como:

1) Conjunciones de 3º 20' de orbe (25 %)
2) Oposiciones de 3º 20' de orbe (25 %)
3) Cuadraturas de 3º 20' de orbe (50 %)


* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 



© Julián García Vara, mayo, 2011


martes, 24 de mayo de 2011

Matrimonio. 7 planetas. Armónico 3 TT

Trígonos y conjunciones (orbe 4º 27')




El orbe considerado para la conjunción dentro del armónico 3 es de 13º 20'.

Las conjunciones del armónico 3 pueden mostrarse en la carta natal (armónico 1) como:

1) Conjunciones de 4º 27' de orbe (33 %)
2) Trígonos de 4º 27' de orbe (67 %)



* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 



© Julián García Vara, mayo, 2011

Matrimonio. 7 planetas. Armónico 2 TT

Oposiciones y conjunciones (orbe 6º 40')



Si sumamos los resultados de cada fila con los de cada columna en esta última tabla obtenemos valores para cada planeta con independencia de que proceda de la carta natal del hombre o de la carta natal de la mujer:



El orbe considerado para la conjunción dentro del armónico 2 es de 13º 20'.

Las conjunciones del armónico 2 pueden mostrarse en la carta natal (armónico 1) como:

1) Conjunciones de 6º 40' de orbe (50 %)
2) Oposiciones de 6º 40' de orbe (50 %)


* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 




© Julián García Vara, mayo, 2011



Matrimonio. 7 planetas. Armónico 1 TT

Conjunciones de orbe amplio (13º 20')



Si sumamos los resultados de cada fila con los de cada columna en esta última tabla obtenemos valores para cada planeta con independencia de que proceda de la carta natal del hombre o de la carta natal de la mujer:




Orbe considerado para la conjunción : 13º 20'

* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 




© Julián García Vara, mayo, 2011


Matrimonio. Sinopsis estadística


En varias entradas anteriores de este blog he publicado los resultados de algunas exploraciones estadísticas efectuadas sobre una muestra de cerca de tres mil matrimonios, cuyos datos natales fueron recopilados por los esposos Gauquelin. En un principio me limité a considerar los ángulos entre las luminarias (el Sol y la Luna), por el procedimiento de contabilizar las conjunciones observadas en los 13 primeros armónicos en el zodiaco tropical. Después abordé una comparación entre las posiciones tropicales y dracónicas de las luminarias. Más tarde incorporé los demás planetas, centrándome en el estudio de los siete planetas tradicionales (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y dejando para más adelante la investigación de Urano, Neptuno, Plutón, el Nodo Norte de la Luna y la Luna Negra.

A medida que se van añadiendo más factores va aumentando el número de datos que quedan más o menos dispersos entre los comentarios de varios artículos independientes, por lo que he creído conveniente aglutinarlos en una serie de entradas relacionadas, de forma que constituyan una guía de consulta rápida. Cada una de estas entradas contendrá solamente tablas y gráficos estadísticos. Tan pronto como nos familiaricemos con ellos, podremos comprobar la gran cantidad de información que puede proporcionar un simple gráfico, sin necesidad de ningún comentario adicional.

La primera de estas entradas lleva por título Matrimonio. 7 planetas. Armónico 1 TT. Las tablas y gráficos que contiene nos informan de la frecuencia con que aparecen conjunciones cruzadas entre cada planeta del hombre y cada planeta de la mujer en el armónico 1. Las siglas TT nos indican que la comparación se ha efectuado entre planetas tropicales del hombre y planetas tropicales de la mujer; es decir, que las mediciones se han hecho en el zodiaco tropical. Cuando comparemos posiciones tropicales del hombre con posiciones dracónicas de la mujer usaremos las siglas TD. Para dracónicas del hombre con tropicales de la mujer usaremos DT y para dracónicas de ambos DD.

Esta primera ficha se abre con una imagen titulada Armónico 1, que es un gráfico triple de porcentajes acumulados de desviaciones de frecuencias respecto de los valores esperados. Es la representación gráfica de los datos contenidos en la cuarta tabla (titulada "Porcentajes de desviación"). En la parte superior izquierda, encabezado con el título Intervalo 1, se muestran siete icosaedros o pirámides dobles que representan los valores alcanzados por cada conjunción de un planeta del hombre con otro de la mujer siempre que el planeta del hombre está situado antes que el de la mujer en el zodiaco tropical. En la parte superior derecha, titulada Intervalo 27. se representan los valores correspondientes a las conjunciones en las cuales el planeta de la mujer está situado antes que el del hombre. En la mitad inferior del gráfico figuran los valores de las mismas conjunciones, sin tener en cuenta el orden de los factores. A la derecha de este tercer gráfico aparece un texto que nos indica que cada una de estas pirámides dobles representa un planeta natal de la mujer y cada banda de color dentro de ellas representa un planeta natal del hombre. Recuerde que para ver los gráficos ampliados debe pulsar sobre ellos o, si lo prefiere, puede guardar las imágenes en su ordenador y verlas con el programa que desee.

¿Cómo debe leerse entonces un gráfico de este tipo?  Tomemos, por ejemplo, el primero de ellos, el que se muestra en la parte superior izquierda (intervalo 1). Ya hemos visto que un texto nos advertía que cada pirámide doble representa a un planeta de la mujer, indicado debajo de ella por su glifo habitual. Esto mismo viene también indicado por la presencia de una silueta de mujer a la derecha del título general del cuadro. El primer icosaedro o pirámide doble, por tanto, nos proporcionará información sobre conjunciones de Saturno de la mujer con cada uno de los siete planetas del hombre, siempre que el planeta del hombre esté situado dentro de una franja de 13º 20' anteriores a la posición de Saturno de la mujer en el zodiaco tropical. Cada icosaedro está formado por una pirámide en "posición natural" (es decir, con la base abajo y el vértice arriba) y otra en "posición invertida" (es decir, con la base arriba y el vértice abajo). La pirámide en posición natural incluye todos los contactos que se han producido con una frecuencia superior a la esperada. La pirámide en posición invertida incluye todos los contactos que se han producido con una frecuencia inferior a la esperada. La medida en que la frecuencia de conjunciones hallada se aparta de la esperada viene dada por el ancho de cada banda de color. Así, vemos que la pirámide en posición natural incluye cinco bandas de color: una en gris claro, otra amarilla, otra roja, otra azul celeste y otra azul oscuro. La banda de color gris claro corresponde a la Luna del hombre, porque el glifo de la Luna presente en la parte inferior del gráfico está dibujado en gris claro. La amarilla corresponde a Mercurio, la roja a Marte, la azul claro a Júpiter y la azul oscuro a Saturno. Por tanto, las conjunciones de estos cinco planetas del hombre con Saturno de la mujer alcanzan una frecuencia superior a la esperada, en la posición relativa ya indicada (con el planeta del hombre situado antes que Saturno de la mujer). En cuando a la pirámide en posición invertida, incluye una banda anaranjada correspondiente al Sol del hombre y una verde correspondiente a Venus del hombre. Los contactos de estos dos planetas con Saturno de la mujer se han hallado, por tanto, con una frecuencia inferior a la esperada. La magnitud de las desviaciones, como ya he dicho, está indicada por el ancho de la banda; por tanto, se aprecia inmediatamente que los contactos por conjunción entre el Sol del hombre y Saturno de la mujer presentan un deficit mucho mayor que los contactos de Venus del hombre con Saturno de la mujer.

Se debe tener cuidado de no confundir el ancho de la banda de color con el volumen de la sección del mismo color. Cuando una banda de color -digamos de magnitud 10- está situada cerca de la base de la pirámide parece mayor que cuando está situada cerca del vértice, aunque su magnitud sea la misma. Esta es una ilusión óptica producida por el hecho de que el volumen de la sección del mismo color es mayor cuando está cerca de la base que cuando está en el vértice. Para salir de dudas, lo mejor es consultar los valores numéricos en la cuarta tabla de datos ("Porcentajes de desviación"). En la primera columna de dicha tabla se registran los datos correspondientes a Saturno de la mujer en contacto con cada uno de los siete planetas del hombre. Para cada contacto se dan tres valores, de arriba a abajo: el primero indica el porcentaje de desviación respecto del valor esperado para el intervalo 1 (planeta del hombre antes que el de la mujer), el segundo lo mismo respecto del intervalo 27 (planeta de la mujer antes que el del hombre) y el tercero da el porcentaje de desviación respecto del valor esperado para la conjunción total (sin considerar el orden de los planetas).

Vemos cómo, en este caso, la conjunción de la Luna del hombre con Saturno de la mujer se presenta en la muestra de los Gauquelin con una frecuencia de un 14 por ciento por encima de lo esperado, mientras que la conjunción del Sol del hombre con Saturno de la mujer queda un 16 por ciento por debajo de lo esperado.

Es aconsejable mirar primero el gráfico de la conjunción total porque, como ya indiqué en una entrada anterior, es más fiable, dado que se basa en un número mayor de datos. Después puede matizarse observando el comportamiento de la conjunción en cada uno de los dos intervalos.

Creo que este tipo de gráfico resulta bastante expresivo, porque de un simple vistazo se aprecia cuantos contactos quedan por encima de lo esperado, cuantos por debajo y en qué medida se aparta cada uno. Si miramos el gráfico de la conjunción total, enseguida nos damos cuenta de que los contactos de la Luna de la mujer quedan siempre por debajo de lo esperado, porque no hay pirámide superior. Vemos que la mayor parte de los contactos de Mercurio de la mujer son deficitarios. También se aprecia que, en conjunto, las pirámides en posición invertida tienen una altura media superior a la de las pirámides en posición natural, lo cual indica que el número de conjunciones entre planetas del hombre y planetas de la mujer es inferior al esperado. Esto sugiere que, de entrada, las conjunciones por sinastría en general no facilitan el establecimiento de una relación, sino que más bien lo dificultan. Algunas conjunciones particulares sí parece que facilitan el contacto entre las personas, como las de Marte de la mujer con Marte del hombre o con Venus del hombre, o la de Saturno de la mujer con Mercurio del hombre.

A continuación de este primer gráfico triple, se ofrece otro gráfico del mismo tipo, que incluye, de hecho, la misma información, pero organizada al revés. Ahora las pirámides dobles representan planetas del hombre y las bandas de color planetas de la mujer, como se indica en el texto incluido en el mismo gráfico.

Para acceder a todas las entradas de este tipo (fichas de datos, gráficos y tablas) sobre la muestra de matrimonios de Gauquelin bastará con pulsar sobre la etiqueta parejas: datos estadísticos en la columna de etiquetas a la derecha de este blog de Cadencias microcósmicas.




© Julián García Vara, mayo, 2011



viernes, 13 de mayo de 2011

Los planetas en el matrimonio (4) La Luna de la mujer



El segundo resultado más notable en el gráfico de conjunciones completas (primera aproximación) es el déficit de conjunciones de la Luna de la mujer con todos y cada uno de los siete planetas del hombre. Esto se cumple también con Urano, Neptuno y Plutón. Es un dato extraño y difícil de asimilar. Si desglosamos por intervalos esta información, pronto nos damos cuenta de que casi toda la responsabilidad de esta disminución de contactos recae sobre el intervalo 27, es decir, que el problema se circunscribe especialmente a aquellas conjunciones en las cuales la Luna de la mujer se sitúa antes que el planeta del hombre. El principal problema parece que radica en el contacto de la Luna de la mujer con Mercurio del hombre. Estos dos planetas son muy diferentes. La Luna representa el mundo emocional, las reacciones instintivas, la necesidad de afecto, la búsqueda de seguridad, la añoranza del pasado, la infancia, la madre, la necesidad de protección, la fantasía, el mundo interno y privado, una cierta ingenuidad y, a veces, una aparente irracionalidad. Mercurio, por el contrario, representa el mundo racional, la claridad de ideas, la expresión pública de argumentos, el juego intelectual, la curiosidad y un cierto desapego sentimental. ¿Será, tal vez, que Mercurio del hombre experimenta la proximidad de la Luna de la mujer acercándose hasta él como la amenaza de verse invadido y sumergido en un tsunami emocional que socave los cimientos de sus construcciones intelectuales? ¿Será quizás que las necesidades de afecto que la Luna de la mujer busca ver satisfechas en Mercurio del hombre se estrellan contra una pared de juegos de lógica fríos e impersonales que tal vez no entiende o no le satisfacen? Mercurio necesita argumentos para actuar en un sentido o en otro, la Luna necesita sentirse bien haciendo una cosa u otra. Pero ¿por qué el orden de los factores es importante?, es decir ¿por qué no se presenta este problema cuando Mercurio del hombre está situado antes que la Luna de la mujer?

Una posible respuesta sería la siguiente. Cuando Mercurio del hombre se sitúa después que la Luna de la mujer, el modo de pensar del hombre se aleja del modo de sentir de la mujer, pero cuando Mercurio del hombre se sitúa antes que la Luna de la mujer, el modo de pensar del hombre se acerca al modo de sentir de la mujer. En el primer caso, Mercurio del hombre puede percibir a la Luna de la mujer como un obstáculo para su progreso, para el desarrollo de ideas nuevas y el abandono de costumbres caducas. Por su parte, la Luna de la mujer puede ver a Mercurio del hombre inclinado a dejarse llevar por ideas extravagantes o, simplemente, a actuar en función de un cálculo en lugar de fluir espontáneamente; ella se emociona ante él y lo expresa con risas, lágrimas, abrazos, miradas, besos o gestos; él no responde con esos registros ni con esa intensidad, de hecho se siente molesto por esa sobreabundancia de emociones que considera exagerada y algo primitiva; además, a él le molesta todo lo que no puede comprender y el imprevisible fluctuar del comportamiento emocional de ella cae bajo ese apartado. En el segundo caso, por el contrario, el mundo emocional de la Luna de la mujer es experimentado por Mercurio del hombre como un interesante estímulo para su reflexión, ella le va indicando a él el camino, anticipando "como por instinto" los resultados que él sólo puede alcanzar tras una larga cadena de razonamientos; y ella puede encontrar emocionantes los pensamientos de él.

Por supuesto, ninguna relación entre dos personas se reduce a un contacto entre dos planetas. El hombre también tiene una Luna en su carta natal y también está Mercurio en la carta natal de la mujer. Es posible, incluso, que Mercurio de ella esté en conjunción con la Luna de él y, al mismo tiempo, Mercurio de él esté en conjunción con la Luna de ella. No se trata, por tanto, de que uno de ellos sea cerebral y el otro emocional, sino de que las cosas que a uno de ellos le hacen pensar al otro le emocionan. A Mercurio en Libra, por ejemplo, la belleza le hace pensar ("¿Qué es la Belleza?", "¿Qué rasgos distinguen a un objeto hermoso de uno feo?", "¿Es objetiva o subjetiva, absoluta o relativa?", etc.) y puede convertirse en un teórico de la Estética. A la Luna en Libra la belleza le emociona, la disfruta, la busca o la produce artísticamente, pero no se siente especialmente inclinada a pensar sobre ella; eso podría quebrar su encanto. El problema puede estar en que el área de la vida en la que uno de ellos prefiere fluir espontáneamente y sumergirse sin reparos en una corriente emocional es la misma en la que el otro prefiere tomar distancia y observar. Sin embargo, debemos advertir que ningún problema ha sido detectado cuando el contacto se da entre la Luna del hombre y Mercurio de la mujer, sea cual sea el orden de los factores. Tal vez esto se deba a que el hombre, en general, suele ser más comedido que la mujer a la hora de expresar sus emociones o, tal vez, a que la mujer no se siente tan incómoda ante las emociones del hombre y las comprende con más facilidad que él las de ella.

Otro detalle interesante es que cinco de los siete contactos de la Luna de la mujer con planetas del hombre son conjunciones enantiodrómicas. En primer lugar, la ya comentada con Mercurio; después, las de Marte y Venus; por último, a una escala menor, las del Sol y Júpiter. En todos estos casos se pueden ensayar explicaciones semejantes. Cuando se trata de Marte, puede ser el modo de actuar del hombre o su manera de autoafirmarse lo que se acerca o se aleja al modo de sentir de la mujer, según esté situado antes o después que la Luna de ésta. Con Venus, serán los gustos del hombre, su particular estética o sus modales. Y así con el resto.

Los contactos de la Luna de la mujer con Saturno del hombre quedan por debajo de lo esperado en los dos intervalos. Esto no es sorprendente en absoluto, ya que la Luna se asemeja a lo que los psicoanalistas denominan el Id o el Ello, mientras que Saturno trabaja al servicio de lo que los psicoanalistas denominan el Superego o Superyó. El Ello no tolera las frustraciones, es incapaz de aplazar la satisfacción de sus necesidades y no tiene en cuenta las de los demás. El Superyó impone normas de comportamiento, deberes hacia los demás y aplazamiento o renuncia a la satisfacción de las propias necesidades en la medida en que lo requiera la consideración hacia las necesidades de los demás.

También quedan por debajo de lo esperado en los dos intervalos los contactos de la Luna de la mujer con la propia Luna del hombre y para esto no tengo ninguna explicación a mano.

Como dije al principio, todas estas aparentes explicaciones no son más que sugerencias. Además, algunas de las oscilaciones observadas (espero que no todas) pueden ser fruto del azar y no expresión de ninguna tendencia real. Será necesario comprobar cuidadosamente como funcionan las cosas en cada caso concreto antes de pronunciarse sobre un contacto determinado.


© Julián García Vara, mayo, 2011