viernes, 3 de abril de 2015

Sobre el avión siniestrado y el siniestro copiloto



Ahora mismo no hace falta decir de qué avión ni de qué copiloto nos vamos a ocupar aquí, porque en la última semana el asunto ha copado los titulares de todos los periódicos, pero por si alguien leyera esto dentro de algunos meses o años, dejemos constancia de que se trata del airbus A320 de Germanwings, filial de Lufthansa, que se estrelló en los Alpes franceses (44º 16' 51" N, 6º 26' 21" E) el pasado 24 de marzo de 2015, hacia las 10:41 CET, con 150 personas a bordo, de los que ninguno sobrevivió. Y que el presunto responsable de la tragedia ha sido Andreas Lubitz, el copiloto que, aprovechando la ausencia momentánea del comandante, atoró la puerta de la cabina, para impedirle regresar, y deliberadamente dirigió el aparato contra el suelo. No hay ningún indicio de que se tratara de un ataque terrorista por motivos políticos o religiosos. Todo apunta a trastornos mentales o emocionales, ya que, al parecer, Lubitz había estado en tratamiento por depresión y problemas de ansiedad. Al menos esta es, por ahora, la versión oficial.

Siempre que un avión se cae se produce una natural conmoción por la suerte de las víctimas, pero la cosa se olvida pronto si sucede más o menos lejos. Esta vez, sin embargo, se añade el estupor de saber que no hubo fallos técnicos, ni tormentas, ni turbulencias, ni colisiones accidentales, ni acciones terroristas. Simplemente una de las personas en cuyas manos estaba la responsabilidad de velar por el buen curso del viaje y proteger las vidas de los pasajeros decidió usar ese poder para todo lo contrario. Por eso, esta vez al espanto y la tristeza  se suma la indignación y casi por encima de ambas nos invade la perplejidad. Nos preocupa, claro está, que este tipo de cosas se vuelvan a producir, pero más allá de analizar el caso con el fin de tomar medidas suplementarias para reforzar la seguridad, nos inquieta el acto gratuito, absurdo, imprevisible. Porque ya tenemos asumido que jamás podrá estar todo bajo control, pero lo que de verdad nos descoloca, lo que nos produce un vértigo insuperable, es lo absolutamente incomprensible. Con ello no solamente se viene abajo un avión, no solo se desmoronan 150 vidas, sino que se desploman también nuestros valores, nuestra confianza en la razón y en el ser humano, en el futuro y en el orden social, y en la idea ingenua de que podemos confiar nuestro destino a las "personas de orden" y a "los buenos ciudadanos". Por eso todo el mundo ha estado estos días buscando ávidamente una explicación. Por muy terrible que sea un acto, si obedece a un motivo comprensible podremos soportarlo.

Los astrólogos tienen o tenemos (puedo o no incluirme, según cómo se defina el término) una  peculiar manera de encontrar comprensibles las cosas. Si tal planeta estaba aquí o allá en el nacimiento de una persona o en el momento en que hizo algo fuera de lo común y si eso encaja con las habituales directrices de interpretación de configuraciones cósmicas propias de la astrología, entonces el desafío planteado a la razón por la acción aparentemente inexplicable se vuelve mucho más manejable. Lo que amenazaba con quebrar el orden cósmico o la racionalidad universal termina encontrando su lugar dentro de ese orden y hasta aparece como una confirmación del mismo. Pero, si bien es cierto que la astrología puede ayudarnos a entender por qué una acción determinada fue llevada a cabo por esta persona y no por aquella otra y por qué lo hizo en ese momento y no en otro cualquiera, deja abiertos, no obstante, muchos interrogantes y hasta crea problemas nuevos. ¿Por qué entre los mil cursos de acción compatibles con las condiciones astrológicas dadas, la persona se decidió por hacer lo que hizo?, ¿Será, como pretenden los deterministas, que no hay mil posibles cursos de acción sino uno solo?, ¿Qué papel juegan los planetas en todo esto?, ¿se limitan a reflejar un estado de cosas o lo producen? Y en cualquiera de los dos casos ¿cuál es la naturaleza del vínculo y cómo se establece? Por otra parte, ¿los análisis astrológicos se limitan a expresar en un lenguaje diferente las explicaciones de "sentido común" o a complementarlas desde una perspectiva más amplia y trascendente o, por el contrario, las desplazan, las cuestionan y las sustituyen?

Por lo que hace a la última cuestión, mi respuesta es que la astrología no proporciona explicaciones acabadas, sino que ofrece pistas y propone hipótesis que deberán ser confirmadas o desestimadas por los medios normales de comprobar los hechos o valorar los argumentos. Sin otra pretensión que esa, vamos a echar un vistazo a las condiciones astrológicas de la fecha de nacimiento de Andreas Lubitz y de la relación de las mismas con las que se daban en la fecha de la tragedia. No podremos decir mucho, porque hay muy poca información disponible y, además, circulan versiones contradictorias sobre los pocos datos que han trascendido. Para empezar, no son seguros ni el día ni el lugar de nacimiento de Andreas Lubitz y, por supuesto, nada se sabe de la hora natal. En principio, la edición digital de un periódico alemán publicó que Lubitz había nacido el 28 de diciembre de 1987, pero más tarde ese mismo medio cambió la fecha al 18 de diciembre de 1987. Ignoro cuál fue el origen de la fecha dada inicialmente, si se trató de un error tipográfico o de una fuente distinta a la de la segunda fecha. Se dice ahora que "de acuerdo con el gobierno del distrito de Düsseldorf, Andreas Lubitz nació el 18 de diciembre", pero el hecho mismo de que se haga esta aclaración sugiere la existencia de una fuente discrepante. Sin estar plenamente convencido de que el 18 de diciembre de 1987 sea la fecha correcta, me atendré inicialmente a ella, con las debidas reservas. Tampoco el lugar de nacimiento está del todo claro. El artículo mencionado arriba dice que Andreas Lubitz "procede de Montabaur en Rheinland-Pfalz", pero en otros medios se afirma que los padres de Andreas se trasladaron a Montabaur desde Neuburg después del nacimiento de su hijo.

En el artículo dedicado a las Cartas de Ascendente Cero Aries he presentado los fundamentos teóricos de este tipo de cartas y he señalado su especial utilidad para obtener información precisa acerca de personas cuya hora de nacimiento se desconoce. Suponiendo que el nacimiento de Andreas Lubitz haya tenido lugar en Neuburg el 18 de diciembre de 1987, la Carta de Ascendente Cero Aries correspondiente a su fecha natal sería la que se muestra en la figura 1.


Figura 1

Observemos en primer lugar que la posición del nodo norte de la Luna en 28º 08' de Piscis deja a todos los planetas de la carta dracónica 1º 52' por delante de sus posiciones en la carta tropical. De este modo, ambas cartas serán muy semejantes, estarán en conjunción la una con la otra, de manera que las dimensiones interiores que habitan la carta dracónica, de naturaleza íntima y lunar, y las dimensiones exteriores manifestadas en la carta tropical, visible y solar, se entremezclarán y confundiran fácilmente. Los acontecimientos mundanos del entorno pueden vivirse como si se tratara de asuntos personales y, a la inversa, los conflictos emocionales internos pueden proyectarse sobre las personas y acontecimientos del entorno, y esto es lo que aparentemente hizo Andreas Lubitz cuando trató de resolver o más bien disolver sus problemas haciendo algo con el mundo y con la gente en lugar de hacer algo consigo mismo.

De entrada, la conjunción de Saturno con Mercurio (orbe 0º 36') es consistente con una tendencia a dejarse abrumar por pensamientos negativos, derivada de la clara conciencia de las limitaciones, las dificultades y los obstáculos que pueden frustrar nuestras iniciativas o concederlas solo al precio de un esfuerzo sostenido. La proximidad de esta conjunción con el Sol puede afectar a la vitalidad, a la vista y a las relaciones con el padre. La figura paterna puede ser particularmente restrictiva y exigente o tal vez demasiado "sensata" y expresar sus opiniones con crudeza y rigidez. No es nada raro que pueda desarrollarse un cuadro depresivo sobre esta estructura de aspectos, porque el sentimiento fundamental que acompaña a toda persona deprimida es el de "impotencia". Cuando las normas de conducta son demasiado exigentes se incrementa la probabilidad de hacer algo indebido o de no hacer las cosas bien y, por tanto, de sentirse inadecuado, fracasado o culpable. Pero este Sol que viene de la conjunción con Saturno se dirige a la conjunción con Urano (orbe 0º 51'), lo cual abre perspectivas de liberación, rebeldía, independencia o separación brusca. También favorece la carrera de piloto, porque Urano es el planeta más vinculado con la aviación. Hay un quinto elemento dentro de esta conjunción múltiple que no aparece en el gráfico, pero puede tener su importancia: el Centro Galáctico, situado a 26º 41' de Sagitario en 1987. Es posible que la conjunción Sol-Urano montada sobre el Centro Galáctico haya contribuido a hacer que Andreas se sintiese "el Centro del Universo" a los mandos de su aeronave, y que desde esa posición privilegiada quisiera reivindicarse mediante una acción extraordinaria. Ciertamente uno tiene que creerse el centro del universo para hacer prevalecer sus propios conflictos emocionales sobre el derecho a la vida de 149 personas que en nada le habían perjudicado.

La quíntuple conjunción que acabo de comentar tenía justamente enfrente a Quirón (25º 59' de Géminis), a sólo 0º 01' de orbe de la oposición con el Sol y, por tanto, de la conjunción con la Tierra en la carta heliocéntrica. En mi artículo Alguien voló sobre el nido del cuco o lo que nadie había dicho sobre Quirón he defendido la existencia de una pulsión intrusiva relacionada con este planetoide. Es comparable al comportamiento del cuco que, como es sabido, pone sus huevos en nidos de otros pájaros, dejando que una hembra de otra especie se encargue de alimentar a su polluelo. Al cuco recién nacido no le basta con sumarse al banquete del nido ajeno, sino que empuja fuera del nido a las crías de la especie parasitada y acapara así todo el alimento, cuidado y atención de la madre engañada. Compárese esto con el comportamiento del copiloto Andres Lubitz en la cabina del airbus A320. Aprovechándose de que las circunstancias le han permitido tomar por un momento los mandos del avión, se atrinchera en la cabina como el cuco en el nido, impide el acceso al comandante legítimo y usurpa sus funciones. Desgraciadamente, esto no lo hizo ni siquiera en provecho propio, sino en perjuicio de todos, quizás porque todos los planetas de esta carta tienen como dispositor final a Marte y/o Plutón en Escorpio, ambos conjuntos entre sí (orbe 4º 22') y en conjunción a la cúspide de la casa VIII de la figura 1. Marte, al  menos, está en el mismo grado que la cúspide de la casa VIII, y su vínculo con Escorpio y con Plutón es el que introduce el elemento autodestructivo procedente de una ira escondida (Escorpio) y acumulada durante mucho tiempo (signo fijo) que no encuentra una salida tolerable y se vuelve contra uno mismo, sin otro logro que el de morir matando aunque sea indiscriminadamente.

Los tránsitos del día del siniestro no son nada llamativos ni importantes, si exceptuamos una oposición heliocéntrica de Marte a Plutón (orbe 1º 16'), aunque es posible que hubiera otros aspectos relevantes sobre las cúspides de las casas de la carta natal, cuya posición exacta desconocemos por no disponer de la hora. Lo que sí sabemos es que exactamente cuatro días antes del accidente y a la misma hora se produjo un eclipse de Sol visible desde Europa y que solamente trece horas después de ese eclipse el Sol ingresaba en Aries, dando así comienzo al año astrológico. Este excepcional eclipse de Sol, por coincidir con el equinoccio, tuvo lugar en el grado 29 de Piscis, muy cerca del nodo norte de la Luna de Andreas (figura 1). Como los eclipses se producen precisamente cuando las luminarias hacen conjunción u oposición cerca del eje de los nodos, la lunación del 20 de marzo hubiera afectado a Andreas de forma similar a un eclipse, aun en el caso de que no lo hubiera habido. Pero como además lo hubo, es lógico que Lubitz fuera una de las personas más fuertemente afectadas, y tanto más cuanto que las personas emocionalmente desequilibradas son las que más se resienten de las variaciones en el ciclo sinódico lunar. Además, el cono de sombra del eclipse cubría todo el trayecto del airbus A320 (figura 2), haciendo que esta zona del mundo sea la más expuesta a los malos presagios que tradicionalmente acompañan a los eclipses.


Figura 2

El eclipse alcanzó su máximo a las 9:46:47 UTC del 20 de marzo de 2015. Si calculamos una carta para esa hora con las coordenadas geográficas del lugar en el que se estrelló el avión (figura 3) vemos que el ascendente se sitúa a solo 0º 03' del punto ocupado por Quirón en la carta de la figura 1, y Plutón queda a solo 0º 01' de la cúspide de la casa octava, en estrecha cuadratura con Urano.


Figura 3

El mismo grado que ascendía en este lugar en el momento del eclipse del día 20 se situaba de nuevo en el ascendente del mismo lugar en la mañana del día 24, mientras Andreas Lubitz se hallaba en plena maniobra de descenso hacia la catástrofe, con Plutón de nuevo en la cúspide de la casa VIII. En el momento del impacto las cúspides de casas habían avanzado ya un par de grados respecto de su posición en el punto álgido del eclipse, de modo que el ascendente y el descendente estaban cerrando sus cuadraturas con el grado del eclipse.

Pero, además del eclipse, hay otra cosa que ha podido espolear a Andreas Lubitz para que sus conflictos interiores se manifestaran en un plano mundano de forma tan dramática precisamente ahora. He dicho que el mismo día del eclipse, unas trece horas más tarde, el Sol ingresaba en Aries. Como ese es el momento en que el Sol cruza el Ecuador de Sur a Norte y alcanza el punto de origen del zodiaco tropical, muchos astrólogos lo toman como una especie de revolución solar válida para todo el año a nivel mundial, si bien con variaciones en las cúspides de las casas, que son distintas para cada lugar. Si calculamos la carta de ingreso del Sol en Aries inmediatamente anterior al accidente para las mismas coordenadas del lugar del impacto obtenemos el gráfico de la figura 4.


Figura 4

Se puede pensar que un Urano en Aries en conjunción con Marte y cuadratura con Plutón indica un aumento del riesgo de accidentes aéreos, pero eso podría ocurrir en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento del año. El lugar para el que ha sido calculada esta carta no tiene, en principio, nada de especial, salvo, quizás, la proximidad de Saturno al Ascendente. Tampoco hay a primera vista ningún vínculo llamativo entre esta carta y la de Andreas Lubitz. Sin embargo, con ayuda de un recurso experimental que presenté en este blog en diciembre de 2011 (El armónico de la mayoría de edadEl ARC360, un paso adelante en sinastría) y en febrero de 2012 (Armónicos radicales) las cosas cambian de un modo espectacular. Se trata de utilizar las cartas armónicas correspondientes a la raíz cuadrada de 360, que es 18,97367. Estas cartas son las únicas que tienen la propiedad de incluir en el círculo tantos microzodiacos armónicos como grados naturales ocupa cada uno de ellos. Su fundamentación y uso se argumenta en los tres artículos enlazados. Al aplicar este recurso a la carta de la figura 4 se obtiene la de la figura 5.


Figura 5

Saturno, desde 26º 35' de Acuario, se opone a la Luna en 26º 48' de Leo (orbe 0º 13') y ambos cuadran a Marte en 27º 19' de Tauro (orbes 0º 44' y 0º 31'). Marte aparece ahora en el Descendente, en posición angular, pero no es que Marte esté realmente en el horizonte occidental. Lo que está ahí es el mismo grado del zodiaco trópico natural que Marte ocupa en uno de los microzodiacos armónicos. De este modo, Marte actúa sobre el Descendente por resonancia.

Compárese esta configuración de aspectos con la que aparece en la figura 6, que es la Carta de Ascendente Cero Aries del presunto día de nacimiento de Andreas Lubitz reubicada a Montabaur, por ser éste su lugar de residencia habitual.


Figura 6

También aquí Saturno, desde 26º 44' de Acuario, se opone a la Luna en 26º 33' de Leo (orbe 0º 11') y ambos aspectan a Marte en 27º 48' de Acuario, Saturno por conjunción (orbe 1º 04') y la Luna por oposición (orbe 1º 15'). Los mismos planetas enlazados por aspectos tensos y dos de ellos desde los mismos grados. Además hay aquí una oposición de Venus a Urano (orbe 0º 13'), planetas que en la carta de la figura 5 aparecen en conjunción. La semejanza de ambas cartas es muy notable, por lo que no es de extrañar que los conflictos emocionales representados por los aspectos tensos de la Luna con Saturno y Marte y de Venus con Urano en la carta de Andreas Lubitz se activaran precisamente al reproducirse en la carta de ingreso del Sol en Aries de 2015 inmediatamente posterior al eclipse sobre su propio eje de los nodos e inmediatamente anterior a su muerte.

La figura 7 muestra la superposición de ambas cartas.


Figura 7

Ahora bien, los aspectos de cualquier carta no son otra cosa que referencias a otros armónicos en los que los planetas aspectados aparecen en conjunción. Dado que en la carta de la figura 7 dominan los aspectos de la serie del 4, podemos calcular el cuarto armónico de esa figura para ver dónde se reúnen los planetas que integran estas configuraciones tensas. Esto nos lleva al armónico 75,8946638 (figura 8), donde vemos que Saturno, la Luna y Marte de ambas cartas se reúnen en torno al grado de la cúspide de la casa VIII de Andreas Lubitz y en oposición a Quirón.


Figura 8

Todos los aspectos mencionados se presentan también si usamos Neuburg en lugar de Montabaur como lugar de nacimiento, aunque los orbes de los aspectos de la Luna son en ese caso algo mayores. 

Aunque aquí se revela un vínculo sutil a través de microaspectos entre el día de nacimiento de Andreas Lubitz y el año astrológico 2015-16 que se iniciaba el 20 de marzo, se trata todavía de un dato más bien genérico e inespecífico, apoyado en cartas auxiliares y recursos experimentales que no todo el mundo admitiría. No obstante, sin necesidad de usar armónicos, hay otro dato que carga las tintas sobre Marte y la cúspide de la casa VIII de la Carta de Ascendente Cero Aries de Andreas Lubitz mostrada en la figura 1.

La última conjunción exacta de Saturno con Marte inmediatamente anterior a la fecha del accidente tuvo lugar a 17º 41' de Escorpio, en conjunción con Marte natal de Andreas Lubitz y con la cúspide de la casa VIII de su Carta de Ascendente Cero Aries. Pero además, si calculamos una carta completa para el momento en que la conjunción de Saturno con Marte era exacta y para el lugar en el que se estrelló el avión, encontramos que la conjunción de Saturno con Marte se sitúa sobre la cúspide de la casa VIII (figura 9).


Figura 9

Este dato tomado por sí mismo, sin referencia a Lubitz ni a ninguna persona en particular, ya es un indicio de que en ese lugar podía producirse algún grave incidente con mortales consecuencias. Como la conjunción de Saturno con Marte y la cúspide de la casa VIII de esta carta se superponen con Marte y con la cúspide de la VIII de la carta de Lubitz de la figura 1, tenemos a nuestro copiloto en primera linea de la lista de candidatos a verse envuelto en un eventual accidente en la zona.

Las técnicas más usadas (direcciones, progresiones, revoluciones y tránsitos) no pueden aplicarse con confianza ni precisión sin conocer la hora exacta de nacimiento. Usar esas técnicas para conjeturar la hora de nacimiento a partir de un acontecimiento único es muy aventurado. No obstante, podemos extraer de estas técnicas alguna información segura y algunos detalles probables partiendo solamente del día de nacimiento. Aunque no sepamos la posición exacta de los planetas, sabemos al menos dentro de que rango de valores se movían. En la tabla de la figura 10 podemos ver las posiciones de los planetas en el zodiaco tropical a primera y a última hora del día 18 de diciembre de 1987.

Figura 10

Vemos que en ese día la Luna se movió entre el grado 18 de Escorpio y el grado 2 de Sagitario. Dentro de ese intervalo queda encuadrado el Ascendente de la carta de ingreso del Sol en Aries calculada para el lugar en el que se estrelló el avión, que lo hallamos a 27º 45' de Escorpio. La Luna ocupó la misma posición que ese ascendente a las 16:43 CET del 18 de diciembre de 1987, cuando en Neuburg ascendía el grado 3 de Cáncer. Esto no quiere decir que Lubitz naciera cerca de esa hora, pero puede ser una pista.

En la primera columna de la tabla de la figura 11 se dan las posiciones que tendrían los planetas en la Revolución Solar tropical de 2014-15 si Andreas Lubitz hubiera nacido a primera hora del 18 de diciembre de 1987. Y en la segunda columna se dan las posiciones que los planetas tendrían en esa misma revolución si Lubitz hubiera nacido a última hora del día. Lógicamente, las posiciones verdaderas deben estar comprendidas entre ambos extremos.

Figura 11

Encontramos a Saturno entre 29º 19' y 29º 26' de Escorpio, dentro del intervalo en que se movió la Luna en el día de nacimiento. Es, pues, muy probable, que este Saturno de la revolución solar tocara por conjunción a la Luna natal. Esta conjunción sería exacta si Lubitz hubiera nacido a las 19:34 CET, cuando ascendía el grado 6º 40' de Leo. De nuevo esto no significa que Andreas Lubitz naciera cerca de esta hora, pero puede ser otra pista, y de más peso que la anterior, porque Saturno "oprimiendo" a la Luna es un claro indicador de frustración emocional, melancolía, derrotismo y depresión. Recordemos que estos dos planetas estaban ya conectados por oposición cerrada en la carta de la figura 6, como tendencia genérica subyacente de toda la vida que ahora se acentuaría por obra de la revolución solar.

La Luna de la revolución solar tropical se sitúa en algún punto entre 28º 38' de Libra y 11º 25' de Escorpio. Y Plutón natal estaba entre 11º 36' y 11º 38' de Escorpio. Por tanto, cuanto más hacia el final del día hubiera nacido Lubitz, más cerca estaría la Luna de la RS de Plutón natal. También es posible que la Luna estuviera alcanzando a Plutón en la fecha del accidente por su movimiento progresado desde la RS. La equivalencia de un día = un año que las progresiones secundarias aplican desde la fecha de nacimiento se puede usar también sobre la revolución solar, de tal manera que el primer día tras el momento exacto del cumpleaños represente todo el año. Si partimos de un nacimiento a las 18:13 CET del 18 de diciembre de 1987, con 21º 26' de Cáncer en el ascendente, la Luna de la revolución solar quedaría a 8º 18' de Escorpio. Pero su posición progresada para el 24 de marzo a las 10:41 CET sería 11º 37' de Escorpio, que es el grado y minuto de Plutón natal.

Por otra parte, si aplicamos la corrección por precesión a la RS, entonces la Luna se estaría moviendo entre 3º 20' y 16º 15' de Escorpio y se situaría exactamente sobre Plutón radical desde un nacimiento a las 16:41 CET y Saturno se colocaría exactamente sobre la Luna desde un nacimiento a las 18:59 CET.

La Revolución Lunar tropical vigente en el día del siniestro se cumplió en algún momento comprendido entre el 11 de marzo de 2015 a las 1:37 CET y el 12 de marzo de 2015 a las 4:22 CET. En la primera columna de la tabla de la figura 12 se dan las posiciones que tendrían los planetas en esta revolución lunar si Andreas Lubitz hubiera nacido a primera hora del 18 de diciembre de 1987. Y en la segunda columna se dan las posiciones que los planetas tendrían en esa misma revolución si Lubitz hubiera nacido a última hora del día.

Figura 12

Si observamos los tramos recorridos por Marte, Urano y Plutón comprobaremos que entre estos tres planetas se formaron aspectos totalmente exactos dentro del periodo en el que necesariamente hubo de tener lugar la revolución lunar. Marte y Urano se unían por conjunción exacta en 15º 00' de Aries a las 17:06 del 11 de marzo, y Marte y Plutón formaban cuadratura exacta a las 23:41 CET del mismo día 11 de marzo, con Marte a 15º 13' de Aries y Plutón a 15º 13' de Capricornio. El tiempo transcurrido entre el aspecto de Marte con Urano y el de Marte con Plutón se corresponde con horas de nacimiento comprendidas entre las 13:48 CET y las 19:37 CET. Obsérvese que justamente dentro de este margen horario se encuentran todas las posibles horas de nacimiento sugeridas por los diferentes aspectos comentados más arriba. La presencia de la doble cuadratura muy cerrada de Marte y Urano con Plutón en la revolución lunar de Andreas Lubitz es segura, con independencia de cuál sea su hora de nacimiento, y un accidente aéreo autodestructivo dentro del periodo de vigencia de esta revolución es una posibilidad de interpretación que, si bien sería remota en relación con la mayoría de las personas que pudieran tener algo así en sus propias revoluciones, en el caso de Andreas Lubitz debía ser tomada muy en serio, dadas sus circunstancias personales, su condición de piloto y su historial clínico.

En la mayor parte de lo expuesto en este artículo tomo como referencia la versión oficial de los hechos de la que se han hecho eco los principales medios de comunicación. Como estas versiones oficiales no siempre se corresponden con la realidad, se han levantado algunas voces que expresan dudas sobre la verdadera causa del suceso y sobre la presunta responsabilidad de Andreas Lubitz. No obstante, hay varias cosas sobre las que nadie ha expresado duda alguna. Nadie duda de que un airbus A320 de Germanwings se estrelló en los Alpes franceses el 24 de marzo de 2015 hacia las 10:41 CET. Nadie duda de que no hubo supervivientes. Nadie duda de que Andreas Lubitz iba en ese avión ni que, por consiguiente, murió en ese accidente. Y nadie duda de que en estos días se ha hablado muchísimo de Andreas Lubitz en todo el mundo. Todo esto es más que suficiente para justificar una investigación astrológica de las condiciones del accidente y de la fecha natal de Andreas Lubitz, tanto si es cierto que este copiloto provocó deliberadamente el siniestro como si fue solo una víctima más. En este último caso algunas de mis observaciones tendrían que ser matizadas o modificadas, pero la mayoría de los aspectos encontrados se puede relacionar con cualquiera de las dos posibilidades*.

© 2015, Julián García Vara

* El análisis de este caso continúa en el artículo:
Edad armónica de las conjunciones
que recoge los interesantes resultados de una investigación posterior basada en el desarrollo armónico de las conjunciones de Marte con Saturno y Urano.


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