viernes, 24 de abril de 2015

El naufragio de 950 inmigrantes según la edad de las conjunciones



Desde que el cono de sombra del último eclipse de Sol se paseó por el Mediterráneo estamos viviendo en la zona uno de los peores periodos que se recuerdan en términos de naufragios de pateras, barcazas y barcos repletos de inmigrantes que intentan cruzar sin éxito desde el Norte de África al Sur de Europa. El 13 de abril se hundió un barco con 550 inmigrantes a bordo cerca de la costa de Jamahiriya, de los que se estima que se ahogaron alrededor de 400. El 16 de abril cuatro inmigrantes que lograron alcanzar la costa de Sicilia afirmaron ser los únicos supervivientes de un barco hundido con 41 personas a bordo. En otra embarcación un grupo de islamistas arrojó por la borda a 12 cristianos, haciendo que se ahogaran. Pero lo peor estaba aún por llegar. En la noche del 18 al 19 de abril se hundía otro barco cerca de la costa de Libia con 950 personas a bordo, de las que solo se ha rescatado a 27.

Los millares de muertes que se han producido en circunstancias similares en el Mediterráneo en lo que va de año no han acaparado ni la décima parte de la atención mediática que se concedió al centenar y medio de muertes con que se saldó el accidente aéreo en los Alpes franceses. Tampoco en los foros de astrología se ha prestado mucha atención a este asunto. Bien es verdad que, aparte de añadirlos a la lista de desgracias que se acumulan desde el 20 de marzo en la zona de sombra del eclipse (los espeleólogos españoles accidentados en Marruecos, el profesor asesinado por un alumno en Barcelona, el accidente de Germanwings, etcétera) o achacarlos a la larguísima cuadratura de Urano con Plutón que nos acompaña desde hace tanto tiempo, no se puede hacer mucho más, porque faltan datos precisos en los que apoyarse. Si en el accidente del airbus de Germanwings conocíamos la hora y el lugar del despegue del avión, la hora y minuto y las coordenadas geográficas exactas del lugar en que se estrelló y hasta la fecha de nacimiento del copiloto, en el caso del naufragio en aguas de Libia del 19 de abril no sabemos cuándo zarpó el barco ni de dónde, no sabemos a que hora volcó (solo que un superviviente dijo que había sido "durante la noche") ni las coordenadas en que se encontraba el barco, ni la fecha de nacimiento de nadie. 

En un artículo de El País se incluye el siguiente mapa del lugar del naufragio:


No se dan coordenadas, pero pulsando más o menos sobre ese punto en la imagen de Google Maps he obtenido las siguientes coordenadas aproximadas: 34º 02' 24" N, 14º 24' 00" E.

Sin embargo, en un artículo de El Mundo sobre el mismo tema aparece este otro mapa:


Tampoco aquí se dan coordenadas, pero haciendo lo mismo que antes obtengo las siguientes coordenadas aproximadas: 33º 42' 42" N, 12º 27' 20" E. Tal vez alguien con mejor pulso que el mío pueda llegar a ser más preciso, pero no creo que merezca la pena, porque la diferencia entre la posición que da El País, más o menos a un centenar y pico de kilómetros a la derecha de Trípoli, y la que da El Mundo, alrededor de un centenar de kilómetros a la izquierda de Trípoli, no creo que se deba a que un diario esté mejor informado que el otro, sino a que nadie sabe realmente dónde estaba el barco. 

Como no sabemos la hora, aunque tuviéramos coordenadas precisas no podríamos levantar la carta del suceso. Al menos sabemos que esa noche no había Luna, porque coincidía con la primera Luna Nueva después de la del anterior eclipse. La conjunción de las luminarias no tiene buen prensa en astrología (véase, por ejemplo, la Astrología Lunar de Alexandre Volguine), pero incluso fuera de ella se reconoce que las aguas del mar están más agitadas cuando la Luna y el Sol suman su acción gravitacional sobre las mareas. Si a eso añadimos la oscuridad de una noche sin Luna y la pobreza de medios de la embarcación, tenemos las condiciones más adversas para la supervivencia en alta mar.

Quien haya leído las dos entradas anteriores de este blog, que dediqué al análisis astrológico del accidente aéreo del 24 de marzo, sabrá que ya en Sobre el avión siniestrado y el siniestro copiloto llamé la atención acerca de la relación que podían tener con este suceso un par de conjunciones que se produjeron días o meses antes. La conjunción de Saturno con Marte en 17º 41' de Escorpio, que tuvo lugar el 25 de agosto de 2014, a las 19:29:39 GMT, en conjunción con Marte natal del copiloto Andreas Lubitz, porque quedaba integrada en la revolución de Marte de Lubitz aún vigente en la fecha del accidente. Y la conjunción de Urano con Marte en 15º 00' de Aries, el 11 de marzo de 2015, a las 16:05:47 GMT, porque quedaba integrada en la revolución lunar de Lubitz que se cumplía ese mismo día. Posteriormente mostré en Edad armónica de las conjunciones que había una relación directa entre esas conjunciones y la fecha del accidente, por un lado, y entre ambas conjunciones entre sí y con las cartas natal y progresada de Lubitz, por otro lado. Para ello consideré la edad de las conjunciones, es decir, el tiempo transcurrido desde que fueron exactas hasta que se produjo el accidente, y apliqué los armónicos correspondientes a esas edades directamente sobre las cartas de las conjunciones mismas, domificadas para el lugar del accidente. Con esta técnica, las conjunciones no permanecen ancladas al grado en el que se produjeron, sino que se deslizan a través del zodiaco literalmente como la onda expansiva de un tsunami a un ritmo regular e inexorable, alcanzando primero las costas de un grado y después las de otro y arrastrando consigo a todos los demás planetas y puntos sensibles o activos de la carta de la conjunción.

La conjunción de Saturno con Marte se produjo, como he dicho varias veces, en 17º 41' de Escorpio, que en grados absolutos medidos desde Cero Aries son 227º 41'. Este número de grados es el que recorrerá la conjunción Saturno-Marte en un año, partiendo de 17º 41' de Escorpio en los armónicos de la edad de origen 1, y desde 0º 00' de Aries en los armónicos de la edad de origen 0. Su movimiento diario es de 0º 37' 24", de modo que emplea unos 48 días en recorrer cada signo. En el tiempo transcurrido desde que la conjunción fue exacta hasta que se produjo el accidente aéreo, la conjunción Saturno-Marte se desplazó, por armónicos de la edad + 1, desde 17º 41' de Escorpio hasta 28º 58' de Piscis, situándose así muy cerca del nodo norte de la Luna natal de Andreas Lubitz y del grado en el que se había producido cuatro días antes un eclipse de Sol. Desde la posición alcanzada en ese momento, la conjunción Saturno-Marte estaba a punto de ingresar en Aries, signo en el que entraría el 26 de marzo y donde permanecerá hasta el 13 de mayo. El asunto era inquietante porque el 11 de marzo se había producido, justo en la mitad del signo de Aries, la peligrosa conjunción de Urano con Marte. ¿Qué pasaría cuando el reflujo armónico de la conjunción Saturno-Marte alcanzara el punto 15º 00' de Aries marcado por la conjunción Urano-Marte? Si una sola de estas dos conjunciones fuera de control basta para provocar un desastre ¿qué puede pasar si una de ellas estimula a la otra? 

La conjunción Saturno-Marte alcanzó el grado 15º 00' de Aries el 19 de abril de 2015 a las 3:30 GMT, es decir, durante la noche del sábado al domingo en la que se produjo el peor naufragio en el Mediterráneo desde que hay crónicas, con más de 900 muertos estimados. Por desgracia, el desplazamiento armónico de la conjunción Saturno-Marte sobre la conjunción Urano-Marte funcionó como un reloj de precisión. Además, el hecho de que el contacto se produjera en 15º 00' de Aries le añadió aún más tensión, porque el arco de 15 grados es el primer aspecto de la serie del 24, que es 2 x 2 x 2 x 3, es decir, el equivalente a la suma de tres oposiciones más un trígono.

La siguiente pregunta es ¿por qué sucedió en ese lugar y no en otro cualquiera? Para tratar de hallar una respuesta debemos considerar las coordenadas geográficas del lugar, pero no disponemos de esta información con la suficiente precisión. Sin embargo, más arriba he mostrado unos mapas que, aunque se contradicen, nos dan al menos una idea de la zona aproximada. Necesitamos estas coordenadas no para levantar una carta del momento y lugar del suceso, cosa imposible puesto que desconocemos la hora, sino para relocalizar la carta de la conjunción Saturno-Marte original en la zona del desastre.

La carta de la conjunción Saturno-Marte del 25 de agosto calculada para las coordenadas que hemos deducido del mapa publicado por El Mundo deja el ascendente más o menos a 13º 30' de Aries. Con las coordenadas deducidas del mapa publicado por El País, el ascendente estaría en 16º 30' de Aries aproximadamente. Si promediamos las coordenadas aproximadas deducidas de ambas fuentes, el ascendente queda a 15º 00' de Aries. En el caso de que este último fuera el verdadero ascendente de la carta de la conjunción Saturno-Marte vista desde el lugar del naufragio, la cosa sería realmente asombrosa, porque todo quedaría tal como se ve en el gráfico de abajo:



La rueda más interna es la carta de la conjunción Saturno-Marte calculada para las coordenadas 33º 52' 33" N, 13º 25' 42" E, con 15º 0' Aries ascendente. La rueda media corresponde a la conjunción Urano-Marte del 11 de marzo y la rueda externa muestra el armónico 1,64706 de la conjunción Saturno-Marte, que es el armónico de la edad + 1 vigente a las 3:30 GMT de la noche del suceso.

No podemos asegurar que el ascendente de la carta de la conjunción Saturno-Marte vista desde el lugar del naufragio estuviera exactamente ahí, pero sí que no andaría muy lejos. La mala racha de accidentes mortales que se han acumulado en pocos días en el Mediterráneo puede, pues, estar relacionada con el hecho de que la carta de la conjunción Saturno-Marte deja a Aries en el ascendente en la mayor parte de los lugares del mar Mediterráneo y de sus costas con longitudes geograficas comprendidas entre 3 y 23 grados Este, aproximadamente. Como el reflujo armónico de la conjunción Saturno-Marte está peinando el signo de Aries desde el pasado 26 de marzo, los grados que ascendían en la zona en el momento de la conjunción están siendo alcanzados por la conjunción misma, que tiene así una oportunidad de descargar su potencial destructivo en esos lugares, especialmente en aquellos cuyo ascendente quede más cerca de la conjunción Urano-Marte, que es la que lo sobredimensiona todo.

© 2015, Julián García Vara

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