Cuando alguien nos pide que calculemos su carta astral inmediatamente le preguntamos su fecha, hora y lugar de nacimiento. En un gran número de casos obtenemos como parte de la respuesta una hora en punto o incluso algo todavía más vago: “nací a las seis de la tarde”, “mi madre dijo que nací de madrugada”, etc. Casi siempre que se nos proporciona una hora en punto como supuesta hora natal se trata de un redondeo que, para colmo, ni siquiera sigue siempre las normas correctas de los redondeos matemáticos. No es raro que una persona nacida, por ejemplo, a las 7h 40m declare que nació a las 7, a pesar de que en este caso el redondeo correcto a la hora en punto más cercana debería hacerse para las 8. Pero al astrólogo no le interesan los redondeos, sino la precisión. Cuando no hay manera de comprobar la hora de nacimiento con precisión de minutos, nos contentamos con levantar la carta para la hora en punto que suponemos más cercana a la desconocida hora real exacta. Sabemos que el ascendente, el medio cielo y las demás cúspides de las casas se desplazan en promedio cerca de un grado de arco cada cuatro minutos de tiempo; por consiguiente, si todo lo que tenemos es una aproximación a la hora en punto más cercana, aun suponiendo que el redondeo se hizo correctamente, nos queda un margen de error de media hora que se traduce en un margen de desviación del MC, del ascendente y de las demás cúspides en torno a 7 ú 8 grados en promedio. Hay un cincuenta por ciento de probabilidades de que las cúspides obtenidas con una hora redondeada no estén a más de cuatro grados de distancia de las reales y esto es suficiente en muchos casos para que podamos estar seguros de en qué signo está el ascendente y de la casa que ocupa cada uno de los planetas. Además, la posición de los planetas en el zodíaco variará muy poco y los aspectos también serán prácticamente los mismos dentro de una hora de margen. Por tanto, podemos hacer confiadamente gran parte del trabajo de interpretación, a pesar de la inexactitud de la hora de nacimiento.
Sin embargo, si nos adentramos en el territorio de los armónicos debemos recordar que cualquier error en la determinación de la posición en el zodíaco de cualquier factor de la carta natal se multiplicará por el número del armónico. Si el verdadero ascendente está, por ejemplo, a 15 grados de Aries, pero lo que hemos obtenido a partir de una hora redondeada es un ascendente a 19 grados de Aries, ese error de 4 grados aumentará hasta los 8 grados en el armónico 2, hasta los 12 grados en el 3, y así sucesivamente. Si queremos calcular el armónico de la edad para cuando esta persona tenga 50 años el ascendente armónico habrá acumulado un error de 200 grados. Es más que obvio que, en estas condiciones, usar el sistema de casas iguales a partir del ascendente armónico o del mediocielo armónico es un disparate de gruesas proporciones. Zipporah Dobyns incurre ingenuamente en este craso error al analizar la carta de Carter en su artículo titulado “Nuevos juegos con armónicos”, cuya traducción ofrecí en la entrada anterior. Puede observarse que como hora de nacimiento de Carter utiliza las 7 en punto de la mañana. Aunque exista un certificado de nacimiento donde esté registrada esa hora, esto no garantiza en absoluto que no se trate de una hora redondeada. Michel Gauquelin acudió a los registros civiles para proveerse de datos para sus investigaciones estadísticas y puede constatarse que la mayor parte de las horas de nacimiento que ahí encontró eran horas en punto, es decir, producto de toscos redondeos para cumplir con un trámite legal. Por tanto, todas las domificaciones que hace Zipporah Dobyns de las cartas armónicas de Carter a partir del MC armónico son imaginarias e invalidan sus análisis. La invitación que hace a los lectores de usar el sistema de casas iguales a partir del ascendente armónico en lugar de a partir del MC armónico, si así lo prefieren, resulta ser una invitación a usar una domificación imaginaria en lugar de otra domificación imaginaria.
Personalmente utilizo la expresión “aberración armónica” para referirme al máximo grado de desviación posible que un factor de la carta natal puede sufrir en una carta armónica como consecuencia del margen de error en los datos de nacimiento o en los medios tratados para procesarlos. Así, por ejemplo, si asumimos que el margen de error en la hora de nacimiento de Jimmy Carter es de media hora, podemos calcular la aberración armónica de su MC por el siguiente procedimiento. Observamos primero que el MC para su hora natal declarada, las 7 de la mañana, está a 28º 28’ de Cáncer. Media hora antes, a las 6 y media, el MC estaba a 21º 21’ de Cáncer y media hora después, a las 7 y media, estaba a 5º 44’ de Leo. Por tanto, la aberración armónica asciende al resultado de estas diferencias, es decir, a 7º 07’ antes ó 7º 16’ después de la posición que provisionalmente le hemos adjudicado en la carta natal. ¿Cuál será la aberración armónica del MC de Carter para su armónico 53? Para hallarla hemos de multiplicar por 53 los valores que acabamos de determinar.
7º 07’ * 53 = 377º 11’
7º 16’ * 53 = 385º 08’
Todo lo que podemos decir es que en el armónico 53 el MC estará realmente en algún lugar comprendido entre 377º 11’ antes y 385º 08’ después del lugar en que aparezca en esa carta armónica. Es decir, el MC armónico real puede estar en cualquier parte. Por tanto, podemos ahorrarnos alegremente el cálculo del MC, del Ascendente y del resto de las cúspides, pues sus respectivos grados de aberración armónica serán similares.
Mi consejo es mantener la domificación de la carta natal (es decir, la del armónico 1, ya que todos los armónicos son también cartas natales) a través de todos los armónicos, no por simple conveniencia, sino por otras razones más serias expuestas en El problema de la domificación de las cartas armónicas. De ese modo, además, la aberración armónica de los ángulos y las cúspides se mantendrá en su nivel más bajo.
Creo, además, que el no haber tenido en cuenta el problema de la aberración armónica es una de las causas por las que Zipporah Dobyns se sintió tan decepcionada con la técnica de las transformaciones de arcos de Williamson. Como se aprecia en el artículo mencionado más arriba, a Zipporah Dobyns no se le ocurrió nada mejor que poner a prueba la técnica con pares de factores que involucraban a los ángulos (por ejemplo, Saturno/MC) tomados de cartas no rectificadas. Pero los ángulos constituyen los factores más inestables, los más sensibles a cualquier desviación de la hora de nacimiento, por pequeña que sea. Como además se aferra a la poco recomendable técnica de las casas iguales a partir del MC o del ascendente armónico, con seguridad ha tenido que desembocar en muchas cartas de transformaciones de arcos mal calculadas y peor domificadas, completamente inútiles para formarse un juicio.
Además del margen de error en la hora de nacimiento, que es el principal factor a tener en cuenta, hay otros dos que pueden introducir algún grado de aberración armónica, tanto mayor cuanto más elevado sea el armónico a utilizar. El primero es el grado de precisión de nuestro instrumental de cálculo: programas, efemérides y tablas de casas. Lo más recomendable es usar programas de última generación que tengan incorporadas y activadas las Swiss Ephemeris, en cuya documentación se afirma que no da errores superiores a un segundo de arco. Otros programas más antiguos dan errores de un minuto de arco ó más. Con el cálculo manual, que usa reglas de tres, se pierde aún más información. Puede parecer que un minuto de arco no es mucho, pues en 60 armónicos la desviación sería de sólo un grado. Pero en algunas situaciones es necesario recurrir a armónicos mucho más elevados. Por ejemplo, para obtener la transformación del arco de dos planetas que en la carta natal se encuentran a sólo 0º 06’ de distancia debemos calcular el armónico 3600. En ese armónico, un error de un minuto de arco se traduce en una desviación de 60 grados, pero un error de sólo un segundo de arco provoca una desviación de sólo un grado.
El otro factor que puede generar algo de aberración armónica es la imprecisión en las coordenadas geográficas del lugar de nacimiento. Por lo general, no solemos afinar más allá de grados y minutos de longitud o latitud geográficas, pero no tener en cuenta los segundos puede producir desviaciones en las cúspides de las casas de aproximadamente un minuto de arco, lo que deja a los ángulos en la misma situación que los planetas en los programas antiguos. No obstante, usar segundos de precisión en las coordenadas geográficas sólo tiene sentido cuando la hora de nacimiento se conoce con una exactitud extrema.
Aunque en los ejemplos de cálculos que he insertado más arriba sólo he usado precisión de minutos de arco, siempre que sea posible y tenga sentido hacerlo debe utilizarse precisión de segundos de arco en el cálculo de los armónicos.
©2009, Julián García Vara
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