lunes, 21 de mayo de 2012

El método fraccionario de Carter

Direcciones simbólicas, II



En la primera mitad del pasado siglo, Charles E.O. Carter se ocupó del tema de las direcciones simbólicas en varios de sus trabajos, especialmente en The Zodiac and the Soul y, sobre todo, Symbolic Directions in Modern Astrology. En estas obras se hace eco de las claves de dirección más tradicionales, tanto occidentales como védicas, a la vez que menciona algunas claves nuevas propuestas por otros autores contemporáneos, especialmente Frankland. Introduce después algunas claves más, de su propia cosecha, y añade un método que permite establecer series de claves por progresión aritmética.

Carter menciona el punto de la vida de Frankland, que, partiendo de Cero de Aries en el nacimiento, recorre el zodíaco a razón de 4 2/7 grados por año, de forma que va haciendo aspectos con todos los puntos de la carta, completando una vuelta en 84 años. Pero Carter no entiende por qué razón, si esta clave de dirección es válida, no la extiende Frankland a todos los puntos de la carta; de modo que él sí da ese paso y generaliza la clave. Considera, con razón, que el punto de la vida de Frankland no es otra cosa que el propio punto vernal dirigido según la clave de 4 2/7 grados por año. Igualmente, el punto de la edad a lo largo del zodíaco, también propuesto por Frankland, que partiendo de Cero de Aries, se mueve a razón de un grado por año, no es otra cosa que el punto vernal dirigido por la clave tradicional de un grado por año.


Otra clave, ésta vez sí generalizada, descubierta y recomendada también por Frankland, mueve todos los puntos de la carta a razón de 4/7 de grado por año, definiendo así un ciclo de 630 años. Sepharial asimila equivocadamente esta clave de Frankland al Naros o periódo narónico de 600 años, que es también una clave eficaz, pero diferente, de 3/5 de grado por año.

Así nos explica Carter como llegó a introducir su clave duodenaria o tal vez, como él mismo sugiere, a rescatarla:

Mientras consideraba los méritos respectivos de las medidas de Un-Grado y 59’ 8”, se me ocurrió que, puesto que el círculo zodiacal se divide primeramente en doce partes, a saber, los signos, una subdivisión de los signos en doce partes, de 2½º cada una, debería ser de utilidad en direcciones. Es, desde luego, bien conocido por los estudiantes que tal unidad es usada por los hindúes, bajo el nombre de dwadeshamsa, o duodécimo, y no es de ningún modo improbable que haya sido empleada en el Este como unidad direccional, aunque no tengo información sobre esto.
Comoquiera que sea, encuentro que una progresión uniforme de todos los planetas a razón de 2½º por año brinda excelentes resultados.
Llamo a este sistema the Duodenary, [el Duodenario] prefiriendo el término inglés, de origen latino, al hindú.
Por un razonamiento similar, da un paso más y vuelve a dividir la doceava parte de un signo (2º 30’) en otras doce partes (0º 12’ 30”), que toma como nueva clave de dirección anual, la subduodenaria, con un ciclo de 1728 años.


Inspirándose en la Navamsa hindú, o novena parte de un signo, establece una clave de 3º 20’ por año, con un ciclo de 108 años.

Finalmente nos explica cómo se decidió a establecer series de claves, por el método fraccionario:
El sistema fraccionario, expuesto por primera vez en el Zodíaco y el Alma, es un desarrollo del conocido método de Un-Grado, o, alternativamente, del sistema Radix.
Este método se me ocurrió mientras examinaba la natividad del general Charles Gordon. Murió bajo un arco de 52º y esto es exactamente el doble de la distancia entre su Marte y su Luna.
Me parecía posible que, como la distancia entre dos planetas cualesquiera en la natividad representa su relación mutua primaria, o básica, en tanto que específica, podría tratarse aquí de relaciones secundarias, expresadas en tiempo, que podrían derivarse de ese arco primario. En otras palabras, si la medida primaria es 1º por año, ¿no podría haber aquí medidas subordinadas correspondientes a las principales fracciones de 1º?
(...) Uno puede, por supuesto, calcular innumerables arcos de dirección, por constante subdivisión del arco básico, o por constante multiplicación si es pequeño. 
De este modo quedaba abierta la veda, y el número de claves de dirección simbólica utilizables podía dispararse. Pero Carter plantea enseguida unas restricciones, si bien bastante flexibles, en virtud de las cuales y dependiendo de la amplitud del arco de dirección se emplearían entre 8 y 16 claves fraccionarias en cada caso. Se trata de no tomar en cuenta para cada arco de dirección más claves que las que señalen una fecha de cumplimiento cada cinco años, aproximadamente, lo que no deja de ser una limitación bastante arbitraria.
Esto significará que un arco básico de 80º puede ser dividido en 1/2, 1/4, 1/8, 3/8, 5/8, 3/4, y 7/8 de arco, junto con los sub-arcos adicionales de 1/16, haciendo 15 en total, más el arco básico. Si el arco básico es mucho menor, entonces las divisiones de 1/16 pueden omitirse, quedándonos con 7, más el arco básico. Si el arco básico es muy pequeño, entonces tendremos que tomar sub-arcos de 1¼, 1½, 1¾, 2, y así sucesivamente. Los sub-arcos que se produzcan en la vida con más frecuencia tendrán probablemente menos importancia.
Esto significa que si tenemos un arco de dirección de 80 grados, que por la clave fundamental de Un Grado por año se cumplirá a los 80 años, podemos dividirlo por 2, obteniendo un nuevo arco de 40 grados, que se cumplirá a los 40 años; o bien por 4, y obtendremos un arco de 20 grados, que se cumplirá a los 20 años. Pero esto sólo es una estratagema para mantener en uso la medida fundamental de un grado por año y facilitar el cálculo de las fechas. En realidad, lo que estamos haciendo al dividir el arco de dirección por 2 equivale a utilizar una nueva clave de 2 grados por año sobre el arco de dirección original; y al dividir por 4, introducimos una nueva clave de 4 grados por año; y así sucesivamente con las otras divisiones. 

Recopilamos en la tabla adjunta las claves de dirección incorporadas o propuestas por Carter de manera explícita hasta aquí. Pero Carter no se detiene en esta lista, sino que pronto se plantea nuevas series alternativas:
Está por ver si finalmente puede encontrarse que una fracción tiene un carácter diferente de otra, y así como nuestros aspectos tradicionales están basados en la mitad, el tercio, y el quinto del círculo, puede encontrarse que, además de la mitad del arco básico y sus derivados, podemos tomar también el tercio y sus derivados, e incluso el quinto.
Y unas pocas líneas más abajo, aplica una medida de 9 grados por año (1/9 de arco, ciclo de 40 años) a uno de sus ejemplos, otra de 5 grados por año (1/5 de arco, ciclo de 72 años) a otro; otra de 3 grados y medio por año (2/7, ciclo de 102,85714 años); otra de 3 grados por año (1/3, ciclo de 120 años); otra de 1,5 grados por año (2/3, ciclo de 240 años), etc. 

Esto significa que a las claves registradas en la tabla habría que añadir otras muchas procedentes de otras series: 1/5, 2/5, 3/5, 4/5, 1/3, 2/3, 1/9, 2/9, 4/9, 5/9, 7/9, 8/9, 1/7, 2/7, 3/7..., etc, además de 1 1/5, 1 2/5, etc, etc.

Como se ve, Carter llevó bastante lejos su propósito de ampliar el número de claves de dirección y, en general, según razonaremos más adelante, con bastante buen olfato. Sin embargo, no podemos compartir su idea de que la medida de un grado por año era la fundamental o básica; a la larga, semejante presupuesto se convirtió en un obstáculo que le cerró el camino a otras claves muy valiosas.

Pulse sobre la tabla para verla ampliada


© 2009, Julián García Vara


No hay comentarios:

Publicar un comentario