viernes, 27 de septiembre de 2013

Pablo Alborán y Niña Pastori, así en la Tierra como en el Cielo


El estilo musical de Pablo Alborán recuerda inmediatamente al de Niña Pastori, una forma moderna de flamenco-pop melódico y romántico. Esto no es sólo una impresión personal, sino algo que cualquiera que los haya escuchado a ambos reconoce al instante. Prueba de ello es, por ejemplo, la existencia en la red social Facebook de una página llamada "Yo también quiero un dueto de Pablo Alborán y Niña Pastori". El primero en admitirlo es el propio Pablo, al incluir en su repertorio algunas canciones de la Pastori. Por ejemplo, la que insertamos a continuación, "Raro", primero en la versión original de Niña Pastori



y después en una de las actuaciones de Pablo Alborán.



¿Raro? Bueno, no es nada raro que un cantante interprete canciones de otros. Ya Niña Pastori había hecho esto en su disco "Joyas prestadas" y casi todos los grandes cantantes lo han hecho también. Pero tanto la Pastori como, por decir algo, Julio Iglesias o Paloma San Basilio, cuando interpretan canciones de otros lo hacen con su propio estilo, modificando el producto original mediante un sello personal inconfundible. En el caso de Pastori y Arbolán el estilo también es el mismo y, aunque sus voces son distintas, se adivina un temple emocional muy semejante, una misma alma cantando a través de dos gargantas.

Es un supuesto implícito en la astrología que todo cuanto existe o acontece en nuestra Tierra tiene su correspondiente reflejo en alguna configuración de los astros en los cielos. Dicho así puede sonar desmesurado y es muy posible que no sea del todo cierto. También es seguro que nadie tendrá nunca toda la información necesaria para demostrar un enunciado tan pretencioso. Pero, dentro de nuestras naturales limitaciones humanas, podemos observar al menos algunas de estas correspondencias.

Se sigue de lo anteriormente enunciado que si dos cosas naturalmente independientes (acontecimientos, personas, temperamentos, conductas) se parecen mucho en nuestra Tierra entonces las correspondencias astrales que las representan deberán asemejarse también, aun cuando no siempre seamos capaces de verlo. En efecto, a primera vista, las cartas astrales calculadas para las fechas de nacimiento de Niña Pastori (15 de enero de 1978) y de Pablo Alborán (31 de mayo de 1989) tienen alguna que otra coincidencia, pero, en general, no se parecen más que dos cartas cualesquiera calculadas al azar. Es cierto que nos faltan importantes elementos de juicio, porque al no disponer de las horas de nacimiento ignoramos dónde se encuentran los respectivos ascendentes y cómo se distribuyen los planetas en sus respectivos cielos locales en relación al horizonte y al meridiano. Entra dentro de lo posible que ahí se encuentren algunas claves de las semejanzas observadas, pero de ningún modo podemos darlo por hecho, porque la probabilidad estadística en principio juega en contra.

Tomando como referencia el zodiaco tropical, tenemos que Maria Rosa García (que es el verdadero nombre de Niña Pastori) nació con el Sol en Capricornio, mientras que Pablo lo hizo con el Sol en Géminis, dos signos de diferente elemento (tierra uno, aire el otro), de diferente modalidad (cardinal el uno, mutable el otro) y de diferente polaridad (femenino uno y masculino el otro). La Luna, ésta sí, ocupa el mismo signo (Aries) en ambas cartas y es, sin duda, uno de los factores más relevantes a considerar en cualquier natividad, mucho más cuando se trata de personas creativas dedicadas al arte o a tareas relacionadas con la imaginación o la capacidad de emocionar. Algo tenemos ganado ya con esto, pero una de cada doce personas, más o menos, debe tener la Luna en Aries. El dato es congruente, pero insuficiente.

Ahora bien, la Luna no se expresa únicamente a través del signo que ocupa en el zodiaco tropical, junto con su situación por casa y sus aspectos, sino también a través de la situación de todos los demás planetas dentro de un zodiaco de naturaleza lunar que se origina en el nodo norte de la Luna y se conoce con el nombre de Zodiaco Dracónico. Si usamos este zodiaco dracónico como referencia, en lugar del zodiaco tropical, las dos cartas encajan de un modo sorprendente. El Sol de Pastori está en Cáncer y el Sol de Alborán también, Mercurio de Pastori está en Géminis y Mercurio de Alborán también, Venus de Pastori está en Cáncer y Venus de Alborán también. Saturno de Pastori está en Acuario y Saturno de Alborán también.


Cartas dracónicas de Niña Pastori (rueda interna)
y Pablo Alborán (rueda externa)

Cuatro de los siete planetas tradicionales ocupan el mismo signo en ambas cartas. El Sol y Venus en el intimista y emocional signo de Cáncer nos permite entender, entre otras cosas, a qué se refiere Pastori cuando, en la canción que he incluido más arriba, dice:
¿cómo se puede tener
con la cabeza en la luna
sobre la tierra los pies?
Estas frases expresan la tensión entre un Sol dracónico en el "lunático" signo de Cáncer, generador de sueños, ilusiones románticas y hermosas fantasías, y un Sol tropical en el "terrenal" signo de Capricornio, desengañado y realista.

Saturno dracónico en Acuario en combinación con el Sol y Venus dracónicos en Cáncer también nos dicen algo sobre los gustos musicales de Pastori y Alborán. Saturno representa lo viejo, lo tradicional, pero el signo de Acuario está orientado a la innovación. Entonces, un viejo estilo musical -el flamenco clásico- se viste con un ropaje de música ligera moderna más actual.

La Luna atraviesa el signo tropical de Aries una vez cada mes (a veces dos) durante algo menos de dos días y medio, pero esta constelación de cuatro planetas dracónicos coincidentes no se había repetido desde los días en que nació Pastori hasta los días en los que lo hizo Alborán, unos once años y medio más tarde. En efecto, el ciclo dracónico de Saturno es aproximadamente de once años y medio, por lo que viene a pasar aproximadamente un año en cada signo. Dentro de ese año, el Sol dracónico pasa una vez por Cáncer, durante algo menos de un mes. Y solo durante unos pocos días se dieron también las coincidencias de Mercurio y Venus. Todo esto más la Luna tropical en Aries solo se repitió dos días en doce años, con unos 4154 dias de diferencia, que es el tiempo exacto que separa las dos fechas de nacimiento.

© 2013, Julián García Vara


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