domingo, 18 de abril de 2010

Armónicos planetarios en acción



Así como he defendido que los armónicos de la edad + 1 dan más y mejores resultados que los armónicos de la edad sin el incremento de una unidad, digo también -aunque con menos firmeza, porque he hecho menos comprobaciones- que la primera revolución armónica de un planeta (de su posición en el armónico 1) nos da más información sobre los asuntos asociados a ese planeta que el correspondiente armónico planetario según la fórmula de Greig.

Es natural que así sea, porque los armónicos planetarios de Greig son las primeras revoluciones armónicas dentro del sistema de armónicos de la edad sin incremento (las que repiten la posición del planeta en el armónico cero). Y las primeras revoluciones armónicas propiamente dichas (las que repiten la posición del planeta en el armónico uno) serían los equivalentes a los armónicos planetarios de Greig, trasladados al sistema de armónicos de la edad + 1.

Tomemos, por ejemplo, el caso de Alan Turing, a quien ya hemos dedicado varios artículos en este blog. Chris Mitchell, en su comentario al armónico 5 de Alan Turing, escribe:

"Alan era un hombre tímido y tartamudeaba al hablar, de modo que a veces tenía dificultades para comunicar sus acciones (Mercurio opuesto a Marte)."

Alan Turing

La expresión "comunicar sus acciones" resulta un poco extraña. Uno esperaría encontrar, más bien, algo como "comunicar sus pensamientos" o "comunicar sus sentimientos". Da la impresión de que la elección de estas palabras ha estado guiada -más aún, forzada- por el deseo de justificar las dificultades de expresión de Turing mediante el aspecto que une a Mercurio con Marte en su quinto armónico. "Marte" puede traducirse fácilmente por "acciones", pero no tanto por "pensamientos" o "sentimientos". Es posible que esta oposición del quinto armónico tenga algo que ver con su problema, pero, en principio, el quinto armónico no guarda una relación directa con las habilidades oratorias. Puesto que la palabra es un atributo de Mercurio, los armónicos planetarios de Mercurio o sus primeras revoluciones armónicas podrían contener alguna clave que nos ayude a comprender su tartamudez.

La longitud eclíptica geocéntrica de Mercurio en la carta natal de Alan Turing es 8º 00' 49" de Cáncer. Para calcular su armónico planetario al estilo de Greig, debemos dividir 360 por la posición de Mercurio en grados absolutos y en expresión decimal. El Astrolog32 nos da la opción de mostrar directamente los datos en el formato que necesitamos para llevar a cabo esta operación. Para ello sólo tenemos que desplegar el menú Settings, escoger Chart Settings y marcar dentro de Display Format la tercera opción: Longitude 360 decimal degrees. Después de hacer esto, veremos que la posición de Mercurio queda como 98,0135558. Entonces dividimos 360 por ese valor y obtenemos 3,672961. Nos vamos de nuevo al menú Setting y escogemos esta vez Calculation Setting y en la casilla Harmonic Chart Factor escribimos el resultado de nuestra operación. (No olvide que para que todo funcione correctamente debemos usar un punto en lugar de una coma para separar la parte entera de la decimal en el número del armónico: 3.672961). Después nos vamos otra vez a Chart Settings para restablecer el formato de grados y minutos de un signo, marcando la primera opción Longitude zodiac position. Y eso es todo. Ya debemos tener a la vista el armónico planetario de Mercurio de Alan Turing, según la fórmula de Greig, que es el que se muestra abajo.

Alan Turing. Armónico 3,672961


Encontramos a Mercurio en conjunción con la Luna y sin aspectos problemáticos. La carta contiene algunas oposiciones, como la de Saturno a Urano y la de Marte a Venus/Plutón. Como Mercurio es "el dueño" de toda la carta, todo lo que hay en ella le concierne de algún modo. La oposición de Saturno y Urano enlaza a dos planetas que estaban ya en trígono en la carta natal (armónico 1), lo cual sugiere que la dialéctica entre lo viejo y lo nuevo, las tendencias conservadoras y las innovadoras, que en su interior se armonizan fácilmente, se transforma en una tensión difícil de superar cuando se ve precisado a comunicarse. Urano es un planeta bastante impaciente, mientras que Saturno siempre necesita "tomarse su tiempo" para madurar sus decisiones. El conflicto entre estos dos planetas, traducido al terreno del pensamiento y el habla que "gobierna" Mercurio, representa una tensión entre la necesidad de decir inmediatamente lo que se piensa sin cortapisas ni demoras y la de ponderar minuciosamente las palabras para no decir lo que no conviene o no es oportuno. El tartamudeo, por supuesto, puede adoptar muchas formas distintas y obedecer a razones diferentes, pero su apariencia general es la de un impulso a hablar que es frenado antes de completarse y que no se resigna a la frustración total y pugna una y otra vez contra otro impulso de sentido contrario que parece preferir callar. Esto es Urano atrapado en la jaula de Saturno. Este Urano está, además, en Tauro, el signo de la compulsión a la repetición, por lo que sus impulsos se renovarán obstinada y hasta rítmicamente; pero está también en la casa 12, sector de las inhibiciones y los complejos.

Veamos ahora qué sucede si consultamos la carta de la primera revolución armónica de Mercurio geocéntrico en el sistema de armónicos de la edad + 1. Lo único que tenemos que hacer para hallar el número del armónico que le corresponde es sumar 1 a la carta anterior:

3,672961 + 1 = 4,672961

Con sólo cambiar el 3 por un 4 en la casilla de Harmonic Chart Factor obtenemos esta otra carta:

Alan Turing. Armónico 4,672961


Aquí tenemos al propio Mercurio enfrentado por oposición a una estrecha conjunción de Saturno con Marte que le aflige desde la casa 8. Urano interviene también en la configuración, enlazándose por trígono a Mercurio y por sextiles a Saturno y Marte. La oposición de Saturno a Mercurio puede representar una obstrucción al libre curso del pensamiento y de la expresión, debido a fuertes inhibiciones, temores, escrúpulos morales, sentimientos de culpa y a la permanente sensación de que uno va a ser juzgado severamente por sus palabras. El discurso puede ser lento, monótono, calculado o simplemente abortado. Pero la presencia del trígono de Urano a Mercurio le brinda el apoyo necesario para no dejarse abrumar por los recelos de Saturno y atreverse a expresarse incluso con urgencia. El resultado es muy parecido al del análisis que hicimos de la carta anterior, porque allí Urano se enfrentaba a Saturno en el contexto de una "carta de Mercurio" y aquí Mercurio se enfrenta a Saturno apoyado por Urano en el mismo contexto. Pero si hacemos abstracción del contexto y nos fijamos principalmente en Mercurio, la primera carta no sugiere problema alguno relacionado con el habla, mientras que en la segunda esa posibilidad salta inmediatamente a la vista, por la oposición de Mercurio con los dos tradicionales "maléficos".

En cualquier caso, las dos cartas contienen mucho más de lo que aquí he comentado muy someramente. Confío, no obstante, en que sirvan como ilustración tanto del método de cálculo como de la potencia o utilidad de este recurso para profundizar en áreas específicas de la interpretación.


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