He dedicado las últimas cuatro entradas de este blog a introducir e ilustrar el uso de una nueva y potente herramienta de análisis y predicción de acontecimientos mundanos: los armónicos de edad de las conjunciones. Mediante esta técnica, comprobamos que las conjunciones planetarias no actúan solamente en el momento en que se producen, sino que prolongan su influencia durante mucho más tiempo; que no afectan solamente al grado del zodiaco en el que tienen lugar, sino también a otros grados que estaban ocupados por otros planetas en el momento de producirse la conjunción; que toda la carta de la conjunción se moviliza al ritmo de los armónicos de la edad; y que esta movilización afecta de manera diferente y en tiempos distintos a los diferentes lugares de la superficie terrestre, en función de los grados del zodiaco que se situaban en el horizonte y en el meridiano de cada lugar específico en el momento de la conjunción exacta.
Hemos seguido con especial atención el desarrollo del armónico de la edad de la última conjunción geocéntrica de Saturno y Marte, porque los efectos de las conjunciones entre estos dos planetas son fáciles de seguir a través del rastro que dejan en accidentes y catástrofes de cierta magnitud y dureza (Abu Ma'shar, Los ocho tratados sobre las grandes conjunciones). Este tipo de acontecimientos son registrados puntualmente por la prensa y demás medios de comunicación con toda la precisión de tiempo y lugar necesaria para un estudio astrológico. Las cosas que van bien no suelen ser noticia y, cuando lo son, rara vez pueden ser asignadas a una hora y a un lugar exactos.
Aunque la tradición nos enseña que Saturno es el gran maléfico y Marte el pequeño maléfico, mi opinión personal es que la maldad no forma parte de la defición esencial de ninguno de los dos planetas. Sin embargo, muchos males pueden liberarse o ponerse de manifiesto cuando la alianza de estos dos planetas se deja sentir en un tiempo y lugar determinados, porque elevan el nivel de exigencia de las situaciones. Puedo ilustrar la idea con una anécdota personal.
Cuando yo era niño me entretuve en fabricar unas canicas de barro que dejé secar al sol y luego pinté de colores. Después probé a jugar con ellas y soportaron bien los golpes normales de unas contra otras rodando por el suelo, a poca distancia. Un primo mío de más edad que yo, al verlas, tomó algunas de ellas, las suspendió a cierta altura y las dejó caer contra un suelo de baldosas. Las canicas no resistieron el impacto y se rompieron en mil pedazos. En ese momento yo odié a mi primo y le consideré un malvado, pero si yo hubiera usado barro cocido en vez de simplemente secado al sol, las canicas habrían resistido el golpe. Independientemente de si mi primo experimentó un placer sádico al humillarme de ese modo o de si solo pretendía comprobar si yo había producido auténticas canicas de barro o solo una mala imitación, lo cierto es que me dio una lección, amarga pero eficaz. Me enseñó que mi obra no estaba bien acabada, que me había saltado un detalle fundamental, que solo había logrado la apariencia externa de algo, pero sin consistencia real. Podría habérmelo dicho, sin necesidad de romper las canicas, pero ¿le habría hecho algún caso? Mientras viera rodar las bolas alegremente hubiera seguido haciéndolo así.
Este es, más o menos, el modo en que actúa una conjunción de Saturno con Marte. Se cae un avión porque despegó con un motor defectuoso, pero la conjunción no dañó el motor. Se vuelca un barco porque zarpó sobrecargado de pasajeros y, además, estos se agruparon en el mismo lado, pero la conjunción no sobrecargó el barco. Descarrila un tren porque tomó una curva al doble de la velocidad permitida, pero la conjunción no aceleró el tren.
Pero entonces, si todo se explica por causas naturales o de sentido común, ¿la conjunción no hace nada? Lo que hace la conjunción es "espantar a los aduladores", es decir, impedir que una serie de circunstancias afortunadas hagan posible que productos mal acabados o acciones mal planteadas tengan éxito y salgan del paso sin que se adviertan sus fallos ni sufrir daños. Lo que hace la conjunción es penalizar las conductas descuidadas, las faltas de atención, las cosas a medio hacer, los excesos de confianza. De ese modo, promueve la toma de medidas para evitar males mayores en el futuro, favorece la planificación más cuidadosa y controlada, eleva la eficiencia de las acciones y la calidad de los productos. Y esa es la forma en que, a la larga, puede actuar como una conjunción benéfica.
En varias entradas anteriores de este blog he mostrado la forma en que la última conjunción geocéntrica de Saturno y Marte, que tuvo lugar el 25 de agosto de 2014, a las 19:29:39 UT, intervino en diversos accidentes.
(1) En el artículo Edad armónica de las conjunciones mostré la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el accidente aéreo sobre los Alpes franceses del pasado 24 de marzo. El ascendente progresado por armónicos de la edad de origen 0 de la conjunción Saturno-Marte quedaba en el mismo grado que ocupaba el Sol en el momento del accidente y, al mismo tiempo, el Sol y la Luna progresados por este mismo armónico de la edad quedaban en estrecha conjunción con el ascendente del suceso. Además, el Sol y la Luna progresados por armónicos de la edad de origen 1 de la misma conjunción Saturno-Marte quedaban en conjunción con la posición de Saturno en el suceso (la Luna en el mismo grado que Saturno). Las conexiones de estos armónicos con la carta natal del copiloto Andreas Lubitz se exponen en el mismo artículo, pero aquí las pasaremos por alto, porque en este momento solo nos interesa la relación entre el desarrollo armónico de la conjunción Saturno-Marte y las fechas y lugares de los sucesos.
(2) En el artículo El naufragio de 950 inmigrantes, según la edad de las conjunciones mostré cómo la conjunción de Saturno y Marte intervino en el naufragio de varios centenares de inmigrantes que tuvo lugar en el Mediterráneo la noche del 18 al 19 de abril de 2015. Esa noche, la conjunción Saturno-Marte progresada por armónicos de la edad de origen 1 alcanzaba el grado 15º 0' de Aries, el mismo grado y minuto de arco en el que se había producido poco antes (el 11 de marzo) la conjunción de Urano con Marte. Esta suma de potencia de dos peligrosas conjunciones se producía muy cerca del ascendente de la carta de la conjunción Saturno-Marte original, calculada para el lugar del naufragio.
(3) En el artículo El avión estrellado en Sevilla, según la edad de las conjunciones mostré la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el accidente aéreo que se produjo cerca del aeropuerto de Sevilla el pasado 9 de mayo. Ese día Saturno transitaba en cuadratura con el Sol de la carta de la conjunción y el Sol transitaba en oposición con Saturno de la misma carta. El Sol y la Luna progresados por armónicos de la edad de origen 1 se situaban sobre el Medio Cielo de la carta de la conjunción Saturno-Marte calculada para el lugar del accidente. Y Urano, por el mismo sistema de progresión, se unía a la conjunción Saturno-Marte también progresada. Esta triple conjunción progresada Saturno-Marte-Urano se situaba exactamente sobre el Medio Cielo del lugar y momento del accidente. Además, el ascendente progresado alcanzaba a la propia conjunción Saturno-Marte original, dentro de un grado de orbe.
(4) En el presente artículo nos ocupamos de la forma en que la conjunción de Saturno y Marte intervino en el descarrilamiento de tren ocurrido en Filadelfia el 12 de mayo de 2015, hacia las 21:20 (13/05/2015, 1:20 UT), en las coordenadas mostradas abajo (figuras 1 y 2).
Figura 1
Figura 2
La carta de la conjunción Saturno-Marte del 25/08/14 calculada para el lugar en que descarriló el tren Amtrak, causando ocho muertos y más de doscientos heridos, queda como se muestra en la figura 3.
Figura 3
Tomando esta carta como punto de partida, la edad de esta conjunción Saturno-Marte en el momento del accidente de tren era 0,712523 años. Para dinamizar esta carta por armónicos de la edad de origen 1 hemos de añadir una unidad a la cantidad anterior, que entonces queda como 1,712523. Esa cifra la aplicamos a la carta de la figura 3 para obtener el armónico del mismo número, que es el que estaba vigente en la fecha del accidente (figura 4).
Figura 4
Comparando las cartas de las figuras 3 y 4, vemos que la conjunción de las luminarias ha progresado desde su posición original en Virgo, a finales de la casa VIII, hasta las inmediaciones del ascendente en 21 de Sagitario. El Sol progresado por armónicos de la edad de origen 1 se sitúa en el mismo grado que el ascendente de la carta de la figura 3 exactamente el 12 de mayo de 2015, unas cinco horas antes del accidente, y dentro de un orbe de 0º 07' de la conjunción al ascendente en la hora del accidente.
Ya vimos algo muy parecido a esto en el caso (3), donde las luminarias de la conjunción Saturno Marte progresadas por este mismo sistema se colocaban también sobre un ángulo, que entonces era el Medio Cielo. Una visión de conjunto de los cuatro casos analizados nos indica que hay que vigilar especialmente los contactos entre el Sol, la Luna, los ángulos (Ascendente y Medio Cielo), Saturno y Marte. Estos factores hay que considerarlos
- En la carta de la conjunción Saturno-Marte calculada para el lugar del suceso
- En la carta de la conjunción Saturno-Marte progresada por armónicos de la edad para la fecha del suceso
- En la carta del momento y lugar del suceso
En este artículo me he restringido a la conjunción Saturno-Marte geocéntrica, pero todo esto puede aplicarse también a la conjunción Saturno-Marte heliocéntrica, sustituyendo a las luminarias por la Tierra. Así, por ejemplo, en el caso (4), vemos que en el momento del descarrilamiento la Tierra transitaba el grado 21 de Escorpio, que es el mismo en el que se produjo la última conjunción heliocéntrica de Saturno y Marte.
© 2015, Julián García Vara
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