miércoles, 10 de agosto de 2011

El Sol en el matrimonio. Armónicos y aspectos



Ya nos hemos ocupado de los armónicos y los aspectos que forman entre sí el Sol y la Luna por sinastría en la muestra de 2823 matrimonios, recopilada por los esposos Gauquelin, en varias entradas anteriores:
El Sol y la Luna en el matrimonio. Una exploración estadística.
1. Armónicos y aspectos
2. Aplicación y separación
3. Conjunciones tropicales y dracónicas
Ahora nos ocuparemos de los aspectos que forma el Sol natal de cada miembro de la pareja con cada uno de los siete planetas tradicionales natales de su cónyuge, estudiados a través de los trece primeros armónicos.


El Sol del hombre


 La tabla que sigue recoge las desviaciones de los valores observados respecto de los esperados, expresadas en porcentajes, del Sol del hombre en contacto con cada uno de los siete planetas clásicos de la mujer:

Sol del hombre en contacto con los siete planetas de la mujer
en los trece primeros armónicos
Pulse sobre la tabla para verla ampliada

En principio, vemos que hay dos planetas de la mujer con los cuales el Sol del hombre parece tener dificultades para conectar. El primero de ellos es Saturno y el segundo es Mercurio. Con Saturno, el problema se presenta únicamente cuando el Sol del hombre se sitúa antes que Saturno de la mujer, pero con Mercurio los valores son negativos en cualquiera de las dos posiciones relativas.

Por otra parte, Júpiter de la mujer situado antes que el Sol del hombre da muy buenos resultados, pero no si se sitúa después. Lo mismo ocurre con Venus de la mujer. Pero con Marte, con el Sol y con la Luna de la mujer ocurre lo contrario. Los resultados son mejores si el Sol del hombre se sitúa antes que el planeta de la mujer.


Contactos del Sol del hombre con los siete planetas
de la mujer en los trece primeros armónicos.
A la izquierda, los contactos en los que el Sol del hombre
va antes que el planeta de la mujer. A la derecha los contactos 
en los que el Sol del hombre va después que el planeta de 
la mujer. Cada banda de color representa al planeta cuyo
glifo mostrado abajo comparte el mismo color.

Por armónicos, vemos que los mejores resultados se obtienen en el armónico 5 (quintiles y biquintiles), sobre todo en el contacto entre el Sol del hombre y el propio Sol de la mujer, estando el Sol del hombre situado antes. También dan buenos resultados los armónicos 13, 2 y 12, pero en todos los demás los valores observados quedan por debajo de lo esperado. El armónico 11 presenta los peores registros, seguidos por el 1 (conjunciones).

Por intervalos, los armónicos que dan mejores resultados cuando el Sol del hombre va antes que el planeta de la mujer son el 5, el 12, el 2, el 4 y el 13. Y cuando el Sol del hombre va despúes destacan también el 13, el 5 y el 2. Los peores registros se dan en el armónico 11, cuando el Sol del hombre se sitúa después que el planeta de la mujer, y en el 9 cuando se sitúa antes.



Contactos del Sol del hombre con planetas de la mujer
en el intervalo 1 (en rojo) y en el intervalo 27 (en azul)
en los trece primeros armónicos


Toda la información de la tabla que estamos comentando se ofrece a continuación en forma gráfica:


Contactos entre el Sol del hombre y planetas de la mujer
en los trece primeros armónicos, organizados por planetas.
(pulse sobre el gráfico para verlo ampliado)


Contactos entre el Sol del hombre y planetas de la mujer
en los trece primeros armónicos, organizados por armónicos.
(pulse sobre el gráfico para verlo ampliado)




* Si necesita ayuda para comprender el significado de estos gráficos y tablas consulte las siguientes entradas: 
Los planetas en el matrimonio (5) Intervalos armónicos 



La suma de los porcentajes de todas las desviaciones positivas respecto de los valores esperados, por un lado, y todas las desviaciones negativas, por otro nos ofrece el panorama que se muestra en los tres gráficos siguientes. En el primero de ellos, recogemos los contactos en los cuales el Sol del hombre se sitúa antes que un planeta de la mujer.



Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol del hombre con planetas de la mujer en el intervalo 1

En esta situación relativa, el Sol del hombre situado antes que la Luna, el Sol o Marte de la mujer da los mejores resultados. Situado antes que Saturno arroja el peor balance. Delante de Júpiter, Venus o Mercurio dominan también las desviaciones negativas, aunque de un modo más moderado que en el caso de Saturno.



Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol del hombre con planetas de la mujer en el intervalo 27


Sin embargo, el Sol del hombre situado después que Júpiter o Venus de la mujer da muy buenos resultados. También después de Saturno arroja un balance moderadamente positivo.  Pero el Sol del hombre situado después del Sol, la Luna, Mercurio o Marte de la mujer da resultados negativos.

Si no tenemos en cuenta el orden de los factores, las relaciones del Sol del hombre con Júpiter y Venus de la mujer dan un saldo positivo, con Saturno y Mercurio negativo, y con Marte, el Sol y la Luna ligeramente positivo.

Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol del hombre con los planetas de la mujer


La suma total de las desviaciones positivas en el intervalo 1 alcanza 406 puntos, por 369 de las negativas. En el intervalo 27, las desviaciones positivas totalizan 339 puntos, por 347 de las negativas. Las diferencias no son grandes. Globalmente consideradas, estas cifras indican que el Sol del hombre no juega un papel muy relevante en la conformación de las parejas.



El Sol de la mujer

La tabla que sigue recoge las desviaciones de los valores observados respecto de los esperados, expresadas en porcentajes, del Sol de la mujer en contacto con cada uno de los siete planetas clásicos del hombre:

El Sol de la mujer con planetas del hombre
en los trece primeros armónicos
Pulse sobre la tabla para verla ampliada

De entrada, podemos observar que el Sol de la mujer parece más relevante que el Sol del hombre en los procesos de elección de pareja, porque la suma de las desviaciones en el intervalo 1 alcanza 159 puntos en el caso del Sol de la mujer, por sólo 37 puntos en el caso del Sol del hombre. En el intervalo 27 las diferencias son menores, pero también más acusadas en el caso del Sol de la mujer: -18 frente a -8.

Vemos que cuando el planeta del hombre se sitúa antes que el Sol de la mujer (intervalo 1) los resultados son positivos en casi todos los armónicos. Las únicas excepciones son el armónico 13 (-45), el armónico 1 (-25) y el armónico 8 (-11). Los treciles y sus múltiplos se constituyen en la principal fuerza disuasoria, seguidos de las conjunciones, especialmente difíciles cuando son Marte o Saturno del hombre los que se sitúan inmediatamente antes del Sol de la mujer.

Los mejores resultados dentro de este primer intervalo se observan en el armónico 4 (+59) y se deben, sobre todo, a los contactos (cuadraturas) entre las luminarias del hombre y el Sol de la mujer. En segundo lugar se sitúa el armónico 2 (+34), impulsado especialmente por los contactos (oposiciones) de Mercurio, el Sol y Venus del hombre con el Sol de la mujer. Por consiguiente, por lo que se refiere a los planetas del hombre que se sitúan en los grados inmediatamente anteriores a un punto de aspecto con el Sol de la mujer, las cuadraturas y las oposiciones son los aspectos que más favorecen el establecimiento de vínculos matrimoniales, dentro de esta muestra. Esto es algo que hemos venido observando igualmente en relación con otras combinaciones de planetas y nos obliga a replantearnos seriamente ciertos usos comunes en la práctica de la comparación de cartas, según los cuales una sinastría se juzga como "mala" si contiene estos aspectos (cuadraturas y oposiciones). El comportamiento real de las personas que espontáneamente se vinculan entre sí según sus preferencias parece indicarnos que la presencia de estos aspectos, lejos de suponer un problema, son casi una condición necesaria para que una relación pueda consolidarse. No estoy sugiriendo, no obstante, que debamos invertir los valores y calificar de "buenas" aquellas sinastrías que contengan cuadraturas y oposiciones, porque algunas cuadraturas y oposiciones sí que pueden resultar problemáticas. Lo que sí debemos desechar son los juicios precipitados y sin matices, las generalizaciones apresuradas y simplistas sobre aspectos buenos y malos y planetas benéficos y maléficos. De todas formas, si consideramos en su conjunto la totalidad de los datos de esta investigación, debemos concluir que las cuadraturas y oposiciones, en general, estimulan o favorecen las uniones matrimoniales más de lo que las dificultan.

Contactos del Sol de la mujer con planetas del hombre
en el intervalo 1 (en rojo) y en el intervalo 27 (en azul)
en los trece primeros armónicos

Cuando es el Sol de la mujer el que se sitúa primero, el armónico más destacado es el 10, que incluye aspectos de 36 grados y de múltiplos de esta cantidad (deciles, quintiles, trideciles, biquintiles) y alcanza una desviación positiva acumulada de 52 puntos. Le sigue el armónico 5,  cuyos aspectos asociados (quintiles y biquintiles) están también incluidos en el 10. De todos los planetas del hombre que se sitúan inmediatamente después del punto de aspecto con el Sol de la mujer, el que contribuye de manera más decisiva a encumbrar a estos dos armónicos (el 5 y el 10) es Mercurio. Tras estos dos, el armónico 8 se sitúa en tercer lugar.

En esta misma situación, arrojan el balance más negativo los armónicos 11 (-35) y 2 (-32). Por tanto, las oposiciones de un planeta del hombre con el Sol de la mujer pueden favorecer o dificultar la unión dependiendo de si el planeta del hombre se sitúa antes o después del punto exacto de la oposición.

Si no especificamos la posición relativa (intervalos), tenemos que el planeta del hombre que parece compenetrarse mejor con el Sol de la mujer es Venus (+49) y el que peor se integra con él es la Luna (-24). Venus del hombre en aspecto con el Sol de la mujer no da malos resultados prácticamente en ningún armónico ni en ninguno de los dos intervalos, porque las desviaciones inferiores a 5 puntos deben computarse como neutras. Por tanto, este contacto podrá ser positivo o podrá ser neutro, pero nunca será negativo. Los armónicos en los cuales el contacto entre Venus del hombre y el Sol de la mujer se muestra más positivo son el 4 y el 2 (otra vez cuadraturas y oposiciones). La Luna del hombre, aunque da malos resultados en sus contactos con el Sol de la mujer en la mayor parte de los armónicos, funciona muy bien, no obstante, en el intervalo 1 del armónico 4 (cuadraturas) y del armónico 11 (onciles), pero funciona muy mal en los dos intervalos de los armónicos 3 (trígonos) y 6 (sextiles).

De nuevo tenemos aquí datos empíricos importantes que sugieren la necesidad de replantear algunos de los principales tópicos que se manejan habitualmente en las comparaciones de cartas. Dice, por ejemplo, Ronald Davinson, a propósito de los contactos entre el Sol y la Luna por sinastría:
Ésta es la clásica combinación de compatibilidad, con el Sol masculino y positivo unido a su compañera natural, la Luna, femenina, receptiva y pasiva. (...) En el horóscopo de un hombre, la Luna representa el tipo de ideal femenino que lleva en su subconsciente (...). Del mismo modo, el Sol en el horóscopo de la mujer se relaciona con su concepto del hombre ideal. (...) un aspecto favorable desde el Sol de la mujer con respecto a la Luna del hombre indica que ella es capaz de iluminar el concepto de mujer ideal que tiene el hombre. Aspectada de ese modo, la Luna del hombre también es capaz de reflejar para la mujer el concepto que tiene del hombre ideal. [Ronald Davinson, Sinastría, p.127]
Por "aspecto favorable" Davison entiende, como la mayoría de los astrólogos, un trígono o un sextil. Tratándose del Sol y la Luna, parece que también considera muy favorable la conjunción. Si las cosas fueran como él dice, en los matrimonios reales deberíamos encontrar más trígonos y sextiles entre el Sol y la Luna que en grupos de cartas asociadas al azar. Pero las cosas suceden exactamente al revés. En nuestra muestra de casi tres mil matrimonios reales, los trígonos hallados presentan un déficit entre el 12 y el 13 por ciento y los sextiles caen desde un 8 por ciento por ciento por debajo de lo esperado -cuando la Luna del hombre está antes que el Sol de la mujer- hasta un 23 por ciento por debajo de lo esperado -cuando el Sol de la mujer está antes que la Luna del hombre. También el balance de las conjunciones es negativo, aunque por menos margen. Sin embargo, las cuadraturas se observan con una frecuencia de un 19 por ciento por encima de lo esperado, cuando la Luna del hombre va antes que el Sol de la mujer.

Al menos, Davinson admite que los que él llama "aspectos adversos", es decir, las cuadraturas y oposiciones, pueden funcionar también como un elemento de atracción. Lo dice exactamente con estas palabras:
Aunque la conjunción y el sextil están presentes con frecuencia en las natividades de las parejas casadas, los aspectos adversos no indican necesariamente, por sí mismos, el tipo de incompatibilidad que conduce a una ruptura de la relación. Implican, en cierto modo, un elemento de fascinación, incluso cuando el estrés está presente al mismo tiempo. [Op.cít. p.128]

Asegura Davinson que "la conjunción y el sextil están presentes con frecuencia en las natividades de las parejas casadas", pero no nos dice con qué frecuencia. No puede decirlo porque no lo sabe, ya que no dispone de una muestra tan amplia como la nuestra para comprobarlo. A lo largo de todo el libro no puede respaldar sus afirmaciones con otra cosa que no sea unos cuantos ejemplos sueltos salpicados por aquí o por allá. Por fortuna, nosotros tenemos datos para efectuar, al menos, una primera estimación de esa frecuencia. Sabemos que esos aspectos están presentes con una frecuencia inferior a lo normal en las natividades de las parejas casadas. Y esto no es precisamente un aval para la idea tan extendida -de la que Davison se hace eco- de que las conjunciones y los "buenos aspectos" entre el Sol y la Luna representan el paradigma ideal de la compatibilidad.

Por desgracia, algunos astrólogos están demasiado acostumbrados a llenar páginas y páginas de libros con meras suposiciones acerca de cómo funcionan aspectos que no han tenido oportunidad de confrontar con la realidad en medida suficiente y -lo que es peor- que a menudo ni siquiera consideran necesario confrontar con la realidad. Se parte de una analogía o de un mito, y por un simple juego de asociación de ideas se va rellenando el espectro completo de todas las combinaciones posibles. Así se supone que el Sol y la Luna "se complementan como la noche complementa al día" (Davison) o que "la Luna refleja la luz del Sol y le es receptiva" (Schulman) y de aquí se pasa a suponer que si el Sol ocupa en la carta natal de una persona el mismo lugar que la Luna ocupa en la carta natal de otra (o un punto de aspecto) se producirá necesariamente entre ambas el milagro de la compenetración de las fuerzas complementarias, de la unidad de los opuestos. 

Lo cierto es que los contactos entre el Sol y la Luna sólo funcionan bien en algunas situaciones específicas, sobre todo cuando se trata del Sol del hombre situado antes de un punto de aspecto con la Luna de la mujer. Pero son más abundantes las situaciones en las cuales el contacto entre el Sol y la Luna parece tener un efecto más bien disuasorio ante la posibilidad del matrimonio. Sin embargo, los contactos entre el Sol y Venus dan mejores resultados, tanto cuando es el hombre el que pone su Sol como cuando es la mujer. Pero el Sol (Apolo) y Venus no conforman una pareja arquetípica. Tendemos a asociar a Venus con Marte, porque los relatos mitológicos les atribuyen aventuras amorosas. Pero Venus estaba casada con Vulcano, no con Marte. Algunos astrólogos creen que existe un planeta al que denominan Vulcano en el interior de la órbita de Mercurio, y que no lo podemos ver debido a que su gran proximidad al Sol junto con su pequeño tamaño nos lo impiden. Si tuvieran razón en esto, una gran parte de los aspectos entre Venus y el Sol serían, al mismo tiempo, aspectos entre Venus y Vulcano. Por tanto, tendríamos noticias indirectas sobre los contactos Venus-Vulcano en la medida de los contactos Venus-Sol. En cualquier caso, no podemos ampararnos en planetas hipotéticos ni en consideraciones mitológicas para extraer directamente de ahí conclusiones sobre la compatibilidad de las personas. 

En el siguiente gráfico podemos apreciar que cuando el Sol de la mujer se sitúa después que uno de los siete planetas clásicos del hombre en algunos de los trece primeros armónicos, los resultados son, en general, bastante buenos si el planeta del hombre es Saturno o el Sol y también, aunque en menor medida, si el planeta del hombre es Venus o Júpiter. Con Marte y la Luna los resultados quedan por debajo de lo esperado. Pero si el Sol de la mujer se sitúa antes que el planeta del hombre, entonces los mejores resultados se producen con Venus y en menor medida con Marte y con Mercurio, quedando por debajo de lo esperado todos los demás contactos.


Contactos del Sol de la mujer con los siete planetas
del hombre en los trece primeros armónicos.
A la izquierda, los contactos en los que el planeta del hombre
va antes que el Sol de la mujer. A la derecha los contactos 
en los que el planeta del hombre va después que el Sol de 
la mujer. Cada banda de color representa al planeta cuyo
glifo mostrado abajo comparte el mismo color.


Casi toda la información dada hasta ahora, ya sea textual, numérica o gráfica, se condensa en los gráficos que siguen:

Contactos entre el Sol de la mujer y planetas del hombre
en los trece primeros armónicos, organizados por planetas.
(pulse sobre el gráfico para verlo ampliado)


Contactos entre Marte de la mujer y planetas del hombre
en los trece primeros armónicos, organizados por armónicos.
(pulse sobre el gráfico para verlo ampliado)


La suma de los porcentajes de todas las desviaciones positivas respecto de los valores esperados, por un lado, y todas las desviaciones negativas, por otro, nos ofrece el panorama que se muestra en los tres gráficos siguientes. En el primero de ellos, recogemos los contactos en los cuales un planeta del hombre se sitúa antes que el Sol de la mujer.

Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol de la mujer con planetas del hombre en el intervalo 1

Como ya indicamos más arriba, el Sol de la mujer responde, en general, positivamente a Saturno y al Sol del hombre cuando estos planetas se sitúan antes del punto exacto de un aspecto con él. También responde bien, aunque con menor intensidad, a Júpiter y a Venus. Los resultados no son buenos con Marte ni con la Luna.

Si es el Sol de la mujer el que se sitúa antes de un punto de aspecto con un planeta del hombre, entonces la relación con el Sol, con Saturno y con Júpiter del hombre cambia su tendencia y se vuelve negativa, y con Marte del hombre, por el contrario, cambia de negativa a positiva. Con Venus sigue siendo positiva y con la Luna sigue siendo negativa.


Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol de la mujer con planetas del hombre en el intervalo 27

Si  no tenemos en cuenta el orden de los factores, entonces las "preferencias" del Sol de la mujer se orientan hacia Saturno y Venus del hombre, mientras que con la Luna del hombre se obtienen los peores resultados.


Desviaciones positivas (en verde) y negativas (en rojo)
de el Sol de la mujer con planetas del hombre 


La suma total de los porcentajes de desviación positiva respecto de los valores esperados en el intervalo 1 asciende a 454 puntos, por 295 de desviación negativa. En el intervalo 27 los porcentajes acumulados de desviaciones positivas alcanzan los 311 puntos, por 329 puntos de desviación negativa. Por tanto, los contactos del Sol de la mujer con planetas del hombre funcionan como elementos de atracción con más frecuencia que como elementos de repulsión.


© Julián García Vara, agosto, 2011


1 comentario:

  1. Aunque no se suele declarar explícitamente, muchos astrólogos parecen trabajar sobre el supuesto de que lo que es bueno en una carta natal individual debe ser también bueno en una comparación de cartas y lo que es malo en una carta natal individual debe ser también malo en una comparación de dos cartas natales. Sin embargo, cuando se trata de evaluar la conjunción del Sol y la Luna, parecen perder de vista esta regla.

    Alexandre Volguine dedica un capítulo completo de su libro "Astrología lunar" a demostrar el carácter nefasto de la conjunción del Sol y la Luna en una carta natal individual, al menos cuando se mantiene dentro del orbe de los 8 grados y medio y no es modificada por ningún otro planeta que se interponga entre ambas luminarias.

    En la astrología horaria, como nos recuerda, por ejemplo, Derek Appleby, "una conjunción Sol-Luna es altamente nociva, particularmente si están acercándose. Además, "se dice que un planeta es ineficaz cuando está en combustión, es decir, en un margen de 8 grados y medio respecto del Sol; se cree que los rayos del Sol queman su energía".

    En astrología mundial, es común esperar de los eclipses toda suerte de desgracias, en especial si el eclipse es de Sol. Pero los eclipses de Sol sólo pueden producirse cuando el Sol y la Luna están en conjunción.

    Es curioso que esta conjunción entre el Sol y la Luna, que tan mala prensa tiene en astrología genetliaca, horaria y mundana, haya sido propuesta, como dice Davinson, como "la clásica combinación de compatibilidad" en sinastría. Los datos estadísticos no confirman la presunción de Davinson y de muchos otros en su misma línea, ni tampoco apuntan en el sentido de que sus resultados en sinastría sean tan catastróficos como los que se le atribuyen en otras áreas de la astrología. Hay que tener en cuenta que en una carta independiente, sea individual, horaria o mundana, la conjunción del Sol con la Luna es asimilable a la fase de Luna Nueva o Luna oscura, pero en sinastría esto no es así. La Luna de una persona puede estar en cualquier fase y, al mismo tiempo, hacer conjunción con el Sol de otra persona. Por esa razón no son directamente comparables, pero, en todo caso, los significados básicos del contacto siguen siendo los mismos.

    Los datos estadísticos sobre este contacto en sinastría refuerzan, no obstante, la presunción de Appleby de que la conjunción es especialmente nociva cuando las luminarias se están acercando, es decir, cuando la Luna de una persona se sitúa inmediatamente antes que el Sol de la otra. En este caso, la frecuencia de uniones matrimoniales cae entre un 5 y un 10 por ciento por debajo de lo normal.

    Otra confirmación indirecta de que la conjunción del Sol y la Luna es especialmente peligrosa cuando la Luna se acerca al Sol la tenemos en el dato estadístico de que la incidencia de suicidios alcanza su máximo precisamente entre los nacidos con la Luna situada en los grados que preceden al Sol.

    Cuando la Luna está en conjunción con el Sol, pero ya alejándose de él, tanto los datos de matrimonios como los de suicidios indican que "el peligro ya pasó", pero, en cualquier caso, no se convierte en una conjunción "positiva", sino más bien neutra.

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