El Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a. C. (según la cronología media) es el más importante de entre los más antiguos que conocemos. Hammurabi (1792 - 1750 a. C) estableció un código jurídico común que unificó los diferentes códigos existentes en las ciudades del Imperio babilónico, consiguiendo una de las piezas fundamentales de la tecnología social, que contribuyó enormemente a la estabilidad social y política (Javier Ordoñez et alia, Historia de la Ciencia, p.29). Algunas de las leyes de este código estaban inspiradas en lo que habitualmente se conoce como la ley del talión, aquello del "ojo por ojo, diente por diente", aunque otras demuestran un espíritu más refinado. Se hace amplio uso del principio de reciprocidad exacta, de forma que las penas sean proporcionales a los delitos. Por lo general, el delincuente, mediante su acto de injusticia, obtiene un beneficio que no le corresponde y causa a otras personas daños que no merecen. La acción de la justicia debe consistir en reparar esta situación, indemnizando a las víctimas y castigando a los malhechores con daños semejantes a los que infligieron. Esta imagen de la Justicia como intento de restauración del equilibrio roto por la acción delictiva ha sido representada simbólicamente por una balanza en las mitologías y religiones de las más diversas culturas. Puede verse en numerosos papiros y bajorrelieves del Antiguo Egipto. En el papiro de Ani del Libro de los muertos vemos a Anubis en el juicio de Osiris utilizando una balanza para pesar las acciones de un difunto colocando su corazón en uno de los platillos y la pluma de la diosa Maat, símbolo de la Justicia, en el otro.
En la actualidad aún conservamos en las fachadas o en los pórticos de nuestros juzgados bajorrelieves o estatuas que representan a la Justicia bien como una simple balanza o bien como una mujer con los ojos vendados, una espada en una mano y una balanza en la otra. Esta última imagen deriva de una combinación de los iconos de las constelaciones de Virgo y Libra. El día del equinoccio otoñal septentrional el Sol sale de Virgo y entra en Libra, el día y la noche tienen la misma duración, como si los reinos de la luz y de la oscuridad se hubiesen pagado mutuamente tributo, saldando así sus deudas y estableciendo un punto de equilibrio y de justicia cósmica. Pero esta situación se da también en el equinoccio de primavera, con el paso del Sol de Piscis a Aries. ¿Por qué, entonces, los astrólogos identifican la justicia con Libra y no con Aries? Al parecer, la razón de esto es que la Justicia (Diké) había sido identificada previamente con la Virgen de la constelación de Virgo y desde ahí se deslizó hacia el signo adyacente de Libra por la razón expuesta sobre los equinoccios, pero también porque Cesar Augusto había nacido precisamente el día del equinoccio otoñal del 63 a. C., circunstancia de la que se sentía muy satisfecho y que él creía que le señalaba "como juez que establecerá o administrará el fiel de la balanza de vida y muerte, que impondrá yugo y leyes en la tierra (...) y que, finalmente, al emigrar de este mundo, le esperaran las leyes del cielo" (Antonio Ruiz de Elvira, La balanza de la justicia)
En el documento recién citado, Antonio Ruiz de Elvira continúa explicando que Manilio atribuye a Roma el signo de Libra, y que sabemos por Cicerón que el día que Rómulo fundó Roma la Luna estaba en Libra. Si realmente Libra guarda relación con la justicia y las leyes, por un lado, y con Roma por otro, no debe extrañarnos que una de las principales contribuciones que Roma hizo al mundo fuera precisamente el Derecho Romano.
Pero mucho antes de eso está el código de Hammurabi, datado hacia el 1760 a. C. Si extendemos hacia atrás la cronología del ciclo de Sofía (dada en este blog al final de la entrada "Ciclos de pensamiento", 23 de noviembre de 2009) por tres ciclos completos de 480 años desde el comienzo de la fase Libra que sigue a Aristóteles (330 a. C) tenemos que entre 1770 a. C. y 1730 a. C. aproximadamente se dio también una fase Libra. El código de Hammurabi, con su sistema de proporcionalidad y reciprocidad exacta, se convierte en un perfecto emblema de esa fase.
© 2009, Julián García Vara
Dicen que Leo ha recolectado los frutos de la tierra, Virgo los ha almacenado, y Libra se encarga de distribuirlos con equidad.
ResponderEliminarYo siempre tuve claro, que Libra busca estar en equilibrio, pero que jamás logra su propósito, son compromisos excesivos que ni los dioses podrían realizar.